Dos acusaciones se caen, una se mantiene y una víctima acabó detenida: así fue el juicio por el brutal ataque a puñaladas de la calle Roncal, en Gijón
La Fiscalía y la acusación particular retiraron la petición de cárcel sobre dos de los procesados
El tercer implicado se enfrenta ahora a siete años de cárcel
La víctima, que tuvo que parar las cuchilladas con la mano, fue detenida al estar en búsqueda y captura

Los acusados, en el juicio / P. P.

Dos acusaciones retiradas, una que se mantiene, un relato alternativo de los hechos a los que los peritos no dieron validez y una víctima que no pudo declarar porque se encuentra fuera de España tras haber sido expulsada del país por otros delitos. Una expulsión que, por cierto, se ejecutó al poco de ser descubierto su paradero cuando acudió al hospital para tratarse del intento de asesinato que se juzgó ayer. Para todo eso dio la vista oral celebrada esta mañana en la sección octava de la Audiencia Provincial de Gijón por donde pasaron los tres acusados del intento de homicidio de la calle Roncal el 3 de noviembre de 2022. Los tres procesados se enfrentaban a nueve años de cárcel, tal y como avanzó LA NUEVA ESPAÑA, por parte de la acusación particular por, supuestamente, haber esperado a la víctima a la puerta de un conocido bar y propinarle varias puñaladas que tuvo que frenar con las manos para evitar la muerte. Sin embargo, tras el proceso, la Fiscalía y la acusación particular retiraron la acusación sobre dos de los investigados (I. A. y K. Y.) tras quedar demostrado que no participaron en el ataque. Uno de ellos llegó a demostrar que ni siquiera estuvo en la calle Roncal el día de los hechos. Por otro lado, tanto el Ministerio Público como la acusación particular pidieron siete años de cárcel para el otro de los acusados. El juicio quedó listo para sentencia.
En primer lugar, tomó la palabra L. F, es decir, el procesado para el que se mantiene la petición de cárcel. Este hombre dio una versión completamente alternativa de lo sucedido. Es decir, no reconoció que espero a la víctima a la puerta de un bar de la calle Roncal, ni que le atacó con una navaja, ni tampoco que le soltó frases tales como "a ti te estaba esperando para matarte. Esta noche te voy a matar". Por el contrario, L. F. sí que reconoció una trifulca con el herido. "He venido a contar la verdad y eso es lo que voy a hacer", comenzó a decir. Lo que vino a relatar es que lo que pasó ese día en la calle Roncal, sobre las nueve y media de la noche, fue que él se encontraba a la puerta de una peluquería con otro de los acusados, con I. A., y que, en un momento dado, del bar a cuya puerta sucedieron los hechos salió el hombre que terminó con las puñaladas. Reconoció que hubo una trifulca con él, pero aseguró que el también llevaba un objeto punzante. También reconocí que él llevaba una navaja. "Era de tipo mariposa. La llevo porque fumo porros", aclaró.
Este encontronazo se saldó, según dijo, con un corte en la mano de la víctima. Pero, según él, nada más. Algo que no concuerda con los informes forenses ya que el herido presentaba heridas defensivas en las manos y también una puñalada en el pecho en una zona vital. Lo que vino a decir L. F. es que, tras ver el corte que dijo que le produjo en la mano, "se fue corriendo" y se "montó en un taxi" para ir a un bar de un familiar para contar lo que había pasado. Negó que la pelea tuviera que ver con un asunto de drogas. También aseguró que K. Y. no se encontraba presente en la calle Roncal y que en su lugar había una tercera persona, de iniciales S. P. Dicha persona no estaba acusada de nada en la sesión celebrada ayer.
Tras esto, habló I. A.. Él también negó haber apuñalado a la víctima. Sí que reconoció que estaba en la calle Roncal con el primero de los acusados, pero que no participó en la pelea que él relató. Argumentó que él se quedó a la puerta de la peluquería, que estaba a unos pocos metros de la puerta del bar donde pasó todo. También habló de que por allí estuvo S. P. y que K. Y. no estaba en la calle Roncal. "Yo no sé ni quien es la víctima", agregó. El tercero de los acusados en hablar fue K. Y.. Quedó completamente acreditado que él no participó en los hechos. Como declaró, el día de autos se encontraba en su casa jugando a la consola con su hija. Adjuntó un vídeo en el sumario del caso para demostrarlo. Por otro lado, contó que tenía complicado haber salido de casa ese día porque unas jornadas antes había sufrido un esguince en el pie y tenía la movilidad muy limitada. Acabó metido en el ajo porque un poco después del ataque le contaron lo sucedido por un chat de un videojuego. Y también porque la Policía consideró que los otros acusados habían escapado del lugar de los hechos en un coche de color negro. Se da la casualidad de que K. Y. efectivamente tiene un BMW de color negro. Declaró su madre, que corroboró su versión, y el jefe de la investigación reconoció que, tras su paso por comisaria, al enseñar el vídeo, lo dejaron en libertad.
La víctima no quiso ir al hospital porque estaba en búsqueda y captura
El caso de esta mañana todavía tenía una vuelta de tuerca. Por sede judicial pasaron la hermana de la víctima y una amiga. Su declaración fue importante porque fueron las que estuvieron con este hombre poco después del ataque. Primero habló su hermana, que, cuando le dijeron que iba en calidad de testiga y que debía decir la verdad llegó a levantar la mano en señal de que juraba que iba decir lo que pasó. Lo que vino a explicar fue que la víctima, al estar en búsqueda y captura se fue a casa de una amiga para refugiarse. "Lo llevamos a un hospital privado (al Begoña) porque no quería que lo detuvieran", explicó. "Él no vino a mi casa, fue a la de amiga, porque tengo una niña pequeña y no quería que viera esa escena. Se estaba casi desangrando", aseguró. Al final, tras el paso por el Begoña lo mandaron a Cabueñes y de ahí al HUCA, donde acabó detenido. "Dijo que lo habían apuñalado y dado patadas y puñetazos. No se murió de milagro", agregó. La amiga de la víctima a cuya casa fue contó un relato similar.
Tras la declaración de los policías tocó el turno de las peritas. Estas explicaron que las heridas que tenía en la mano y en el antebrazo fueron "defensivas" para evitar que le alcanzaran una zona vital. Por otro lado, explicaron que la puñalada que tenía en el pecho no era lo suficientemente profunda para poner en riesgo su vida, pero que esto fue así porque precisamente paró la navaja con las manos. "Era poco profunda, pero lo es porque puso las manos delante", aseveraron. Por otro matizaron que el relato del primer acusado L. F. no cuadraba con las heridas que tenía la víctima. De esta forma, el juicio quedó visto para sentencia. La acusación particular y la fiscalía pidieron una condena de siete años de cárcel para L. F. y retiraron las acusaciones para los otros dos.
- Hallan muerta a una joven de 21 años en Gijón
- Amplio operativo policial en pleno centro de Gijón para detener a un comerciante del Parchís
- Los motivos de la detención de un comerciante en el Parchís en Gijón: hurto de ropa valorada en 7.000 euros
- Emotivo y multitudinario homenaje en el barrio gijonés de Cimavilla en el adiós a uno de sus negocios más históricos: flores, aplausos y lágrimas
- Revuelo en Gijón por una pelea multitudinaria en Poniente
- Rescatan a una joven en Gijón que se metió al agua en la playa de San Lorenzo tras una noche de fiesta
- Unos fueron a 'probar suerte' y otros a luchar por 'una jubilación digna': así fue en Gijón el examen más multitudinario de la gran oposición sanitaria de Asturias
- Los narcos dominicanos instalados en Gijón, la primera Crime as a Service (CaaS) en España, ofrecían sus “servicios” a bandas de todo el país: “vuelcos”, “amarres”, “dar piso”…