Cabueñes, siempre a la espera: crónica de una obra eternizada
La ampliación del principal hospital gijonés comenzó a proyectarse en 2013 y acumula más de una década de retraso por la pandemia y por una licitación fallida
La paralización de la obra puede suponer una reacción en cadena que afecte al traslado del ambulatorio de Perchera y a la nueva Facultad de Enfermería

Por la izquierda, Amelia Fernández, Manuel Bayona, Pablo Fernández, Francisco del Busto, Faustino Blanco, Ana González, Miguel Dúo, Adrián Barbón, Carmen Moriyón, Paz Fernández Felgueroso, Alejandro Vega, Josefa Fernández y Alejandra Fueyo, durante la colocación de la primera piedra de la ampliación de Cabueñes. | JUAN PLAZA
"Constatamos que los plazos y los compromisos se están cumpliendo". Corría el 6 de septiembre, en una soleada mañana todavía del verano de 2022, cuando el presidente del Principado, Adrián Barbón pronunciaba estas palabras para luego colocar la primera piedra simbólica de la ampliación del Hospital de Cabueñes. Dos años y varios meses después, la frase ha envejecido mal tras el anuncio ayer de la paralización de las obras de la ampliación. Una paralización que se suma ya a una serie de catastróficas desdichas entorno a un proyecto del que se empezó a hablar en 2013 y que por el camino acumula una pandemia y una licitación fallida. El mazazo puede ser aún mayor ya que el frenazo puede generar una reacción en cadena que afecta a la nueva facultad de Enfermería, el nuevo centro de salud de Perchera y el anunciado hospital de día infanto-juvenil de salud mental.
De la necesidad de la reforma del principal complejo del Área Sanitaria V, que comprende también a Carreño y Villaviciosa, se viene hablando en los círculos médicos desde hace décadas. Fue, sin embargo, en 2013, cuando el consejero de Salud, de aquella Faustino Blanco, anunció que para modernizar Cabueñes no hacían falta más parches, sino una gran obra. Se fijaba entonces un presupuesto de cien millones de euros, siete veces más del dinero que había costado la última reforma. Esta había implicado hacer un nuevo bloque asistencial cardiovascular y hemodinámico. Pero, como dice el refrán, del dicho al hecho fue un trecho. Y qué trecho porque para ver las grúas y las excavadoras, también las silenciosas, en Cabueñes hubo que esperar hasta el 2022.

La consejera de Salud, Concepción Saavedra, y el viceconsejero de Política Sanitaria, Pablo García, ayer, anunciando la paralización de la obra. / Ángel González
Se inició en aquel lejano 2013 un maratón burocrático y de trabajos que cristalizó en noviembre de 2017 en forma de más anuncios. Con otro consejero, esta vez Francisco del Busto, se desgranó el plan director de la ampliación. Con más movimientos de papeles que de tierras, los plazos eran claros. Las obras de la primera fase de la ampliación tendrían que empezar a lo largo del 2018, como tarde en 2019, y estar terminadas a lo largo del 2021. El confinamiento por la pandemia en 2020 supuso un nuevo y lógico freno.
Las cosas parecía que iban a cambiar a finales de 2021. El Principado aprobó un presupuesto de 45 millones para licitar la ampliación en octubre. Como se dice ahora... "spoiler": salió mal. La licitación quedó desierta. De celebrar que por fin salía adelante la que se tildó como la obra más importante en Gijón en diez años se pasó al fiasco total. Ni una sola empresa se arriesgó a poner a sus obreros a trabajar con un presupuesto calculado en base a los precios de mercado de 2018. Es decir, sin que el Principado hubiera tenido en cuenta las subidas por la pandemia. Ello generó un terremoto político que obligó a otro consejero de Salud, esta vez Pablo Fernández, a poner en marcha una nueva licitación. Salió por 85,8 millones y se adjudicó a las actuales constructoras por 79 en julio de 2022.

Las obras de Cabueñes, en sus primeros compases. / Ángel González
Cumplido el segundo aniversario del inicio de los trabajos en agosto, con la estructura lista y con una demora ya prevista de cuatro meses, se contaba con terminar la primera fase en primavera. Las dimensiones de este nuevo retraso por el parón de las obras, que, salvo mayúscula sorpresa, hará que el final de los trabajos se demore un tiempo largo, hay que entenderlas en el marco de lo que suponía la ampliación. No solo es construir un nuevo edificio de seis plantas más otras dos soterrada sino que también es la pieza clave para poder reorganizar otros espacios sanitarios importantes en la ciudad.
Este nuevo imprevisto afecta también de alguna manera a los vecinos de Perchera ya que el traslado de su ambulatorio al centro de especialidades de Pumarín depende del final de las obras de la ampliación de Cabueñes. Esto es así porque se barajaba que parte de los servicios que se prestan en el "Avelino González". También podría verse afectado el hospital infanto-juvenil de salud mental que también iría en el centro de Pumarín, aunque ese recurso cabría aún allí independientemente tras la construcción de siete nuevas consultas que han servido para liberar espacios. Lo que sí se aleja es la facultad nueva de Enfermería, prevista en la segunda fase de Cabueñes.
Una obra eternizada
- La ampliación del Hospital de Cabueñes lleva décadas tratándose en los círculos sanitarios pero no fue hasta 2013 cuando se anunció un plan para ponerla en marcha.
- Hubo que esperar hasta noviembre del 2017 para conocer el plan director de la primera fase. Se habló de que las obras empezarían en 2018 y terminarían en 2021.
- La pandemia lo frenó todo en 2020. A finales de 2021, se anunció una licitación que quedó desierta. Las obras se volvieron a adjudicar en su primera fase en verano del 2022 a las actuales constructoras. Ahora, todo se vuelve a frenar lo que implicará un nuevo retraso.
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