Mejoras en la seguridad de las parroquias

Las cámaras serán "una ayuda muy importante", aplaude la zona rural

"Vemos cumplido el objetivo", afirma Miguel Llanos sobre la instalación de los dispositivos

Cámaras para frenar los delitos en Gijón

Cámaras para frenar los delitos en Gijón

"Vemos la luz al final del túnel". Son palabras de Miguel Llanos, presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos Rurales "Les Caseríes", en referencia a la llegada, cada vez más cercana, de las cámaras de vigilancia a las parroquias. La rúbrica del contrato entre Ayuntamiento y la Unión Temporal de Empresas Ecotelecable marca que, en tres meses, como mucho, ya deben estar operativos los dispositivos. "Esperamos que estén antes", declara Llanos. Un deseo compartido por el gobierno local.

El líder de "Les Caseríes" señala que las cámaras, pese a no ser la "panacea", serán una "ayuda muy importante" para luchar contra los robos en viviendas que tanto han traído de cabeza a los vecinos, sobre todo en los últimos dos años, tras la oleada de asaltos que sufrieron varias parroquias. Los residentes en la zona rural de Gijón ganarán en "tranquilidad", reivindica Miguel Llanos, que confía en que la colocación de las cámaras no se dilate tanto como el proceso previo. "Ya nos había comunicado el Ayuntamiento que los trámites burocráticos eran complicados", comenta Llanos, que, no obstante, considera que los pasos "podrían haberse acelerado".

El presidente de la federación rural apunta que las cámaras no servirán solo para combatir los robos en las casas, también para las carreras ilegales. "No solo para evitarlos, sino para, si se realizan, poder perseguirlos", manifiesta Miguel Llanos, para quien los 49 dispositivos de videovigilancia serán un apoyo relevante para los cuerpos de seguridad. Aun así, Llanos reclama más presencia de la Guardia Civil y de la Policía Nacional en las parroquias. "Es lo que de verdad disuade", asegura Miguel Llanos, que resume en una frase el sentir de la zona rural con la instalación de las cámaras: "Vemos cumplido el objetivo".

También respira de alivio José María Rubiera, presidente de la asociación vecinal de Castiello de Bernueces, una de las parroquias más afectadas. "Ya era hora", dice sobre la llegada de las cámaras de vigilancia. Comenta Rubiera que estas últimas semanas había que estar ojo avizor en la parroquia por los asaltos a las casas. "Tuvimos una temporada tranquila y luego volvieron. Al oscurecer temprano...", asegura José María Rubiera. La lucha de Castiello por su seguridad ha dado sus frutos.

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