Estos tres barrios gijoneses con gran tirón pueden ya volver a albergar nuevos pisos turísticos
El gobierno ve factible el control desde la actual ley de Turismo, mientras que los vecindarios afectados encaran con temor el final de la prohibición de licencias

Dos placas señalizan la presencia de viviendas de uso turístico. / MARCOS LEÓN
Se acabó la moratoria. Cimavilla, el Centro y La Arena vuelven a ser desde hoy territorios disponibles para la apertura de nuevas viviendas de uso turístico (VUT). Y es que el dos de febrero de 2024, tras su publicación un día antes en el Boletín Oficial del Principado de Asturias (Bopa), entraba en vigor el acuerdo tomado por unanimidad en el Pleno del 24 de enero prohibiendo la concesión de nuevas licencias municipales a este tipo de viviendas durante un año y en las calles incluidas en la denominada zona de gran afluencia turística. El año ha pasado y la prohibición queda eliminada, aunque el escenario de regreso ya no es el mismo. Fundamentalmente por la existencia de una nueva ley autonómica de Turismo que ha cambiado la regulación de los pisos turísticos en todo el Principado.
A esa novedad y a los efectos positivos de la moratoria para frenar una proliferación de VUT que amenazaba con asfixiar a algunos barrios se agarra el equipo de gobierno al analizar el cambio de situación. No lo ven con tanto optimismo desde esos barrios que intentan luchar por ver salir de los pisos a vecinos con la bolsa de la compra que vuelvan día tras día a su casa y no a turistas con la maleta a cuestas noche tras noche. El último registro municipal, fechado el 17 de enero, cuantifica 2.630 VUT en la ciudad. Entre ellas, y tras meses de prohibición, hay 178 en Cimavilla, 422 en La Arena y 797 en el Centro. Otra novedad de este último año es que sobre Cimavilla y La Arena ha empezado a trabajar el Principado de Asturias para que sean declaradas zonas tensionadas en materia de vivienda. Una tensión centrada en los precios del alquiler, que según los informes autonómicos sufre todo el área urbana gijonesa.
Jesús Martínez Salvador, edil de Urbanismo, lo tiene claro: "La moratoria ha cumplido con creces su finalidad: controlar la proliferación de pisos turísticos mientras se desarrollaba una legislación al respecto. Ahora, con la Ley de Turismo ya vigente, el fenómeno será más sencillo de controlar sin necesidad de moratoria". El edil forista pone en valor que con esa medida, pionera en Asturias, se redujo en un 70% la concesión de nuevas licencias. "Pese a tener la situación controlada, desde Urbanismo se seguirá trabajando en perfeccionar los mecanismos de cara a garantizar un equilibrio entre turismo sostenible y la protección de nuestros barrios", indica el concejal. La idea es poder fijar en cada barrio un tope de pisos turísticos respecto al número de viviendas y que no se den más licencias sobre ese tope.
Gente, no edificios
Algo que no convence, por ejemplo, a Cimavilla. "Las ciudades no son edificios, son gente. No es solo es la ratio de VUT por parque de vivienda; por eso las ratios que miden plazas de alojamiento por población residente son tan importantes", explica Sergio Álvarez, presidente de la asociación vecinal "Gigia", que pide actualizar los estudios fechados en 2023 y mirar otras variables antes de tomar decisiones. "El problema es claro. Alquiler en el barrio prácticamente no existe, es todo vacacional. Por eso creemos que es primordial intervenir y no dejar pasar el problema y decir que todo está controlado cuando aún no sé ha hecho nada", sentencia el líder vecinal.
Un problema del que también saben en La Arena. "Nuestro temor es la expulsión de los vecinos del barrio por los elevados costes de los alquileres y las pocas viviendas que hay y que La Arena acabe convirtiéndose en un gran hotel sin control", explica María José Cuervo. La presidenta vecinal de La Arena asume la mejoría que ha supuesto el año de prohibición de licencias pero señala otro problema: el alto grado de ilegalidad que se registra en el sector. "La moratoria estuvo bien pero se siguieron incrementando las viviendas de forma alegal. Son un chollo, con 200 o 300 euros de ingresos por fin de semana. Esto solo se soluciona con control por parte del ayuntamiento y sanciones por fraude fiscal", remata la presidenta vecinal.
Maite Martín, presidenta de la asociación vecinal "Jovellanos" de la zona Centro confiesa que "la moratoria nos dio un poco de tranquilidad pero lo que ahora sentimos es inseguridad, el no saber qué va pasar". Ni considera Martín que una ciudad como Gijón con su oferta hotelera necesite tantos pisos turísticos ni que esté preparada para soportar las consecuencias negativas de la proliferación de estos alojamientos. "No nos molestan los turistas, pueden venir y tienen hoteles donde estar; el problema está en generar un modelo que expulse a los vecinos en sus barrios, y donde vaya cerrando el comercio de proximidad porque un turista no compra zapatos ni pescado en la tienda del barrio. Pasaremos a ver tiendas de recuerdos y puntos donde guardar maletas", explica Martín.
Las VUT de Gijón
- Total (registro municipal a 17 de enero): 2.630
- Centro: 797
- La Arena: 422
- El Llano: 239
- Cimavilla: 178
- Ceares: 154
- El Natahoyo: 153
- Laviada: 150
- La Calzada: 87
El uso de las VUT subió un 13,8% el último año; los hoteles, solo un 3,3%
Las cifras lo dejan claro: los pisos turísticos siguen y suman. A lo largo de 2024 se contabilizaron en Gijón 94.541 visitantes que se alojaron en viviendas vacacionales o viviendas de uso turístico. Un incremento del 13,8% sobre el año anterior elevando el récord que van acumulando este tipo de alojamientos ejercicio a ejercicio. Esos visitantes realizaron 291.995 pernoctaciones. Una subida del 10,7% sobre el ejercicio anterior.
Y si se quiere ver el fenómeno en perspectiva solo hay que recordar que diez años antes, en 2014, ese tipo de alojamientos solo había traído a Gijón a 18.250 visitantes que hicieron 67.470 pernoctaciones. Todos estos datos se encuentran en el estudio elaborado por Invesmark para Visita Gijón como cierre de 2024.
La subida de los pisos turísticos, en plena polémica social y restricción temporal de nuevas licencias, cobra más relevancia cuando se los compara con los registrados en los hoteles. Según datos del Instituto Nacional de Estadística los hoteles gijoneses recibieron el año pasado 410.421 viajeros, lo que supone un crecimiento de solo el 3,3%. Porcentaje que pasa a negativo con las pernoctaciones, que bajaron un 6,7. Eso sí, el incremento del 9% del ingreso por habitación disponible hace que aunque con menos pernoctaciones la facturación de la hotelería local se haya colocado en los 42,2 millones. Un incremento del 5,4% respecto al año anterior.
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