Una jueza insistente, un cambio de ley y una pensión golosa: las claves que llevaron a saber quién era el cadáver de Somiedo
Los hermanos de Luis María J. C., el "hombre delgado" cuyo cadáver apareció en una cuneta de montaña, se vieron acorralados por la reforma del Código Civil que obligó a cambiar la tutela sobre las personas con discapacidad

Piso de la calle Alonso Ojeda, en el barrio de El Llano, donde vivió la familia de "el hombre delgado" de Somiedo. En el recuadro, retrato difundido por la Guardia Civil en enero de 2015. / Ángel González

En una residencia de mayores del Principado hubo hasta hace pocas semanas una plaza reservada para Luis María J. C., el “hombre delgado” de Somiedo. Imposible que Luis María la ocupara porque hacía diez años que había sido enterrado, sin nombre, en un cementerio del concejo somedano. Una forma digna de darle sepultura a un cadáver que fue hallado en enero del 2015 de forma circunstancial por unos caminantes, tirado en una cuneta cerca del mirador del Rebeco, en la carretera de subida a El Puerto.
Desde ayer, como adelantó en primicia LA NUEVA ESPAÑA, están en prisión los hermanos de Luis María, los gijoneses Enrique J. C. y Enriqueta J. C., con quienes convivió en el barrio de El Llano durante años y quienes se quedaron con su tutela a la muerte de sus progenitores. La mujer confesó ante los agentes de la Policía Nacional de Gijón, de Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), que al morir sus padres, cuidadores principales toda la vida de su hermano discapacitado, ellos se hicieron cargo. Tras fallecer Luis María de causas naturales, como reveló la autopsia, optaron por dejar su cuerpo abandonado y expuesto a las alimañas en aquella cuneta de Somiedo, para poder seguir cobrando su pensión. El traslado del cadáver no supuso ningún problema, dado que la grave discapacidad que sufría Luis María había consumido su pequeño cuerpo, de 1,35 metros de altura y con múltiples deformidades, hasta dejarle con poco más de 35 kilos.
Cómo empieza a desenmarañarse la historia
La madeja para identificar a quien durante diez años fue un misterio para los investigadores -la Guardia Civil desplegó una intensa búsqueda que no dio frutos- comenzó a desenrollarse con la reforma del Código Civil en el año 2021. Una reforma que hizo desaparecer la figura de la “tutela” sobre las personas incapacitadas, para convertirla en una “curatela representativa” que supone una mayor consideración de la persona con discapacidad y sus voluntades. La revisión de la tutela por la curatela la debe promover la familia, pero si pasado un tiempo no lo solicita entonces la revisión es llevada a cabo por el juez.
Y eso, explican portavoces de la administración judicial asturiana, fue lo que sucedió en este caso. “Cuando cambió el Código Civil, desde el Juzgado de Primera Instancia número 3 de Gijón, requirieron a la familia para que fuera al juzgado para que se le hiciera al hombre un nuevo peritaje de todo lo referente a su incapacidad. Pero los hermanos nunca aparecieron. Ante la cantidad de incumplimientos que se acumularon, el juez determinó que les quitaran la curatela a los hermanos para otorgársela al Principado”, explican portavoces judiciales.
Sentencia del verano
Una sentencia del pasado verano -que no ha sido firme hasta ayer mismo- retiró a los dos hermanos la “tutela” de Luis María, atribuyéndosela a la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar. De hecho, los representantes de la Consejería ya habían tenido que personarse en el procedimiento en calidad de “defensora judicial” de Luis María. Hacía meses que los hermanos ya estaban en paradero desconocido para las autoridades.
Igualmente, en el transcurso del procedimiento, el juez ofició a la Consejería para que reservaran una plaza residencial para quien todos suponían era un hombre en situación de mucha vulnerabilidad por el proceder inestable de sus hermanos, que no contestaban a nada de lo que les pedían las autoridades. “La plaza estuvo reservada hasta hace unas semanas”, confirman desde la Consejería.
Como siguió pasando el tiempo sin que hubiera noticia alguna de la familia, la magistrada del juzgado de Instrucción número 4 de Gijón ordenó el pasado mes de octubre la detención de los hermanos, por lo que se creía que era una “detención ilegal” de su familiar discapacitado. Nadie aún había ligado su historia con la del “hombre delgado de Somiedo”.
Constantes cambios de domicilio
Los dos hermanos confesaron a la Policía que habían ido cambiando de domicilio para intentar esquivar los requerimientos del juez, hasta que optaron por salir de Asturias. Una orden de busca y captura llevó a que se les encontrara en Guipúzcoa, y la Ertzaintza procedió a su detención y traslado a Gijón.
Cuando la jueza les preguntó por el paradero de su hermano, era lo que seguía interesando a las autoridades, la mujer se derrumbó y confesó que era “el hombre delgado de Babia” del que durante años habían hablado los periódicos. Había pasado tanto tiempo que la jueza ni supo, en un primer instante, de qué le hablaba.
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