El fiasco de la construcción del nuevo hospital

Las consecuencias del parón de la obra de Cabueñes: las Urgencias subieron el 15% desde que se ideó la ampliación

El servicio, uno de los señalados como prioritarios para la obra y que debía tener su reforma este año, cerró 2024 con su máximo de 114.767 asistencias

Zona de entrada de las urgencias de Cabueñes, con el edificio anexo de la ampliación paralizada. | ÁNGEL GONZÁLEZ

Zona de entrada de las urgencias de Cabueñes, con el edificio anexo de la ampliación paralizada. | ÁNGEL GONZÁLEZ

A. Rubiera

A. Rubiera

Cabueñes

El servicio de Urgencias de Cabueñes es uno de los grandes damnificados por el parón de la obra de ampliación del hospital. Un parón, por ahora sine die, al rescindir unilateralmente la Consejería de Salud el contrato con las empresas adjudicatarias (la UTE formada por Los Álamos y FCC) debido a los incumplimientos de plazos y actividad que se venían sucediendo en un proyecto que contaba con un presupuesto de 79 millones para su primera fase, que debía acabarse en este mes de mayo.

Y que sea el gran damnificado tiene que ver no sólo con que en su caso implicaba un cambio integral de los espacios que ahora ocupa el servicio, además de una sustancial ampliación del área de trabajo disponible –que debería haberse podido estrenar este mismo año–. También y sobre todo, por ser la respuesta a muchos años de travesía en el desierto y estrecheces, bien conocidos por todos los gerentes que han pasado por el Hospital gijonés, que siempre tuvieron que sacar algún recurso de donde no lo hubiera para abordar alguna mejoría en lo que era un problema estructural. Ya exprimido el espacio, sin casi despachos, ni almacenes, ni huecos por ocupar, lo único que se podía esperar era una ampliación que ahora se aleja en el tiempo.

Pero también es el gran damnificado porque desde que se planificara la ampliación de Cabueñes, en torno al 2015, el crecimiento de la demanda de asistencia en Urgencias ha sido cercano al 15%. Se empezó haciendo el plan funcional de un servicio que rondaba las 100.000 urgencias anuales y el pasado año, 2024, se cerró con un total de asistencias que roza los 115.000 casos. De atender de media en torno a 275 pacientes al día, a superar los 313 diarios de media.

Solo en un año, en la comparativa entre el 2023 y el 2024, el crecimiento de la demanda de atención en urgencias de Cabueñes es del 5%, pasando de un registro de 109.260 enfermos (2023) a los 114.767 con que se cerró el pasado mes de diciembre.

Sobre todo el incremento se concentra en las urgencias generales de adultos, que se elevaron en un año de 93.373 (en el 2023) a 98.698 (2024). En la serie histórica es el mayor dato registrado nunca. También fue un año de crecimiento en las urgencias pediátricas con cerca de 180 casos más de un año a otro, pasando de 15.887 (2023) a 16.069 (2024).

El servicio de Cabueñes hubiera preferido que el diseño que se iba a ejecutar según el plan funcional que salió a licitación en el 2022, incorporara algunas novedades aprendidas tras la pandemia. Pero, sobre todo, habría querido poder estrenar este año unas instalaciones que se presentaron en su día como uno de los grandes frentes de la ampliación, al ser "una de las áreas que experimentará una mayor transformación", se dijo desde el Sespa. Y se concretaba en que se iba a poder triplicar el espacio actual, que iba a ocupar la planta baja del nuevo edificio. Iba a contar "con un circuito específico, diferenciado del resto de las circulaciones del hospital", y dispondría de tres entradas: una para pediatría, otra para adultos y una más para ambulancias y emergencias (uno de los grandes déficits del servicio actual). Una vez acabado debía disponer de 40 boxes (tras la pandemia se pudo llegar a un máximo de 36), 17 sillones, zona de observación para 30 pacientes, dos consultas de especialidades, tres de traumatología y dos salas para exploración ginecológica. Las urgencias generales iban a estar separadas de las de pediatría, donde habría una sala de triaje, tres consultas, un box para pacientes críticos y cuatro de observación, así como sala de aislamiento y otra de nebulizaciones. Todo eso tendrá que esperar.

Una realidad que se replica en el HUCA y que tiene muchas causas

Lo que le pasa a Cabueñes con sus urgencias no deja de ser un fiel reflejo de lo que está ocurriendo a la mayoría de las urgencias hospitalarias, y para muestra, el Hospital Universitario Central de Asturias. En el período que va del 2019 (último año antes de la pandemia) al 2024 la demanda de asistencia creció en el HUCA cerca del 16%. Eso supone, en cifras, que se pasó de 118.320 urgencias a las 137.074 con que acabó el año pasado. En el mismo período, del 2019 al 2024, el aumento en Cabueñes fue ligeramente inferior: un 11,8%.

Los expertos apuntan a causas multifactoriales: el perfil de una población envejecida, un sociedad que demanda soluciones inmediatas, la desconfianza en la capacidad de resolución (por su menor equipamiento técnico y de pruebas complementarias) de la red de Atención Primaria. Pero a la tendencia no se le ve el freno.

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