El misterio de las togas de los abogados gijoneses perdidas en los Juzgados

El decano, Benigno Villarejo, escribe a sus compañeros para pedirles que no dejen las prendas prestadas "tiradas en los pasillos" y para informarles de un nuevo sistema de recogida y devolución más supervisado

Togas durante un acto del Colegio.

Togas durante un acto del Colegio. / JUAN PLAZA

Gijón

Hay un caso sin resolver de puertas para dentro en el Colegio de la Abogacía de Gijón: desaparecen togas. La lista suma, hasta ahora, 16 ausencias, y por ahora no se ha podido comprobar si las prendas están siendo sustraídas de manera deliberada o si, al contrario, acumulan polvo en las casas de letrados distraídos que no se han acordado de regresarlas. Como nunca habían faltado tantas togas en la sede colegial de Cimavilla, el decano del gremio gijonés, Benigno Villarejo, envió ayer, día de San Valentín, un comunicado dirigido a todos los colegiados. En él les informa, por un lado, de unas desapariciones que él ya tilda como "alarmantes" y, por otro, de la activación de un nuevo sistema de recogida y devolución de estas prendas, más vigilado, para evitar una merma aún mayor entre las perchas del armario abogacil.

El decano inicia su misiva yendo al grano: "En los últimos meses se ha venido constatando el preocupante aumento del número de togas que desaparecen del armario colegial". Al no existir prueba alguna de que los enseres estén siendo robados, Villarejo admite a renglón seguido que se ignora "si dichas desapariciones son intencionadas o se deben a meros despistes de los compañeros que las utilizan y se olvidan de devolverlas". Se ignora, sí, pero es raro. Escribe Villarejo que estas ausencias ocurren "pese al control de firmas que, como sabes, se venía utilizando para verificar tanto la recogida como la devolución de las mismas". Y ahora, por eso, se activa un nuevo sistema de la citada recogida y devolución de prendas que, ya adelanta Villarejo, los abogados tendrán que afrontar con paciencia. "Es evidente que tal medida puede generar alguna molestia, ya que provoca un pequeño retraso en la recogida y devolución, razón por la que recomendamos acudir a la oficina colegial con antelación suficiente", les cuenta.

El decano en su carta se tutea con familiaridad con los abogados, pero también se dirige a ellos usando la primera persona del plural, seguramente porque habla en nombre de toda la directiva, y que ayuda a suavizar un tono que a veces suena a reprimenda. Dice: "Aprovechamos para recordar la necesidad de que se devuelvan las togas al armario toguero colegial". Y dice: "En algunas ocasiones comprobamos que las togas quedan literalmente tiradas en pasillos y en salas de vistas, lo cual posibilita que puedan hacerse con ellas personas que no proceden a entregarlas en la oficina colegial".

El decano se disculpa con los letrados usando la misma fórmula de tuteo y de sujeto plural: "Lamentamos las molestias que las acciones implantadas puedan causarte, pero esperamos comprendas la necesidad de adoptarlas para preservar los bienes colegiales. Tan pronto sea posible adoptaremos medidas que permitan una más sencilla y rápida recogida y devolución".

Pero el daño ya está hecho, en parte. Las mermas en el citado armario togacil ya han motivado una compra de material no previsto. "Esta circunstancia", la de la desaparición de togas, cuenta Villarejo, "ha experimentado un alarmante incremento", dice, "lo cual nos ha obligado a adquirir un importante número de ellas". Así, el servicio de préstamo de togas se mantiene, pero con una especial vigilancia de quién las coge y las devuelve en la sede de Gijón. Hasta nuevo aviso.

Faltan 16 togas en el Colegio

La "alarmante" desaparición de togas propiedad del Colegio de la Abogacía de Gijón ha motivado que su decano, Benigno Villarejo, haya enviado un comunicado a los letrados en el que les avisa de que faltan 16 de estas prendas que se habían prestado, una cifra para él "preocupante".

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