El vehículo más antiguo de España en estado de marcha está en Gijón: así es esta grúa de vapor del año 1891

El Museo del Ferrocarril rehabilita un vehículo que llegó a levantar cinco toneladas: "Le da un valor fundamental"

Por la izquierda, Beatriz Vilarnovo, Alba Sanz, Mario Crespo, Adrián Fondón y Javier Fernández, en la grúa, antes de echarla a andar.

Por la izquierda, Beatriz Vilarnovo, Alba Sanz, Mario Crespo, Adrián Fondón y Javier Fernández, en la grúa, antes de echarla a andar. / P. A.

Pablo Antuña

Pablo Antuña

Gijón

En sus instalaciones tienen un par de locomotoras que se imponen en antigüedad, pero que no funcionan. Por eso en el Museo del Ferrocarril pueden presumir de una grúa de vapor, del año 1891, que pertenecía a la Fábrica de Trubia, que es ahora mismo el vehículo más antiguo en estado de marcha de España. Así lo asegura Javier Fernández, el director del museo. "Le da un valor fundamental. No hay ningún otro vehículo hecho en España tan antiguo ahora mismo que funcione y eche a andar", enfatiza.

La grúa de vapor, hacia el año 1950, en la Fábrica de Trubia.

La grúa de vapor, hacia el año 1950, en la Fábrica de Trubia.

Este fin de semana concluyó la rehabilitación de esta grúa, que se recibió en 1996 en el museo y al que se le hizo un lavado de cara en aquel momento. Ahora han llevado a cabo un nuevo trabajo de puesta a punto, por el paso del tiempo, para que siga manteniendo ese encanto. "Cada cierto tiempo hay que rehabilitar las máquinas. Esta vez ha tocado ponerle un techo nuevo, arreglar el tanque y alguna cosa más de rehabilitación", destaca Fernández.

Lo especial de esta máquina, que llegó "en un muy mal estado cuando la adquirimos", resalta Fernández, es que en estos momentos ofrece prácticamente las mismas prestaciones que desde el primer día. "Se mueve, gira la pluma, baja la cadena y levanta todo tipo de cosas", indica. "En su momento llegó a levantar unas cinco toneladas, como cañones o cubilotes de fundición", apunta sobre una grúa manual del año 1850 que se transformó para hacerla móvil y de vapor al instalarle un caldera en 1891.

Alba Sanz y Beatriz Vilarnovo, junto a la caldera, durante el arranque.

Alba Sanz y Beatriz Vilarnovo, junto a la caldera, durante el arranque.

Precisamente la caldera es lo único que se modificó de sus piezas originales. "La seguimos conservando, pero se le puso una nueva en 1997", comenta el director del Museo del Ferrocarril, mientras ultima los últimos detalles de la rehabilitación con voluntarios de la Asociación de Amigos del Museo del Ferrocarril. Ellos introducen biocombustible y "carbón de fuera" para echarla andar. "Antes se alimentaba de leña", recuerda Fernández.

Que funcione a vapor es otro de sus símbolos especiales. Solo hay otras cuatro máquinas con ese sistema en el museo. Con el final de la restauración, esta histórica grúa ya vuelve a exhibirse a los visitantes, de cara a talleres y actividades. "Un museo no puede ser estático, y menos el nuestro. La mejor manera de saber cómo es algo tiene que ser es en funcionamiento. Esta es una máquina muy sensorial, la ves, hueles, sientes y notas el calor que tiene", concluye Javier Fernández.

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