Entrevista | Fernando Cevallos Presidente Asociación San Juan Nepomuceno

"El navío San Juan une artillería y maniobrabilidad"

"Cuando entendamos que dependemos de la mar, conseguiremos que la cultura y la historia marítima tengan más peso", destaca el historiador

Fernando Cevallos.

Fernando Cevallos. / LNE

Pablo Antuña

Pablo Antuña

Gijon

Fernando Cevallos Fresneda, doctorando en Historia Moderna por la Universidad CEU San Pablo, es el presidente de la Asociación San Juan Nepomuceno, un colectivo que trabaja en la reconstrucción del navío de la Armada del siglo XVIII que participó en la batalla de Trafalgar. Cevallos participa hoy a las 19.00 horas en la Escuela de Comercio en un acto en el que presentará el proyecto en el que trabajan, junto a Fabio Castaño, vicepresidente de esta asociación; y Rodrigo Pérez, vocal de ingenería del colectivo. La actividad que analiza la recuperación de este buque, construido en Cantabria en el Real Astillero de Guarnizo, está organizada por la Fundación Alvargonzález, en colaboración con el Ateneo Jovellanos.

-¿Qué tiene de interesante este emblemático navío San Juan Nepomuceno?

-En primer lugar, no debemos olvidar que fue el navío de Cosme Damián Churruca. En el romanticismo y después Galdós unieron el San Juan Nepomuceno con el servicio a la patria, con el cumplimiento del deber y con ese sacrificio. Para nosotros es importante y también para la sociedad, porque esa visión épica de Churruca se ha mantenido, pero no se ha contado la otra parte, que no deja de ser que Churruca fue un gran renovador, y este buque fue donde pudo poner en práctica sus experiencias y los cambios que quería renovador. Como artillero, a través de este navío, probó nuevas formas de puntería para mejorar el rendimiento de la Armada. Y también que apostaba por fortalezas propiamente flotantes.

-¿Qué más resaltaría?

-El San Juan Nepomuceno significa una fusión de la tradición artillera española con la innovación francesa en los ámbitos de maniobrabilidad. Era un buque importante porque era también mas veloz y maniobrable que los navíos de su época. Y otro apunte importante es en sí mismo, porque representa el último culmen de Guarnizo como Real Astillero de La Armada, que fue el primero y el que contaba con más obreros especializados en este tiempo. Pero no hay que verlo como algo cántabro solo.

-Explíquese.

-Pues porque recibían colaboración de otros puntos. Guarnizo no habría sido nada sin la madera de burgos, o la asturiana en cierto tiempo. O el conocimiento de constructores navales vascos. De alguna manera no deja de ser un astillero nacional, en el que españoles de muchos orígenes colaboraban con un fin militar.

-¿Cuál es el motivo que les lleva a esta reconstrucción a escala del navío en la que se encuentran inmersoso?

-El proyecto parte de mi tesis doctoral. Nos dimos cuenta en ese momento que se hacía mucha divulgación, pero que se necesitaba un activo más, algo que nos permitiera contar esas ideas de historia naval, a los españoles de a pie. Y nos consideramos que la mejor manera era un museo, porque de esta manera tendríamos un impacto mayor. Y el otro argumento es porque no se ha hecho ninguna reconstrucción. En España nos faltan buques museo, en el que el visitante vaya y se haga una idea de cómo son.

-Participan en el proyecto historiadores, ingenieros o profesores. Hay muchos ámbitos representados. ¿Qué es lo más complicado de llevar a cabo?

-Ya contamos, que es importante, con la colaboración de la Real Cabaña de Carreteros y el excelente pinto burgalés de Quintanar de la Sierra. No tenemos la complicación de buscar la madera, hacer la ingeniería o las piezas, o investigar el barco. Lo más complicado es el marco político e institucional en el que tenemos que trabajar. Por un lado un dique que es un dominio portuario, y por otro que estamos en Santander y también está sujeto a su propia concepción urbanística. El mayor problema es que las instituciones trabajen juntas. Y luego está la cuestión de que el San Juan Nepomuceno cumpla todos los principios para saber que un buque es histórico. Por eso necestamos que todas las instituciones trabajen al unísono.

-¿Considera que cuesta que se reconozca esa historia y patrimonio en torno al mar?

-El problema es que los españoles no ven la importancia de la mar. Nos falta que entendamos que vivimos en un país echado a la mar. Y que es algo más que ir a la playa en verano, o el pescado que se compra. Cuando el español entienda que es dependiente de la mar, y que una parte de su historia es eso, conseguiremos que la cultura e historia marítima tengan más peso.

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