Entrevista | Miguel Barrero Escritor y director de la Semana Negra

"La Semana Negra abrirá por primera vez con un programa doble"

"Queremos dar otro aire a las carpas", adelanta el responsable del festival, "tranquilo" ante el cambio de sede: "El Ayuntamiento busca el mejor lugar posible"

Miguel Barrero, en el puerto deportivo.

Miguel Barrero, en el puerto deportivo. / Ángel González

Gijón

El programa de la que será la segunda edición de la Semana Negra bajo la dirección de Miguel Barrero Vázquez (Oviedo, 1980) está casi cerrado y llegará con novedades, entre ellas, un programa doble como inauguración y una renovación estética de las carpas. Al festival, que se celebrará entre los días 4 y 13 de julio, le han salido además dos "hermanas" en este último año: la Semana Negra de Buenos Aires y el en ciernes festival Empatia de Latina (Italia), que nacen bajo el amparo del sello gijonés.

Este año vuelve Markaris.

Sí, vuelve Markaris y, aunque aún no voy a dar los nombres porque quiero tenerlos atados al cien por cien, sí puedo anunciar que por primera vez abriremos la Semana Negra con un programa doble.

¿Programa doble?

En 2021, cuando la Semana se hizo en el Muelle, se comenzó a hacer algo que hasta entonces nunca se había hecho: empezar ese mismo viernes con una actividad. Hasta ese momento el primer día solo se cortaba la cinta. Este año, en vez de una actividad, habrá dos. Contaremos con dos figuras internacionales e indiscutibles de la literatura. Una de ellas ya ha estado en la Semana Negra; la otra, no. Estamos muy contentos y tocando madera.

¿Se mantiene el sistema ampliado de carpas?

Sí, con las cuatro, pero con cambios. Queremos, por un lado, que la apariencia de estas carpas tenga otro aire y, por otro, mejorar su ubicación. La de Las Culturas pasará a ser una carpa exenta junto a la de La Palabra para que las cuatro se articulen en torno a un espacio central, en torno a la pluma.

¿Sumar una carpa incrementa el gasto?

Sí, pero también permite aprovechar mejor el espacio. La Semana Negra es un festival eminentemente literario, pero también tiene la vocación de dar un servicio a la ciudad y hay muchos colectivos que quieren estar presentes. Antes de incorporar la cuarta carpa, muchas de esas demandas eran incompatibles con el espacio del que disponíamos. Aún hoy la demanda sigue siendo superior a lo que podemos programar.

Ya se ha anunciado un homenaje a Ángel González. ¿En qué va a consistir?

Va a tener varios hitos. El más llamativo será una lectura pública y colectiva de sus versos el último sábado por la tarde. Antes, si no me falla la memoria, habrá otras tres actividades en torno a su peso, su relación con Asturias y su influencia en la poesía. También estará presente, como siempre, en la velada poética. La inventó el, así que el mero hecho de celebrarla ya supone invocar su memoria.

También se recordará a Mariano Antolín Rato.

Sí, porque, además de ser uno de los últimos premiados el Celsius, fue un escritor y un traductor muy vinculado a esa literatura "underground", fuera de los márgenes, que tanto gustan a la Semana Negra.

¿Esta cosa de homenajear a autores, que ya se hizo en la pasada edición, va a formar parte del "sello" de su etapa como director?

No lo sé, hasta ahora surgió por una serie de efemérides que han ido coincidiendo. Sí creo que siempre está bien tener un hueco de recuerdo a los maestros y el año pasado, de hecho, ocurrió una cosa muy bonita con la actividad de homenaje a Onetti. Esa sí que fue un poco más personal; soy un gran admirador suyo. En esa mesa redonda, al acabar, yo salía de la carpa y una chica nos dijo que nunca había leído a Onetti pero que, después de escucharnos, pensaba comprarse algún libro suyo. Y esa es una de las funciones fundamentales de la Semana Negra y para eso sirven los homenajes, para que incluso la gente que aterriza allí de casualidad se sienta interpelado por algo y se anime a leer.

A la Semana Negra le han salido "hermanas" en Argentina y en Italia. ¿Cómo surgieron esos festivales?

La edición de la Semana Negra de Buenos Aires surgió porque un escritor argentino, Loyds Lebrón, estuvo en la Semana Negra, creo, de 2015. Y le gustó mucho, así que se puso a pensar en cómo replicarlo. Al final logró el apoyo del gobierno de la ciudad y nos preguntó si podíamos apadrinar el proyecto, porque para ellos era importante contar con la marca o el aval de la Semana. También les asesoramos un poco en cuanto al espíritu de las actividades y actuaremos como una suerte de prescriptores de autores españoles. La primera edición fue el año pasado, en octubre, y fue muy bien. Y uno de los autores asistentes fue Gian Luca Campagna, un autor italiano. Al ver el formato, habló con representantes de su municipio, Latina, que está al lado de Roma, y firmamos un hermanamiento en los mismos términos.

Y ahora a la Semana Negra italiana seguro que va un autor francés que le gusta el formato y...

(Ríe). ¡Puede ser! Sería bonito crear una red de festivales internacionales de la Semana Negra. De momento somos tres.

¿Estos hermanamientos refuerzan la sensación de que el impacto de la Semana Negra parece que se valora más fuera?

No tengo ninguna duda. Ya lo sabía de antes, pero me volví aún más consciente cuando asumí la dirección. Se me anunció como director un sábado y el lunes tenía el correo lleno de mensajes desde los lugares más pintorescos de gente dándome la enhorabuena y haciéndome preguntas. Sí, fuera de aquí la Semana Negra despierta un interés que quizás no se ve tanto cuando la tenemos tan cerca. Creo también que es normal. En Gijón la Semana es una cosa que se da por consabida, que casi forma parte del paisaje.

Ese paisaje está a punto de cambiar.

Eso parece, sí. Siendo sincero, no es algo que me preocupe ahora mismo. Estoy centrado en la edición de este año, que sí parece que será la última en el entorno del Naval, pero por lo que he podido hablar con el Ayuntamiento hay una total disposición a buscar un nuevo emplazamiento. Estoy bastante tranquilo.

Ya defendió más veces la explanada del campus universitario.

Es la opción que más nos gusta y creo que es comprensible: es una parcela que se urbanizó para organizar precisamente eventos como la Semana Negra. Está bien comunicada con cualquier punto de la ciudad y no molestaría a ningún vecino porque allí no hay vecinos.

Pero el proyecto de la residencia de estudiantes podría ser un problema.

Es lo que hay que mirar. Pero el Ayuntamiento tiene la intención de que la Semana Negra siga y estoy seguro de que quieren para ella el mejor lugar posible. Todos entendemos que la pervivencia de la Semana Negra es bueno para Gijón y para Asturias. Somos el principal festival literario de la comunidad autónoma y uno de los mayores de España.

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