Lluvia de turismo en Gijón pese a los chubascos, con la ocupación a una gota del lleno

Prueba superada para el sector turístico gijonés. Aunque los augurios de visitas del sector eran muy optimistas para el puente de esta Semana Santa, nunca se perdió de vista una previsión del tiempo poco halagüeña que, al final, se cumplió. Las lluvias marcaron los últimos festivos y provocaron "muchas cancelaciones" de última hora, pero, aun con todo, la tasa de ocupación media de los hoteles de la ciudad mantuvo el tipo y se quedó en un 81,51 por ciento; a una gota del lleno técnico, que pone el listón en el 85 por ciento de habitaciones reservadas. Con ello, el ámbito turístico –tanto los profesionales como la corporación municipal– hace una lectura "positiva" de las cifras, con la mirada puesta en la próxima cita vacacional del puente del 1 de mayo.

"Un año más hemos registrado una gran afluencia de visitantes, con cifras que consolidan a nuestra ciudad como un destino de referencia en el norte de España", manifestó ayer la vicealcaldesa de Gijón y concejala de Turismo, la popular Ángela Pumariega. Para la teniente de alcaldesa, Gijón puede estar "muy satisfecha" con los resultados obtenidos, pese al mal tiempo y las bajas, y agregó que la facturación, en términos económicos, ha sido "la misma" que el año pasado.

Pumariega ve dos contrapesos claros que le han valido más al turista y que han vencido a las lluvias de las últimas jornadas. El primero, la programación cultural y gastronómica que ofrece el municipio, "atractiva y variada", que ha tenido una "excelente acogida" y ha contribuido a "dinamizar" Gijón. En segundo lugar, uno de los elementos principales de la razón de ser de la Semana Santa, más allá de unos meros días festivos: las procesiones. "La participación ciudadana, especialmente durante el Jueves y Viernes Santo y el Domingo de Resurrección, va en aumento", declara la edil.

Desde la patronal de Hostelería y Turismo de Asturias, Otea, lamentan el descenso de un ocho por ciento en la tasa de ocupación hotelera, aunque, refiriéndose a la hostelería, "no ha estado mal", aunque "se esperaba más", afirma el presidente a nivel local, Ángel Lorenzo. En Otea razonan de igual manera que desde el Ayuntamiento, con cancelaciones de última hora por las lluvias, pero consideran que los eventos sidreros y cerveceros que acogió la ciudad desde el Jueves Santo "restaron clientela y ambiente" a los establecimientos del Carmen o la Ruta de los Vinos.

Juan José Tomás, hostelero del restaurante Casa Ataúlfo y llagarero de Sidra JR, se da por "satisfecho" en un puente que ha sido de contrastes, con unos mediodías "a tope", con gente que incluso se ha quedado sin mesa, y unas noches "tranquilas". En el llagar, también muchas visitas, principalmente de parejas, aunque también grupos grandes, sobre todo de Madrid, donde Asturias "tiene tirón". Respecto al tiempo, asegura que el que viene al Principado "ya sabe lo que hay".

Turismo nacional y extranjero

Las calles de Gijón, con más o menos gente que en años anteriores, sí han estado llenas en Semana Santa gracias al turismo procedente de todas partes de España, aunque un aporte llamativo de visitantes hay que atribuírselo al extranjero, más en concreto al atraque del crucero británico "Britannia", procedente de Southampton, del cual desembarcaron más de 4.000 turistas.

De otras latitudes más cercanas, desde Navarra, llegó la familia Lario, que se decidió por una estancia en Asturias de nada más y nada menos que cinco días: llegaron el miércoles. El grupo de valientes, a los que no amilanó la lluvia vespertina, paseaba ayer por el puerto gijonés, "encantados" de lo que estaban descubriendo en estas tierras. Por la mañana, visitas guiadas; al almuerzo, mesa puesta de fabada y cachopo, que bajaban con una caminata.

Los que suelen elegir Asturias asiduamente y tienen una segunda residencia, en concreto en Trubia, son el matrimonio vallisoletano formado por Fernando Prado y Cristina Parra, que, junto a sus hijos Izan, Martina y Mateo, pusieron pie en Gijón casi todos los días de sus vacaciones. La zona "les gusta", así como las procesiones, que son muy del gusto de Cristina. Se van con una bolsa llena de bollinos preñaos bajo el brazo.

Desde dentro de la región, algunos también eligen desplazarse a Gijón a echar el día. En concreto, desde Oviedo, otra pareja, Aída García y Adolfo Ardisana, se sorprendió de ver a tantos ingleses en la ciudad "en pantalón corto". "Ahora que sabemos lo del crucero, todo encaja", remataron.

Suscríbete para seguir leyendo