Los jesuitas de Asturias rezan por la brújula que les guio desde el Vaticano: "Francisco ha marcado una línea irreversible"

De la capacidad transformadora del Papa Francisco saben bien los alumnos del colegio de la Inmaculada, que, durante toda la jornada de ayer, en las aulas del centro de la Compañía de Jesús en Gijón, al conocer la luctuosa noticia, han rezado por Jorge Mario Bergoglio, "una persona que ha cambiado la iglesia". "Ha supuesto una revolución por estar al lado de los pobres y de los más necesitados", valoraba la joven Carla Rodríguez Suárez, alumna de sexto de Primaria C, tras el rezo vespertino en la capilla San José. Ella, al igual que sus compañeros y docentes, pusieron en valor la misión llevada a cabo por el primer jesuita que lució el Anillo del Pescador.

El legado del Papa Francisco, tienen claro los jesuitas asturianos, "se irá viendo a lo largo de los años". "Todos los papas es cierto que marcan un antes y un después, pero Francisco ha marcado una línea irreversible. No hay marcha atrás. Los valores del evangelio han quedado muy expuestos, nos ha acercado al corazón del evangelio, con su cercanía, su coherencia y su valentía. Lo ha hecho todo muy visible, por encima de lo superfluo", reflexionaba Alfredo Flórez Cienfuegos-Jovellanos, coordinador temporal de la Plataforma Apostólica de Jesuitas Asturias y exdirector del colegio de la Inmaculada, convencido de que "ha sido el papa de la esperanza y de la alegría y nos ha dejado la iglesia en sintonía con la gente y con los problemas del mundo".

La obra del Pontífice fue honrada ayer en forma de oración en todos los centros jesuitas de Asturias con unas palabras creadas exprofeso y que sirvieron para agradecer sus enseñanzas, por "las sonrisas que nos regaló con sus palabras", por "el impulso para buscar e ir hasta las fronteras" o, por citar otro ejemplo, "por la cercanía a otras religiones, a otras creencias". "Ha sido una persona muy importante que ha cambiado la historia de la iglesia al ser el primer jesuita que ha llegado a Papa", compartía Santi San Narciso, durante los rezos en la capilla del centro, coordinados por su tutora, Claudia Solís Blanco. "Fue una persona segura de lo que hacía, con un corazón de oro que dio su vida por los demás", remataba, por su parte, el alumno Raúl Ana.

Esa vuelta del Papa Francisco al evangelio es la misión que la compañía de Jesús siempre ha defendido en su labor educativa a la hora de crear hombres y mujeres para los demás que fuesen "conscientes, competentes, compasivos, comprometidos". El Pontífice ha ayudado a los alumnos a tener una visión global del mundo en el que viven. "Ha sido un ejemplo a seguir", confesaba la joven Carla Rodríguez Suárez. "Todas sus encíclicas lo demuestran, como su cercanía al problema del medio ambiente. Son temas que han llegado a la gente, que comparten muchas personas, aunque no sean católicas. Encíclicas que nos han ayudado a posicionarnos en el mundo", resaltaba Flórez Cienfuegos-Jovellanos.

Esa dimensión del Papa Francisco se transmite a través de todos los centros educativos de la Compañía de Jesús, no sólo los colegios. "En el Evangelio de Juan (10, 11-17), Jesús se nos revela como el Buen Pastor que da la vida por sus ovejas. No es un asalariado que huye ante el peligro, sino aquel que se entrega completamente. Así vivió el Papa Francisco: con un amor incondicional por la Iglesia y por el mundo, particularmente por los más frágiles y olvidados. En ‘Fratelli Tutti’, nos recordó que la fraternidad y el amor solidario son el camino hacia una humanidad más justa y reconciliada", reflexionaba el jesuita gijonés Antonio Allende, rector de la Universidad Pontificia Comillas.

El reconocimiento al Papa Francisco continuará en los próximos días en los centros de los jesuitas para seguir poniendo en valor a quien ha sido "una brújula que nos acompañará el resto del camino".

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