Gijón celebra el 23 de abril entre las páginas de los libros: "Es el día de la felicidad"

Con mercadillos, cuentacuentos, representaciones de títeres o recitales. Los centros educativos gijoneses se volcaron ayer para festejar el Día del Libro con distintas actividades para fomentar la afición por la lectura en una jornada en la que tampoco se quedaron atrás las librerías. "Ha sido uno de los mejores Días del Libro de los últimos años", señalaba Rafael Gutiérrez Testón, propietario de La Buena Letra y presidente de la asociación de libreros de Asturias.

"Para nosotros, este día es el de la felicidad", reivindicaba Rafael Gutiérrez Testón, que aplaudió la afluencia de familias en las librerías. "Cuando cada uno elige su libro es una fiesta", declaraba Gutiérrez Testón, que incidió en que el 23 de abril siempre es una fecha "especial" en la que el "libro es el protagonista". Este año, además, había una novedad para "endulzar" la efeméride, con la venta de roscas saladas o dulces para que después se regalasen junto a un libro por San Xurde, como se hace en Cataluña con una rosa por San Jordi. Una iniciativa impulsada por el Principado con la colaboración del Gremio de Escritores, la Asociación de Librerías, la Asociación de Bibliotecas de Asturias, el Gremio de Artesanos Confiteros, la Asociación de Panaderos y Pasteleros, la Unión de Comerciantes y la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Miel de Asturias. En Gijón, la confitería Balbona, la única que participaba, "agotó las previsiones", subrayó Rafael Gutiérrez Testón, que confía en que en 2026 más negocios se sumen al proyecto. "Se va a convertir en tradición", vaticinó.

En la plaza del Parchís, el colegio Jovellanos desplegó su tradicional mercadillo solidario. En esta ocasión, en beneficio de la asociación Trufa Negra, dedicada a la intervención asistida por perros. Los propios estudiantes y sus familias donaron los libros y fueron los de quinto y sexto de Primaria los encargados de venderlos al resto de cursos y a los paseantes que se detenían en las mesas. "Les hace mucha ilusión, es una actividad muy bonita", apuntaba Lara Pedrosa, madre del colegio, que recalcó el "doble objetivo" de la mañana, incentivar la lectura en los críos y, de paso, ayudar económicamente a una causa solidaria. "Ya vendí ocho libros, esto es genial", celebraba Alejandro Darriba, alumno de sexto.

Carolina López, autora de cuentos infantiles como "Una jirafa en el bosque", visitó el colegio Príncipe de Asturias y compartió algunas de las historias con los pequeños de Educación Infantil. El colegio Virgen Mediadora Dominicas disfrutó de la actividad "Ponte en mis zapatos". Los pasillos, aulas y rincones del centro se transformaron en un escaparate literario. Cada alumno creaba un microcuento y lo depositaba en el interior de un zapato. Los estudiantes, después, leyeron las historias elaboradas por sus compañeros. Mientras, en el colegio Nicanor Piñole tuvo lugar un intercambio de libros y los alumnos explicaron en un mural por qué les gusta leer.

El colegio Miguel de Cervantes organizó talleres de títeres articulados, de creación de siluetas para teatro de sombras y de escritura creativa con Kris M. García-San Miguel y Cris Ramos. Y también se desarrolló "Libera versos", actividad en la que los estudiantes escribieron poemas que introdujeron en una jaula para "liberarlos". Acompañó la música y Natalia Coronado, que recitó poemas de su obra "El arte de volver a ser". En el colegio San Vicente de Paúl, entre otras cosas, hubo un "bookflix", con infografías con información sobre autores destacados de la literatura universal. En el Severo Ochoa apostaron por un "bookface", cuya idea era crear una fotografía donde alumnos y profesores parecen "formar parte de la escena que se representa en la portada de varios libros". En El Polígono, los libros "salieron a la calle". Se repartieron a la salida de los colegios de la zona y también el barrio se veía decorado por frases y poemas en algunos espacios. Asimismo, Yosune Álvarez presentó su obra "Amazona. La talla del bastón", actividad enmarcada en la iniciativa "Abril, libros mil" de la asociación vecinal. Gijón no pasó página para conmemorar el Día del Libro.