El Tostaderu calienta la temporada de baños en Gijón: "Aquí estamos en familia"

Los habituales de la zona de San Lorenzo, que van "todo el año", disfrutan de los días de sol antes del inicio de la época de baños

Gijón

El sol en Gijón tiene nombre propio. Da igual que sea abril o agosto que, con marea baja, los fieles del Tostaderu acuden a la esquina de la playa de San Lorenzo para tomar el sol. El buen tiempo que ha reinado en los últimos días ha sido propicio para que la mítica zona del arenal sea el sitio ideal para tomar el sol. "Aquí estamos todos en familia", resume Lucía García desde su habitual parcela de la playa. Junto a Patricia Castaño, acuden desde La Felguera cada vez que el Lorenzo hace acto de presencia. "A la mínima que hace el sol, venimos. No hace el aire que hay en otras zonas".

El pedrero de San Lorenzo es la zona por antonomasia para coger color en la piel, siempre y cuando la marea respete. Dentro de las comodidades que ofrece, también deja algunas reclamas entre los míticos de la zona. "Un poco de arena no vendría mal y cuidar más la limpieza de la zona", menciona Paz González. Aunque el tema es cuestión de gustos, ya que en la tumbona de al lado, Leri Álvarez no opina lo mismo. "Esto ya lo vinieron a limpiar esta semana, el problema es que el mar cuando sube deja estos restos", en referencia a las algas y algunos trozos de madera que les rodean.

Lucía García, en la silla, y Patricia Castaño, tumbada en la arena.  | MARCOS LEÓN

Tania Hernández y David Álvarez, con su hija Carlota Álvarez. / MARCOS LEÓN

No obstante, ambas coinciden en lo mismo, que como el Tostaderu no hay otro sitio en la playa. "Nosotras venimos todo el año, incluso en invierno", apunta Álvarez. Carmen Redondo, también del grupo, expone la principal virtud de la zona. "Cuando sale la brisa no puedes estar en el resto de la playa. Esta es la mejor zona. Abriga mucho".

Son las escaleras 16 y 17 el refugio de aquellos que no miran el calendario para bajar a la playa. "Vengo ahora, cuando mejora el tiempo. Trabajo de noche y aprovecho cuando tengo tiempo", señala José Luis Vicente, desde su rincón en el pedrero. A pocos metros, un hombre rebusca entre las rocas con su detector de metales. Es ucraniano y apenas entiende el español, pero disfruta del Tostaderu como un playu más. "Muy bueno", aprueba el buscador de tesoros, ataviado con todo un equipo para obtener algunas de las joyas que se esconden bajo la arena de la principal playa de Gijón.

Cerca del puente del Piles, Carlota Álvarez da sus primeros pasos sobre la arena bajo la atenta mirada de sus padres. Con apenas un año de vida, ya hace cantera para ganar su sitio en el Tostaderu. "Esta es de las mejores zonas de la playa. Se puede aparcar sin problemas pegado a la playa y si no siempre nos queda el parque Hermanos Castro", explica David Álvarez, vecino de Nuevo Roces, que explica que para bajar al principal arenal de Gijón junto con su hija lo tiene que hacer en coche. "El autobús tarda una hora y con el carrito se hace imposible", explica añadiendo que eso no es inconveniente para tomar el sol "Cuando hay un rayito de sol nos lanzamos a la playa".

Tania Hernández y David Álvarez, con su hija Carlota Álvarez.

Lucía García, en la silla, y Patricia Castaño, tumbada en la arena. / MARCOS LEÓN

"El contrato se va renovando"

Otra de las ventajas que les ofrece esta parte de la playa es la accesibilidad. "La rampa nos ayuda a bajar con el carro y no suele haber tanta gente". Por el contrario, también está la parte negativa de cuando sube la marea. "Ahí es cuando toca marchar o a tomar algo".

Pero si por algo se ha caracterizado el Tostaderu, además de ser el sitio indicado para coger el moreno en la piel, es por ser una zona de encuentro entre habituales. "Esta zona es de gente fija, se ve que están los mismos todo el año", confirma Álvarez. Personas como Leri Álvarez, que no desvela su edad, pero asegura llevar décadas acudiendo, le dan la razón. "Aquí venimos muchos durante todo el año, incluso en invierno". Su amiga Paz González es la que apunta a un cambio generacional. "Parece aquí ahora viene mucha juventud que antes no venía". "El contrato se va renovando con las nuevas generaciones", completa Leri Álvarez, una de las guardianas del sol gijonés que velan hasta el inicio de la temporada de baños.

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