Tributo en Gijón a las víctimas de los campos de concentración nazi

"Los huevos de la serpiente del nazismo están ahí", advierte el ensayista Guillermo Rendueles

Por la izquierda, Ricardo Fernández, Eva Fernández, Rafa Velasco, Guillermo Rendueles, Begoña Piñero, Ricardo Cortés y Luis Pascual, ante el monolito situado en EL Cervigón.

Por la izquierda, Ricardo Fernández, Eva Fernández, Rafa Velasco, Guillermo Rendueles, Begoña Piñero, Ricardo Cortés y Luis Pascual, ante el monolito situado en EL Cervigón. / P. A.

Pablo Antuña

Pablo Antuña

Gijón

La tradicional ofrenda floral ante el monolito, situado en la Senda de El Cervigón, que recuerda a las víctimas asturianas de los campos de concentración nazis, adquirió una reivindicación aún más especial, al conmemorarse los 80 años de la liberación del campo de concentración de Mauthausen. Y también para advertir de la importancia de recordar esa etapa histórica, para no volver a repetirse. "Los huevos de la serpiente del nazismo están ahí. Es importante anticipar que ese mal banal del neozanismo puede traer de nuevo las calamidades de los campos de concentración", resaltó el ensayista Guillermo Rendueles.

Participaron, como es habitual, varias asociaciones en el acto de recuerdo, y algunos particulares como Ricardo Cortés, hijo de Manuel Cortés, uno de los gijoneses que acabaron en campos de concentración.

"La memoria es eso, recordar que la muerte física no significase la desaparición de las ideas. Es importante porque las nueva generaciones no conocen nada de ese mal absoluto, y por eso quizás es tan fácil que renazcan esas ideas", enfatizó Rendueles.

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