El pederasta de Gijón fue enviado a prisión para "proteger" a su nieta y evitar más violaciones

El juez le impone al sexagenario una orden de alejamiento de la víctima de 300 metros

La Fiscalía le atribuye los delitos de agresión sexual y de elaboración de material pornográfico

Un pederasta gijonés violó a su nieta durante años y lo grabó en vídeos "de alto impacto y terriblemente denigrantes"

Policía Nacional

Gijón

El sexagenario gijonés detenido por agredir sexualmente a su nieta y grabarlo en vídeo –los agentes le intervinieron archivos audiovisuales "de alto impacto y terriblemente denigrantes" de su víctima– ha pasado ya su primera noche en el Centro Penitenciario de Asturias, como investigado por un delito contra la libertad sexual y otro delito de elaboración de material pornográfico. La medida de prisión provisional comunicada y sin fianza la solicitó el Ministerio Fiscal a tenor de lo elevadas que podrían ser las penas de cárcel en caso de condena, el riesgo de fuga, el de reiteración delictiva y el de destrucción de pruebas, además de "la necesidad de proteger a la víctima", explican fuentes del Ministerio Fiscal.

La petición de ingreso en prisión, atendida el sábado por la mañana por el titular del Juzgado de Instrucción número 3, al cargo de las diligencias, incluye también una orden de prohibición de aproximarse a su víctima a menos de 300 metros (500 metros había instado la fiscal de guardia) de la niña, menor de 14 años. Esta medida cautelar se incluyó por, si a lo largo de proceso de instrucción, este vecino del barrio de Nuevo Roces acaba saliendo de prisión antes de que se celebre el juicio y sea condenado por los acontecimientos objeto de investigación.

Al delito de agresión sexual se suma también –sin perjuicio de que la calificación de los hechos cambie a lo largo de la investigación judicial– el de elaboración de contenido pornográfico del artículo 189 del Código Penal. En concreto, los puntos 2 y 3, que establecen un baremo de penas privativas de libertad que van desde los cinco hasta los nueve años de cárcel. En concreto, este artículo hace referencia a quien "captare o utilizare a menores de edad (...) con fines o en espectáculos exhibicionistas pornográficos, tanto públicos como privados, o para elaborar cualquier clase de material pornográfico, cualquiera que sea su soporte (...). Pero el Ministerio Fiscal enmarca los hechos en los supuestos 2 y 3 del artículo del Código Penal en cuestión. Esto es que "los hechos revistan un carácter particularmente degradante o vejatorio" y que, además, "se hubieran cometido con violencia o intimidación". Tal y como publicó ayer LA NUEVA ESPAÑA, entre los archivos incautados a este individuo, mayor de sesenta años, había vídeos "aberrantes", según las fuentes consultadas.

La actuación policial ha permitido que los episodios de agresión sexual que estaba padeciendo esta niña gijonesa cesaran. Llegaron hasta él gracias a la labor de vigilancia online "centinela" (un trabajo de rastreo para detectar prácticas contra la libertad sexual en las nuevas tecnologías) que permitió hallazgo de vídeos con contenido pederasta, muy graves, en los que aparecía una menor de edad. Las pesquisas situaron en Gijón la subida a la "nube" (un espacio de almacenamiento digital) de estos archivos. La operación policial ya estaba en marcha desde la Unidad Central de Ciberdelincuencia de la Comisaría General de Policía Judicial y la Comisaría de Policía Nacional en El Natahoyo para dar con el responsable de los vídeos.

Los agentes constataron que se trataba de una misma víctima de agresiones sexuales, menor de edad y "en diferentes etapas de su vida". También corroboraron los investigadores que las imágenes que se habían tomado en unas estancias concretas de la misma casa. Siempre el mismo escenario. Tras identificar a la niña llegaron hasta el sospechoso: su abuelo. Este hombre, sin antecedentes por hechos similares, aprovechaba los días que su nieta le visitaba en la vivienda para llevar a cabo estas prácticas "aberrantes". Señalan fuentes policiales que los padres de la niña no eran conscientes de lo que estaba padeciendo la menor. El caso ya está en fase de instrucción con el principal investigado en prisión preventiva.

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