Entrevista | Faustino Valdés Cabo Presidente de la Asociación de Donantes de Sangre de Gijón

"Que la juventud se una a esta batalla es un gran reto que vamos consiguiendo"

En la región "más envejecida" de España, la ciudad tuvo 1.000 nuevos contribuyentes el curso pasado de los que el 80 por ciento era menor de 25 años

Faustino Valdés Cabo, ayer, frente a a la Unidad de Donaciones de Sangre instalada ante la iglesia de San Lorenzo.

Faustino Valdés Cabo, ayer, frente a a la Unidad de Donaciones de Sangre instalada ante la iglesia de San Lorenzo. / Marcos León

Gijón

Faustino Valdés Cabo (Perlora, 1945) es el presidente de la Asociación de Donantes de Sangre de Gijón, que celebra este domingo, 18 de mayo, la 50.º asamblea general del colectivo. El presidente de la entidad de donantes encara la recta final para el encuentro con la satisfacción que da el trabajo bien hecho: Gijón ha mejorado sus cifras en cuando a solidaridad sanguínea. En concreto, en el municipio se han recolectaron en 2024 11.487 bolsas de sangre, un número que se traduce en un incremento de 302 contribuciones. Además, también hubo 1.000 nuevos donantes, de los que el 80 por ciento era menor de 25 años.

-Cincuenta asambleas de la asociación.

-Bueno, una asamblea más. Daremos los datos de la estadística del año pasado. Los resultados han sido mejores que en 2023, recogimos un total de 11.487 bolsas de sangre.

-¿Cuánto de mejor?

-Hay una diferencia de más de 300 bolsas. En concreto, 302 más que en 2023, cuando hubo 11.185 bolsas. En Asturias hay que decir que bajaron un poco las donaciones. En la Hermandad de Donantes de Sangre de Oviedo, como la Asociación de Avilés bajaron un poquitín. Se nota más en Oviedo, porque abarca más municipios que nosotros, que cubrimos, además de Gijón, Gozón, Carreño, Villaviciosa, Colunga y Caravia; Avilés lleva también Corvera.

-¿Se están recuperando las cifras prepandemia?

-Sí, poco a poco lo estamos haciendo. Pero hay una cuestión que es importantísima, que es el hincapié que hacemos en que la juventud se sume a esto de las donaciones. Porque el año pasado, de la citada cifra de bolsas donadas en Gijón, solo un 17,75 por ciento, procedían de personas de entre 18 y 30 años; de 31 a 45 el 27,88 por ciento; de 46 a 65 años, el resto, el 54,38 por ciento. Eso ya nos indica como estála pirámide poblacional y es lo que más nos preocupa a la asociación y al Centro Comunitario de Sangre y Tejidos. Esa edad tan elevada del donante . Además, al cumplir años, hay gente que no puede donar y se sale por arriba; necesitamos que otros entre por abajo. Es nuestra batalla continua, que la juventud se una a esta bendita causa que tantas vidas salva y con la que los donantes colaboran altruistamente.

-¿Contar con la juventud es su gran reto?

-Efectivamente. Y, como decía, continuo, porque estamos intentándolo todos los años. Poco a poco se va consiguiendo que se unan a esta batalla. El año pasado tuvimos mil donantes nuevos en Gijón y de ellos el 80 por ciento son menores de 25 años. Vamos mejorando, pero hace falta más, porque la demanda es creciente, aumenta sin parar. Cada vez más terapias la necesitan. Si no es el plasma, placenta; si no, hematíes. Los hospitales, sin sangre, no funcionan, aunque tengas el mejor equipo tecnológico y de especialistas.

-¿Cómo se puede dar ese empujón a los jóvenes?

-Es cuestión de cultura. Se nos llena la boca de decir que somos los números uno en donación de sangre y de órganos, pero hay que seguir. Especialmente en Asturias, que es la región más envejecida de España y la tercera de Europa. Terrible.

-¿Qué grupos sanguíneos son los más demandados?

-A+ es el que tiene la mayoría, por ello el más demandado. También es muy importante el 0-, como el que yo tengo. El universal. Es una sangre que vale para todos, pero los que tenemos este grupo solo podemos recibir del mismo.

-¿Por qué se hizo donante?

-La primera vez que doné fue hace más de cincuenta años. El doctor Gómez Granda fundó la asociación en Gijón en 1972. Hasta aquel momento la sangre se donaba bajo demanda del cirujano, cuando había una intervención. Aquello era un problema, porque a pesar de que las familias solían ser relativamente grandes no todo el mundo la tenía o la tenía aquí para recibir las donaciones.

-¿Está la sociedad concienciada?

-Sí, pero los que menos hablan de las necesidades sanguíneas son los profesionales de la Medicina, desgraciadamente. A mi me gustaría que lo hicieran. Y que después de una intervención se comunique que se ha podido realizar gracias a la solidaridad de los donantes de sangre. Hay que ir informando.

-¿Qué más dificultades tienen?

-Por ejemplo, la escasez de plasma. Desde la pandemia se cortó el grifo de plasma que venía de donaciones en otros países y nos tenemos que arreglar con lo nuestro. Por eso nacen esas campañas del Ministerio de Sanidad, de las asociaciones. Los tratamientos de hemofílicos o diabéticos parten del plasma. Un donante de plasma puede donar cada quince días.

-¿Se sienten apoyados?

-Sí, y privilegiados. Fui hasta marzo de este años presidente de la Federación Española de Donantes de Sangre y el apoyo de la administración que se recibe en Asturias no lo he visto práctica mente en ninguna otra parte. No lo había hasta hace poco, pero cada vez más todos remamos en la misma dirección. Todos debemos poner nuestro granito de arena por el bien de la sociedad.

-¿Qué le diría a alguien que no ha donado y tiene dudas?

-Que le gente con buena salud piense en aquellos que no la tienen. En esta vida el dinero no sirve para nada, realmente. Lo que sí sirve es la satisfacción de haber hecho algo por el prójimo. Estamos aquí para apoyarnos unos a otros y hacer lo posible para que todos seamos felices.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents