Crónicas gijonesas

Cabal contra Somoza

Dos figuras eminentes de la cultura asturiana, ambos cronistas oficiales de Asturias en distintas etapas, que no se llevaban especialmente bien a tenor de las publicaciones de Constantino Cabal en "La Opinión" en contra del escritor gijonés

Crónicas Gijonesas

Crónicas Gijonesas

Luis Miguel Piñera

Luis Miguel Piñera

Cronista oficial de Gijón

Constantino Cabal contra Julio Somoza. Por lo que veremos no se llevaban especialmente bien Cabal y Somoza. Dos figuras eminentes de la cultura asturiana cuyas biografías resumimos mucho.

Julio Somoza y García Sala (Gijón, 1848-1940). Hay que honrar a don Julio leyendo algún libro suyo. Por ejemplo, "Cosiquines de la mío quintana" (1884), "Las amarguras de Jovellanos" (1889), "Gijón en la historia general de Asturias" (1908) o "La esquirpia" (1900) inédito hasta 2003. Honor a don Julio Somoza y García-Sala, "natural y vecino de Gijón" y "un gijonés empadronado en el censo con el número 30.527" como a veces firmaba. Sin su labor mucho menos sabríamos sobre nosotros mismos.

El 25 de octubre de 1940 don Julio Somoza moría a los 92 años y tras una larga carrera de gijonismo y jovellanismo. Primer Cronista Oficial de la Villa de Gijón –lo fue durante treinta y dos años– y Cronista Oficial de Asturias desde 1924. Se dedicó Somoza al estudio de la arqueología, por ejemplo, contribuyendo al descubrimiento de las termas romanas del Campo Valdés, fue experto en numismática, en la llingua asturiana… De conocimientos amplísimos en muchas cosas.

Tanto Somoza como Cabal fueron cronistas oficiales de Asturias. Desde la muerte de Joaquín Manzanares en el año 2003 no hay Cronista Oficial de Asturias. Antes de Manzanares los cronistas de Asturias habían sido Ciriaco Miguel Vigil, Fermín Canella, Julio Somoza, Constantino Cabal y Juan Uría Riu. Es decir, Cabal sustituyó a Somoza como Cronista Oficial de Asturias.

Constantino Cabal Rubiera (Oviedo 1877-1967). Periodista y escritor, comienza a escribir en periódicos como "El Carbayón", emigra a Cuba y regresa a Asturias el año 1914. Enseguida publica su obra "Covadonga" (1918) con motivo del XII centenario de la batalla de Covadonga (de ese tema, como veremos, viene su enfado con Somoza); se interesa y escribe sobre el folclore y la vida tradicional asturiana; colabora con Bernardo Acevedo y Huelves, Claudio Sánchez Albornoz, Juan Uría Riu… Vuelve a Cuba y regresa en el año 1925 para dirigir el periódico ovetense "Región", dirige la Biblioteca Provincial y tras la guerra civil ayuda a fundar el Instituto de Estudios Asturianos (IDEA).

Imprescindibles son obras de Constantino Cabal como "La mitología asturiana", en tres volúmenes en la primera edición; "Las costumbres asturianas. Su significación y sus orígenes", en dos volúmenes; y varios volúmenes de su "Contribución al diccionario folklórico de Asturias".

A lo que vamos, a las duras palabras de Cabal contra Somoza. En el año 1908 Julio Somoza (sesenta años) publica su "Gijón en la historia general de Asturias" y Constantino Cabal (treinta y un años) salta. "Oí ponderar su libro y caí en el deseo de leerlo. Decíanme que era usted un prodigio del saber, le creía un sabio más, gloria del solar astur –que ha dado muchos– y erigirle un altar de admiración dentro de lo más hondo de mi alma. […]. Su libro es obra de un anarquista que no sabe lo que es el anarquismo, es obra de un destructor que destruye por locura o monomanía, y es obra de un ignorante que no tiene derecho a serlo ya con los años con que usted cuenta".

Así empezaba el primer artículo de Constantino Cabal contra Somoza y su obra sobre Gijón en el diario ovetense "La Opinión". Publicó Cabal nada menos que catorce artículos –en ese diario, en días seguidos, con el mismo alto tono contra el gijonés, con el título genérico de "Cartas al Sr. Somoza"– entre el 25 de octubre de 1910 y el 11 de noviembre de 1910. La discrepancia fundamental era esta: Somoza mantenía en el libro que la batalla de Covadonga era una fábula, que Pelayo era un mito y que los árabes nunca habían estado en Asturias. Terminaba Constantino Cabal su primer artículo –repetimos, fueron catorce– de esta manera: "Para los que confunden el saber con la osadía y con la mala fe; para los que aún no saben escribir, la historia no tiene nada. La sociedad debería tener una cárcel".

Tenemos controlados doce de esos catorce artículos. En el papel original de "La Opinión" se conservan once de ellos en la Fundación Alvargonzález (fondo de Pedro Hurlé Manso: G 49/19). En la Biblioteca Jovellanos (Biblioteca Asturiana del Padre Patac. B.A. 2-22/ 01) hay doce, en este caso mecanografiados. En total faltan dos artículos: del 3 y 4 de noviembre de 1910.

Algunas de otras frases al azar: "En su libro no hay método alguno", "Quiero sacar a relucir sus pruebas de mala fe", "Según usted Jovellanos no creía en Covadonga y trata de demostrarlo", "Le muestro el cúmulo de errores que suelta usted en una sola página sobre los historiadores árabes", "Se burla usted de la ‘menguada sagacidad y perspicacia’ del insigne padre Risco", "Es historia falseada por usted, y manchada por usted". Última frase de Cabal, en la última carta, la carta catorce, en "La Opinión" del 11 de noviembre de 1910: "En tanto, quedo de usted afectísimo y seguro servidor". Eso antes de solicitar, en ese mismo artículo, que el Ayuntamiento de Gijón le retirase el título de Cronista Oficial de Gijón "para bajarle del alto pedestal y ponerle al nivel del vulgo incauto".

La imagen de Gijón

Molino de viento.

Molino de viento. / Archivo municipal (Fondo del Padre Patac).

Retrato de Gijón: molino de viento

La imagen –una foto conservada en el Archivo Municipal de Gijón, en el fondo del Padre Patac– es de un óleo pintado en el año 1921 por Carolina del Castillo (Gijón, 1867-Jove, 1933). A la izquierda Carolina pintó el molino de viento que hubo en Jove, donde ahora está el Hospital. La foto sirvió para ilustrar el artículo "Molinos de viento en Asturias", de Luis Martínez Lorenzo, publicado en el número 11 (2001) de la revista "Ástura. Nuevos Cartafueyos d’Asturies". El mismo artículo incluye imágenes de otro molino de viento que hubo en la ciudad, uno en Somió, en La Corolla. Ese de Somió fue citado por Calixto Alvargonzález en su folleto "La escanda: su origen, su cultivo" (1909).

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