Los cambios de tráfico en el centro de Gijón pasan la prueba: "Es viable"

El test de reordenación del tráfico impulsado por el Ayuntamiento en el centro de Gijón, que afecta a las calles San Bernardo, Munuza, Los Moros, Cabrales, Domínguez Gil y Emilio Villa y a la plaza del Carmen, se acerca a su final. Hasta este domingo durará la prueba, antesala del plan municipal de ampliar las aceras en Munuza y que conlleva, por tanto, la supresión de un carril de circulación en dicha vía. Ha habido tiempo para observar los efectos y comerciantes y paseantes de la zona ven "viable" que este ensayo pueda convertirse en definitivo.

Experimento en el centro de Gijón: Munuza se queda con un solo carril para testar la ampliación de aceras

"Si las aceras son más anchas, la gente y el comercio lo van a notar, señala Javier Melón, propietario de la librería Central, ubicada frente a la confluencia entre San Bernardo y Munuza y, por ende, con una nítida visión del actual panorama. Comenta Melón que el tráfico es "relativamente fluido" salvo en momentos puntuales, como hacia las dos de la tarde. "Es una hora punta complicada", subraya el comerciante, receloso con la idea de que esta apuesta, que busca ganar espacio peatonal, sea del todo factible por la cantidad de autobuses y vehículos de grandes dimensiones que circulan por el entorno. Aunque deja entreabierta la puerta. "Si el sacrificio que hay que hacer es estar media hora con caravanas curiosas, se puede tirar", declara Javier Melón.

En plena calle Munuza está la tienda de moda La Perala. Su propietaria, Reyes Molleda, considera que estas probaturas pueden perfectamente ser permanentes. "El tráfico ha seguido siendo fluido y los autobuses podían girar bien", sostiene Molleda, que apunta que hay momentos del día en los que "no hay tanto" tránsito rodado. Sí admite que, en la mañana en la que se puso en marcha el operativo, hubo escenas de más atascos. "Esto es una mejora", reivindica respecto a esta fórmula, que califica de "viable". "Quiten un carril o no, esto lo tienen que arreglar", remarca Reyes Molleda en referencia a la ampliación de las aceras en Munuza. Carmela Llanes, vecina de la zona de Begoña, también es proclive a implementar este modelo. "Los mayores atascos son en la confluencia entre Domínguez Gil y San Bernardo, pero tampoco es una cosa loca", manifiesta.

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"Esto es necesario", afirma Santiago Caballero, junto a su hijo Nico, en la calle San Bernardo, junto a las balizas tipo "New Jersey" a las que aún les quedan unos días para informar a los conductores de la eliminación de uno de los carriles. "Estas calles son muy estrechas y por aquí pasa muchísima gente; es incómodo para el peatón", valora Santiago Caballero. Sobre la alternativa de que la cosa continuase como está, Caballero, vecino de El Llano, lo tiene claro. "Me gustaría", dice. Magdalena Leoring define la situación como "buena para las peatones y mala para el tráfico", aunque sí aboga por "evitar el caos".

Esta experiencia piloto da continuidad a un estudio de tráfico de Vectio y será determinante para ver qué se hace finalmente en la calle Munuza. El plan del gobierno local para el proyecto definitivo pasa por la licitación en julio para que las obras puedan arrancar a finales de este año y estén finiquitadas a mediados de 2026.

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