Plácido Rodríguez Guerrero trae a Gijón un congreso sobre la industria del deporte: "No se pueden poner puertas al campo con las multipropiedades"

La Laboral acoge durante estos días el Congreso Iberoamericano de Economía del Deporte

Plácido Rodríguez Guerrero, en la Laboral.

Plácido Rodríguez Guerrero, en la Laboral. / Ángel González

Gijón

La Laboral acoge durante estos días el Congreso Iberoamericano de Economía del Deporte, una cita habitual en Gijón y por lo que su presidente, Plácido Rodríguez Guerrero (Valdelageve, Salamanca, 19-4-1953), se muestra muy orgulloso de tener en la ciudad. Bajo el título "La industria del deporte: deportes y competiciones consolidados, nuevos deportes, fronteras nacionales o internacionales", profesionales del sector de diversos países abordan el estado actual del deporte y su constante evolución en términos de gestión, marketing o economía.

¿Qué supone que este congreso se organice en Gijón?

La continuidad de una tradición que se inició con un primer congreso en 2006. Solamente se perdieron dos años por el covid y ahora vamos a cumplir la 19.ª edición. Que no se haya modificado y siempre se haya elegido Gijón supone el reconocimiento a los que fuimos pioneros en la economía en el deporte.

Dentro de su conferencia aborda el tema de los monopolios en el deporte.

Los monopolios son industrias que cuentan con un vendedor y para que perduren tienen que poner barreras de entrada para que no haya una segunda competición deportiva. Eso es lo que intentan la FIFA y la UEFA. Al final, de alguna manera tienen que sobrevivir. Cuando uno es un monopolio y mueve mucho dinero hay siempre incentivos para que otros potenciales competidores quieran entrar. Lo hacen buscando los fondos económicos para que sea atractiva para los deportistas y clubes y así pasen a formar parte de esta nueva competición y no permanezcan en la que llevan funcionando durante varias décadas.

Se han visto varios ejemplos en los últimos años.

El más típico ha sido el del golf. Hablo de la PGA, cuando apareció el dinero árabe para fichar, con ofertas irrechazables, a los mejores golfistas del mundo, como por ejemplo Jon Rahm. La PGA para defenderse prohibió que los jugadores que se fueron al LIV puedan jugar en su competición. Fueron dos o tres años en los que Rahm y compañía no pudieron jugar en el Open de Estados Unidos, pero al final tuvieron que ceder. Si no puedes jugar contra los mejores del mundo, los ingresos televisivos, las entradas y abonos se reducen sustancialmente.

También hubo varios intentos en el fútbol con la Superliga o en baloncesto con las competiciones FIBA.

En Europa hay un monopolio que se llama la Champions y que dirige la UEFA. Por eso hay un incentivo muy grande para crear una segunda empresa que haga la competencia, por lo que se intentó crear la Superliga. Este monopolio intenta defenderse, ya que no quieren competidores y ser los únicos que venden ese producto. Al final, la cosa quedó en nada. Creo que va a ser dificilísimo y, por mucho que digan que la quieren hacer, no pienso que vaya a salir adelante.

¿Cómo ha modificado el deporte la irrupción del capital árabe?

Antes las fronteras estaban establecidas. Era impensable hace siete años que competiciones como la Supercopa de España se organizaran en Arabia. Ahora es posible porque los clubes, sabiendo que van a ganar el doble de lo que ganarían jugando en España, aceptan el trato. Eso rompe las fronteras. En baloncesto, la NBA quiere desembarcar en Europa con una liga. Las dos entidades europeas, FIBA y Euroliga, quieren atraer a la NBA para que su competición europea tenga más valor.

Otro de los asuntos que se trata en el congreso es el de las multipropiedades que aquí las tenemos con el Sporting y el Oviedo.

Precisamente, para el Mundial de Clubes el Grupo Pachuca podría haber tenido dos equipos dentro de la misma competición. Eso favorece que la gente sospeche que va a haber amaño de partidos. Por tanto, la Federación Internacional prohibió la entrada de uno de esos dos equipos que por méritos deportivos se debería de haber clasificado, pero por la multipropiedad perdieron su derecho.

En el caso del Sporting ¿Qué valoración le da al Grupo Orlegui?

Del Sporting hace mucho que no hablo en medios, pero ya me gustaría que estuviera mejor.

¿Es una ventaja o un inconveniente pertenecer a una multipropiedad?

No se pueden poner puertas al campo y si la multipropiedad no está prohibida, puede suceder. Pero no solo en casos como este, también podemos pensar en la multipropiedad de varios deportes. No tiene las mismas consecuencias que puede tener ser multipropietario de equipos en la misma competición deportiva.

¿Cree que se ha dejado de lado a los seguidores de toda la vida por esta globalización del deporte?

No creo que nadie ponga unos precios de entradas de público desorbitados, a no ser que te estés jugando la Champions. Las posibilidades de las plataformas que pueden ser potenciales usuarias de retransmisiones deportivas están ahí. Si tienes una oportunidad de poder ver el partido de tu equipo en diez plataformas diferentes, pues lo vas a hacer. Te vas al Tik Tok si te dejan. Si solo hay una opción que es ir al estadio, no queda otra alternativa. Pero si lo puedes ver en el bar en vez de pagar la entrada, lo que te vas es a tomar un cubata y lo ves con los amigos. Y si lo puedes ver desde casa en una red social, lo haces y allí ya sí que no pagas nada. Es una cuestión de la escala de valoración. ◼

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