Cabueñes pone el broche a sus fiestas con una gran exposición de coches clásicos

"KENNEDY, asesinado". Así, a cinco, columnas, se abría la primera de LA NUEVA ESPAÑA el 23 de noviembre de 1963. Uno de aquellos ejemplares lo conserva Rubén Lavandera, que muestra el diario, original y amarillento, con orgullo. Lo lleva siempre en su coche, y no es casual; tiene un Renault Ordine de 1964, una "joya automovilística", como elemento decorativo. "Quería llevar algo que reflejase la época", afirma el hombre, que es uno de los veinte forofos del motor que ayer estuvo en la exposición de coches clásicos que acogió la última jornada de las fiestas de Cabueñes.

El flechazo de Lavandera con el vehículo francés –"de lujo" en aquella época– surgió en Gijón hace 37 años. Un día, por casualidad, descubrió que un vecino tenía en un cobertizo el vehículo un poco "a su suerte" y con "una gallina en el asiento de atrás". "Anduve detrás de él un año para comprarlo", ríe.

Al final, el dueño accedió a vendérselo por 70.000 pesetas, aunque su esposa lo subió a 90.000. "Acepté", dice rodeado de otros vehículos como un Citroën Tiburón, un Simca 1.000 o VolksWagen Escarabajo, entre otros, de conductores que también vinieron a mostrar sus gemas automovilísticas.

Otro entusiasta de las cuatro ruedas, en especial de Mercedes, es Alfonso Fernández, de Mieres. Llega con un eterno modelo W123 del cual acaricia el volante desde hace 44 años. Tiene también un W124 y un E270, pero ese ya "para el día a día". En total, seis coches en el garaje.

Junto a él, Josín Muñiz, de Gijón, también presume de turismo. Un flamante Renault 5 GT turbo de 1987. Pintado y retocado al gusto y unos focos originales que cuesta conseguir: "El dibujo del gato lo indica", dice señalando los faros.

Los tres conductores son socios del Club Seat 600 de Gijón, que preside Ignacio Moro, quien a su vez está al frente de la organización de las fiestas de Cabueñes desde hace lustros. También aporta su Seat 600 con motivos de Abarth y valora el festejo de estos días con satisfacción. "Ha estado petado", como siempre. Y que sean muchos años.

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