Un buen librero puede más que una videoconsola, así es el plan impulsado por un colegio de Gijón

Cuenta con lecturas voluntarias y "personalizadas" para cada alumno: "Leer todos lo mismo no tenía sentido"

Los alumnos del Montedeva, ayer, en la exposición de su trabajo. En primer fila, por la izquierda, Paula González, Gabriel Enríquez, Daniela Fernández, Haizea Pérez, Carla Barrero, Álvaro Martín, Juan Coll, Kira Ustymenko, Andrea Menéndez, Fernando Muñiz, Carmen Prado, Sergio Valdés, Catalina Álvarez, Gael Méndez, Noemí Martínez, Aitana Truébano, Andrea Sánchez Alpérez, Brisa Aguirre y Paula Tuero. En la segunda fila: Alejandro Moreno, Miguel del Barrio, Andrea Sánchez Plaza, Claudia Busto, María Jiménez, Lucía Meana, Irene Vázquez, Daniela Lorenzana, Celia López, Ángela Formoso, Carlota Concha, Miguel Alonso, Nora Llanderrozos y Claudia García. Y al fondo, Mauro Cano, Nel López, Laura Flórez, Alba Díez, Natalia Labes, Juncal Paredes, Cristina Lana, Carolina Méndez, Rosana Llanos, Sergio Lorenzana, Miguel Marcos, Daniela Menéndez y Mario Martín. | ÁNGEL GONZÁLEZ

Los alumnos del Montedeva, ayer, en la exposición de su trabajo. En primer fila, por la izquierda, Paula González, Gabriel Enríquez, Daniela Fernández, Haizea Pérez, Carla Barrero, Álvaro Martín, Juan Coll, Kira Ustymenko, Andrea Menéndez, Fernando Muñiz, Carmen Prado, Sergio Valdés, Catalina Álvarez, Gael Méndez, Noemí Martínez, Aitana Truébano, Andrea Sánchez Alpérez, Brisa Aguirre y Paula Tuero. En la segunda fila: Alejandro Moreno, Miguel del Barrio, Andrea Sánchez Plaza, Claudia Busto, María Jiménez, Lucía Meana, Irene Vázquez, Daniela Lorenzana, Celia López, Ángela Formoso, Carlota Concha, Miguel Alonso, Nora Llanderrozos y Claudia García. Y al fondo, Mauro Cano, Nel López, Laura Flórez, Alba Díez, Natalia Labes, Juncal Paredes, Cristina Lana, Carolina Méndez, Rosana Llanos, Sergio Lorenzana, Miguel Marcos, Daniela Menéndez y Mario Martín. | ÁNGEL GONZÁLEZ

Gijón

"Leer todos lo mismo no tenía sentido; había que personalizar". Los alumnos de 4.º de la ESO del Colegio Montedeva (Gijón) quizás hayan dado con la clave para motivar la lectura entre los jóvenes y, de paso, romper con el "mito", en sus palabras, que dice que los chavales prefieren las pantallas antes que un libro. Animados por Rosana Llanos, su profesora de Lengua, medio centenar de adolescentes se subió ayer al escenario del Antiguo Instituto para presentar el proyecto educativo en el que llevan inmersos este curso, titulado "Los jóvenes sí leen", y que refleja el éxito de una iniciativa pionera, al menos, en la ciudad: cada adolescente visitó una librería de su elección y, debatiendo con los libreros sobre sus gustos e intereses, se han ido llevando a casa lecturas recomendadas específicamente para ellos. El resultado es de sobresaliente –todos han leído por su cuenta al menos un libro este año, y les ha gustado– y protagonizó ayer uno de los actos previos a la Feria del Libro de Gijón (FeLiX), que empieza mañana. "Representamos a muchos otros alumnos y profesionales que trabajan por lo que más amamos: los libros", señaló la docente impulsora de la iniciativa.

La presentación del proyecto, ante un patio casi a rebosar –en parte gracias a las familias de la comunidad educativa del centro–, y tras una somera presentación por parte de Llanos, la lideraron los propios jóvenes. Más de 40 adolescentes, más de uno aguantándose los nervios, habló sobre sus libros favoritos delante de un micrófono. Explicaron sus lecturas a su manera y de memoria, sin leer ningún papel, mostrando gustos muy variados. Miguel Alonso, por ejemplo, señaló haber leído "1984", el clásico de George Orwell. "Está bastante bien", dijo, porque habla de los peligros "del totalitarismo ideológico", una reflexión que considera importante "viendo que últimamente vemos rasgos en todo el mundo que nos recuerdan a ellos". Laura Flórez, otra alumna, se apunta también a las distopías tras haberse leído "La reina roja" –no la novela de Gómez-Jurado, sino otra que firma Victoria Aveyard–, que habla sobre un mundo dividido por castas según el color de la sangre.

El joven Nel López, sin embargo, reinicia su trayectoria lectora con el género fantástico: se ha leído "Wicked" –apuntó ayer que su personaje favorito es Glinda– y "El mago de Oz". A su compañera Andrea Sánchez le gustan más las historias de amor –se leyó "El chico de los paseos cortos" y "Primer amor", una novela bastante conocida de Colleen Hoover–, mostrando por ahora gustos parecidos a los de María Jiménez, que hizo reseñas de "Redes", de Eloy Moreno –en la que se advierte del peligro de internet si no se va con cuidado– y de "Todo este tiempo", de Rachael Lippincott.

La idea de la profesora del Montedeva era, en realidad, sencilla: cada alumno debía acudir a una librería de su elección, presentarse al librero y pedirle una recomendación. Y luego apostó por un segundo empujón: les encomendó a volver a la librería, con el libro ya leído, y entregar a sus recomendadores una carta en la que contasen su experiencia. Esa "excusa" hizo que muchos saliesen de esa segunda visita a la librería con otro libro "personalizado" bajo el brazo. Varios reconocieron ayer haber retomado un hábito lector perdido en la infancia gracias al proyecto y, otros, haber dado con lecturas fuera de su "zona de confort" que no habrían descubierto por su cuenta.

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