Pétalos, incienso, niños... el Corpus Christi en el "Gijón del alma" con cientos de personas y dos peticiones del Arzobispo de Oviedo

La liturgia contó de nuevo con la alfombra floral dispuesta por la Juventud Cofrade, tradición recuperada el pasado año

Misa y procesión del Corpus en Gijón

Pedro Ortera

Gijón

"Espero que el próximo año podamos celebrar en Gijón lo que esta mañana celebraban en Oviedo, porque de allí venimos y no os imagináis la que tiene organizada". Así abrió el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, la eucaristía previa, celebrada en la iglesia de San Pedro, previa a la procesión del Corpus Christi: con los mejores deseos al equipo rojiblanco. "No soy profeta, pero sí pido con toda mi intención que nuestro Sporting esté también en Primera", concluyó el prelado, antes de zambullirse en la liturgia ante un templo en el que no quedaba un sitio libre en las bancadas. En cuanto a la procesión, volvió a estar presente la alfombra floral dispuesta a la salida de la iglesia por el grupo Juventud Cofrade Así se dio remozada continuidad a una tradición recuperada el año pasado y que este domingo volvió a cobrar protagonismo en el Campo Valdés.

Como es habitual, dos motivos fueron ayer motivo de celebración en este "Gijón del alma", como dijo Sanz Montes, acompañado del párroco de San Pedro, Javier Gómez Cuesta: el día del Corpus propiamente dicho y celebrar la compañía de los niños y niñas que recibieron este año la primera comunión y que ponen una "inocencia pura" que los adultos han de "conservar".

La máxima autoridad eclesiástica asturiana también puso de relieve la actualidad política en su sermón. "Las últimas noticias políticas de nuestro país generan cierto cansancio y hartura", opinó Sanz Montes, que habló de "decepción profunda" ante los "mentirosos narcisistas", la "corrupción", los "robos de guante blanco" desde los escaños y "los divertimentos inmorales que nos obligan a pagarles entre todos", en plena alusión a los últimos sucesos en el seno de la cúpula del PSOE. El arzobispo llamó por ello al "desbloqueo" de las instituciones para "dar la palabra al pueblo" en "elecciones democráticas" y agradeció las labores de investigación de los magistrados y la policía judicial "por bien de la entera comunidad".

"Dar la palabra al pueblo en "elecciones democráticas"

La celebración del Corpus es un "paréntesis festivo" de todos estos sucesos, y los devenires más o menos propicios de la vida cotidiana, en el que "respirar por un momento en paz y mirar el horizonte de la vida con esperanza". Tras estas reflexiones, introdujo el paso que recorrería en unos instantes las calles más céntricas de Gijón, mismas vías donde circula esa "vida cotidiana" y por las que circularía "Jesús, Cristo en la Eucaristía".

Tras el sermón, la comitiva arrancó desde dentro de San Pedro, con el estandarte blanco del Sagrado Corazón de Jesús liderándola. A ella se unieron un nutrido grupo de sacerdotes del municipio, 24 niños y niñas que realizaron la primera comunión, las Cofradías de la Junta de Hermandades –Hermandad de La Misericordia, La Hermandad de la Vera Cruz y la Cofradía del Santo Sepulcro–, las manolas –con su distintivo hábito de luto, con peineta y mantilla española– y la Banda Sinfónica de Gijón, que arrancó con el himno de España a la salida del paso.

Cientos de devotos

A los cientos de devotos que se congregaron dentro del templo, y que lo abandonaron de forma ordenada tras el séquito procesional, se les unieron otras tantas que estaban fuera, a la espera de la iglesia, baluarte de la esquina oeste del arenal de San Lorenzo. Los móviles y cámaras en mano de los feligreses inmortalizando el momento se veían por doquier.

La comitiva infantil de más de una veintena de pequeños, grandes protagonistas de este festejo religioso, fue de las más lucidas y seguidas. Ellas, de vestido, muy coquetas; ellos, algunos de almirante, otros de marinero, con igual buen porte. A sus pies, los pétalos de rosas que lanzaban sus acompañantes y que, terminada la procesión, quedaron marcando el trazado para la posteridad de la jornada.

Siguiendo a los niños y niñas, numerosos padres, orgullosos y sonrientes padres, orgullosos del gran día de sus retoños. Entre ellos, Pablo Longo, que con su smartphone en la mano no cesaba de tomar filmaciones desde uno y otro ángulo de su hijo, Mauro Longo, para la posteridad. "Está encantadísimo de salir hoy en procesión por las calles de Gijón", declaró el padre, muy alegre. Además, el pequeño, de 8 años, iba en compañía de numerosos compañeros de su colegio, el Santo Ángel, centro educativo a escasos metros de San Pedro, en Campo Valdés. "Están bien guapos", se escuchaba comentar a los familiares.

Una amplia multitud –entre ellos muchos turistas que, despistados, preguntaron a un feligrés que "si era una comunión"– siguió el recorrido completo, que avanzó hasta la plaza mayor, prosiguió hasta la plazuela del Marqués y por el puerto, virando en la calle Trinidad para enfilar hasta el Muro y regresar a San Pedro.

De vuelta en el umbral de la icónica iglesia, sonó una vez más el himno nacional, antes de que el arzobispo diese cierre a la celebración religiosa. Jesús Sanz Montes agradeció la presencia a los niños, ensalzó la elegancia con la que venían vestidos antes de reivindicar de nueva la máxima con la que abrió el oficio: "El año que viene que el Real Sporting esté en Primera; no nos sobra el Oviedo, pero nos falta el Sporting, los dos tienen que estar".

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