Los hermanos Entrerríos inauguran hoy en Gijón un pabellón con su nombre: "Es todo un orgullo"

Raúl y Alberto, leyendas del balonmano nacional, descubren hoy la nueva placa con su nombre en El Llano-Contrueces

Los hermanos Entrerríos, Raúl y Alberto, ayer, paseando junto a la playa de Poniente.

Los hermanos Entrerríos, Raúl y Alberto, ayer, paseando junto a la playa de Poniente. / Ángel González

El Llano

Ya están en Gijón. Raúl y Alberto Entrerríos, dos de los jugadores más emblemáticos de la historia del balonmano español, regresaron ayer a su ciudad natal para vivir uno de los momentos más especiales de sus carreras por cercanía a sus raíces: destapar la nueva placa del pabellón deportivo municipal de El Llano-Contrueces, que llevará su nombre a partir de hoy a las 12.00 horas.

El Ayuntamiento designará al equipamiento, por tanto, "Hermanos Entrerríos", en homenaje a los dos internacionales gijoneses que crecieron en la zona y que marcaron una época en la selección nacional y en los mejores clubes del país y, por ende, del mundo. "Volver a Gijón es siempre una satisfacción, ya sea por la ciudad, por recibir algún reconocimiento o porque el balonmano esté de actualidad; destapar la placa es todo un orgullo", afirman los hermanos.

Más de 500 internacionalidades

Ambos paseaban ayer por la tarde por el entorno de la playa de Poniente y del Muelle, con la tranquilidad que da saberse en casa y en familia, pero también con la ilusión de quienes, a pesar de su grandeza, la humildad no les permite acostumbrarse a ciertos reconocimientos. "No dejamos de ser dos chicos que han salido de un equipo humilde de un barrio de Gijón que han podido tener una carrera larga en el deporte profesional, pero que no olvidan sus orígenes en el barrio de Contrueces", afirma Raúl, el menor de los Entrerríos, que tras su retirada ha desarrollado su carrera como entrenador, con paso por las categorías inferiores del F. C. Barcelona y ahora vinculado a la Federación Española en la gestión del área de Deporte Base, coordinación y tecnificación. "Recorrer las calles gijonesas siempre da gusto, aunque sea para tomar algo, y si es por un motivo así mucho mejor", añade Alberto, que reside habitualmente en el sur de Francia, un país donde ha entrenado al Nantes y, actualmente, al Limoges

A lo largo de sus carreras, los Entrerríos acumularon más de 500 internacionalidades con la selección española y una veintena de títulos nacionales e internacionales. Raúl fue durante años el capitán del equipo nacional y se despidió como medallista olímpico en Tokio 2020, donde logró el bronce con 40 años. Alberto, por su parte, cinco años mayor que Raúl, sirvió de avanzadilla para su hermano, con una trayectoria profesional muy parecida, y dejó huella también en la liga francesa, tanto como jugador como en su actual etapa como técnico. Respecto al pabellón, Raúl recuerda que pudo "disfrutar" de este pabellón en su última etapa formativa en el Grupo Astur, hace más de 20 años, lo cual hace del homenaje uno "mucho más especial".

Los hermanos recuerdan las primeras veces que tuvieron el balón en sus manos en aquellos entrenamientos en el Colegio Público Noega: "Con esto volvemos a los orígenes, a esos pabellones donde empezó todo". Además, transmiten su deseo de que este homenaje "tiene que servir de reivindicación para el balonmano, que a pesar de vivir una época dorada es minoritario".

Laureada trayectoria deportiva

No es la primera vez que Gijón rinde homenaje a sus deportistas más destacados, pero sí será el primer pabellón municipal con el nombre de dos hermanos que brillaron con la camiseta de España. Raúl Entrerríos fue campeón del mundo en 2005, ganó dos Europeos (2018 y 2020) y disputó tres Juegos Olímpicos. Alberto, por su parte, levantó la Copa Mundial en 2005 y 2013, fue medalla de Oro en los Juegos Mediterráneos de 2005 y una pieza clave en el combinado nacional durante más de una década. Ambos coincidieron durante varios años en la selección y militaron en clubes como el Ademar de León y el Barça y atesoran un palmarés inacabable, aunque en estos equipos nunca llegaron a compartir vestuarios.

A pesar de su carrera internacional, que les alejó de Asturias, los Entrerríos mantienen un fuerte vínculo con Gijón, que es su ciudad y donde sigue viviendo su familia. "Gijón es una ciudad muy apetecible, especialmente apetecible en estas fechas, estamos encantados de volver", señalaron a este periódico tras disfrutar, precisamente, de una comida con sus seres queridos en un céntrico restaurante.

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