Leonor vive su reencuentro más especial en Asturias: así se vio con su hermana Sofía tras la llegada del "Elcano", entre sidra y cachopo

Habían transcurrido más de seis meses desde que la Princesa Leonor partió desde el puerto de Cádiz junto al resto de los guardiamarinas que se han formado en el "Juan Sebastián de Elcano". Durante este tiempo, la heredera solo había podido disfrutar de unas pocas horas con su hermana Sofía en Madrid, cuando regresó de Nueva York en junio para embarcar unas semanas en la fragata "Blas de Lezo". Las ganas de estar juntas de nuevo para charlar se vieron satisfechas al mediodía del jueves en Gijón, en un restaurante del barrio de Cimavilla en el que ambas disfrutaron de una comida típica asturiana. 

Tras el paso de Leonor por el Centro de Seguridad Marítima Jovellanos, a la Princesa le esperaba un momento muy especial. Su hermana, la Infanta Sofía, se desplazó a Asturias para un emotivo reencuentro después de meses separadas. Ambas se dejaron ver al mediodía en la Casona de Jovellanos, un popular establecimiento gijonés que regentan María Luisa Acera Fernández y su hijo, David. 

Zamburiñas, pastel de cabracho y cachopo

La Princesa y la Infanta formaron parte de una mesa compuesta por 14 comensales (compañeros guardiamarinas de Leonor) en la que degustaron, como entrantes, zamburiñas y pastel de cabracho, para más tarde culminar el almuerzo con un cachopo. De postre, hubo tarta de queso y tarta de la abuela. "Fue majísima. Le dije: ‘Hija, qué guapa eres. Y ella me felicitó por mi cumpleaños. Después nos dimos dos besos y nos abrazamos", contaba este viernes "con el corazón lleno de emoción" María Luisa Acera, quien define a esta visita real como "el mejor regalo" por su 74.º aniversario.

La Princesa Leonor llegó junto a su hermana y doce compañeros del "Elcano" alrededor de las 14.30 horas del jueves a La Casona de Jovellanos para sorpresa de Acera y el resto de los trabajadores de este histórico negocio. La encargada de atenderles fue Abigail del Valle, quien les sirvió algunos de los platos típicos de la tierra y les enseñó a escanciar sidra. La comida se extendió durante unas dos horas.

Un encuentro muy especial

Mientras tanto, en las otras zonas del establecimiento se escuchaba a diferentes familias y grupos de amigos felicitar a Acera por su cumpleaños. Ella ya era conocedora de que en el salón interior, en un reservado, se encontraban Leonor y Sofía. "La Princesa fue al baño. Cuando ella volvía, al encontrármela le dije lo guapa que era y ella respondió felicitándome", apunta esta chigrera gijonesa, que agrega: "Me salió de forma espontánea decirle que era incluso más guapa y joven que en la televisión. Todos los comensales del bar se reían, pero era lo que yo pensaba. Tenía un moño precioso". "Me he quedado enamorada de ella", sentenció la hostelera, que también se animó a explicarles a los guardiamarinas las claves de un buen escanciado. "Me pidieron que lo hiciera", asegura.

Esta hostelera se mostraba este viernes muy orgullosa del equipo de profesionales de La Casona de Jovellanos. "Antes de salir, la Princesa nos dijo que estaba todo muy rico y que la camarera era muy buena persona. Es encantadora. Y su hermana, también", aseveró Acera. Como ejemplo de ello, puso el foco en que la Princesa y la Infanta se fotografiaron con ella, pero también con Abigail del Valle y con su nieta de 12 años, Sheila Vega. 

Después de estas horas de desconexión en familia, Leonor se despidió de su hermana para regresar al "Elcano" junto a los demás guardiamarinas y continuar con las labores de mantenimiento en las que estos últimos días están centrados estos jóvenes a los que ya les está conquistando Asturias, su gastronomía y la cercanía de sus gentes.

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