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Fernando Rodríguez del Cueto, profesor de la Universidad de Oviedo: "La Campa marcó un hito en la investigación arqueológica regional"

El experto desgrana en las Jornadas castreñas los datos y vigentes líneas de análisis sobre el icónico enclave gijonés

Fernando Rodríguez del Cueto, ayer, en las Jornadas castreñas. | ÁNGEL GONZÁLEZ

Fernando Rodríguez del Cueto, ayer, en las Jornadas castreñas. | ÁNGEL GONZÁLEZ

Gijón

Fernando Rodríguez del Cueto (Oviedo, 1979) es investigador y profesor del área de Prehistoria de la Universidad de Oviedo. El experto participó ayer en las Jornadas castreñas, que se celebran en la Campa Torres, con una ponencia sobre el castro gijonés. Rodríguez del Cueto habló del valor histórico del yacimiento, de las líneas de investigación abiertas y de la importancia de divulgar el conocimiento arqueológico entre la ciudadanía.

¿Por qué la Campa Torres es un enclave especial?

Es el origen de la ciudad, su población protohistórica, y es un núcleo de bastante entidad. Controla toda la bahía de Gijón y es la finalización de la Sierra de Monte Areo. Empieza a habitarse en el siglo VI a. C. y se hace con continuidad hasta el siglo III. Destaca también por formar parte del conjunto de castros marítimos de Asturias y es el que probablemente tenga unas mayores dimensiones gracias al área que defienden sus fortificaciones. La historia de su investigación es muy interesante porque está asociada a la figura de Jovellanos. Fue él quien incentivó la excavación de Manuel Reguera en 1783, descubriendo las primeras ruinas cuando no había método de trabajo arqueológico. Este estudio marca un hito en la investigación arqueológica en Asturias y de los castros.

¿Cuál es su parte más relevante?

Estamos tratando de abrir nuevas líneas de investigación al respecto. Una de ellas es considerar la antigüedad del enclave, porque tiene dos partes muy diferenciadas. Una, en la colina, y una explanada, que también tiene restos de ocupación. Sabemos que la muralla y la zona alta se remontan al siglo VI a. C. y, gracias a las investigaciones de los últimos años, sabemos que la otra parte estuvo ocupada durante la segunda Edad del Hierro. No es algo en los castros.

Serían los últimos hallazgos.

La investigación actual tiene varias fases. Una de ellas fue crear una base de datos de los materiales de las excavaciones del siglo XX; la segunda, resolver el problema de inundaciones de la zona llana con un sistema de drenaje; y en la fase tres emprenderemos la excavación, consolidación y restauración de la zona de la muralla. De 2023 a 2025 se intervino en la zona allanada y ahora toca la de la zona alta y defensas.

¿Cómo era la vida del castro?

Una vida de agricultores y ganaderos con instrumental de hierro, que viven en unas colinas fortificadas donde se protegen y están sus zonas de residencia. El estudio de sus cerámicas nos permite saber mejor cómo era su vida cotidiana. Tenemos 20.000 registros en la base de datos. Ahora estamos trabajando en el estudio de las arquitecturas perecederas, que nos dicen qué tipo de construcciones habitaban. Se han descubierto restos de cimentaciones donde irían anclados unos postes de madera para generar el alzado de las paredes. Para que aguantaran, las revestían con emplasto de barro, sobre construcciones circulares u ovaladas. En el caso de La Campa, entre tres y seis metros de diámetro. La investigadora Elena Lastra estudia restos de huellas de las personas en el barro.

¿Era Noega?

Hay debate en la correspondencia con los topónimos que aparecen en las fuentes clásicas. Es preferible usar la vida cotidiana y material. Su tamaño lo convierte posiblemente en un castro con repercusión a nivel regional antes de la llegada de Roma. Estaban muy comunicados.

¿Qué se espera de estas jornadas?

Siempre hay que partir del conocimiento científico de los sitios, para luego hacer talleres, visitas, etcétera. Para nosotros es una forma de compartir información entre profesionales que trabajan en distintos castros de Asturias y también de acercarla al público en general de una forma divulgativa y entretenida.

¿Qué mensaje le gustaría que se llevasen de su ponencia?

Que tengan una idea clara de en qué se está trabajando, que comprendan mejor el yacimiento, porque es un enclave muy arraigado en Gijón. Tanto por la historia de la investigación como por ser una zona muy visitada y conocida por los gijoneses.

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