Saltar al contenido principalSaltar al pie de página

La figura de la semana: Borja Jiménez, el chico de los ascensos quiere una muesca más en El Molinón

Natural de Ávila y licenciado en Magisterio, llega a Gijón para devolver "a su sitio" a un club que admiró desde pequeño

Es profesor de autoescuela, le encanta el café solo, el cocido de su madre y la sopa de pescado de su tía Araceli, y tiene un gato llamado "Dos"

Borja Jiménez Sáez.

Borja Jiménez Sáez. / Mortiner

Gijón

Sonriente, intenso en los entrenamientos y con ganas de sentir el calor de la grada de El Molinón, un estadio que busca convertir en su mayor aliado para "devolver al Sporting a su sitio". Esta ha sido la carta de presentación que ha dejado en Gijón el nuevo entrenador del equipo de la ciudad, Borja Jiménez Sáez, un míster que tiene a Manolo Preciado como figura inspiradora y que con tan solo 40 años se ha ganado que muchos le conozcan como "el chico de los ascensos".

Precisamente, Jiménez ya ha dejado claro que no teme verbalizar la palabra "ascenso" en esta nueva etapa. Sin embargo, mejorar la situación del club a corto plazo es ahora su principal reto. Pero para llegar a disfrutar de oportunidades como esta, el camino recorrido por el nuevo guía del Sporting está repleto de curiosidades e instantes gloriosos, como el ascenso con el Mirandés a Segunda en la temporada 2018-19, con el Cartagena en la siguiente campaña o el que firmó con el Leganés a Primera en la 2023-24. Vivir éxitos como los mencionados no pasaba por la cabeza de Jiménez en ningún momento, pero su pasión por el fútbol y su capacidad de trabajo le permitieron dar pasos de gigante en pocos años.

Borja Jiménez Sáez nació en Ávila en 1985. Su infancia transcurrió entre su ciudad natal y su pueblo, El Oso, la localidad a la que le encantaba volver cada verano y a la que sigue escapándose siempre que la ajetreada rutina se lo permite. Durante los meses de actividad educativa, por las tardes aprovechaba para quedar con sus compañeros de clase en "las pistas" en las que comenzó a fraguarse su amor por el balón. Sus padres, Carlos y Lourdes, le acompañaron en todos sus pasos y cuando tenía 10 años le regalaron a otro de sus principales pilares, su hermano Pablo, un artista de la música urbana y electrónica al que se le conoce como "Selecta".

A medida que iba creciendo, Jiménez entendió que su futuro debía ir encaminado hacia la formación de jóvenes. Esa vocación le llevó a estudiar Magisterio, pero la docencia quedó en un segundo plano cuando las posibilidades de dedicarse a los banquillos empezaron a ser reales. Sin haber disputado ningún minuto como futbolista profesional, apenas había superado los 20 años cuando se estrenó como entrenador en la academia que el AC Milan tenía en Ávila. A los 23 años era el líder de la categoría cadete del Real Ávila, un club en el que poco después se convirtió en segundo técnico del primer equipo, director del fútbol base y míster del primer equipo. Su buen hacer le llevó a fichar por el Real Valladolid, donde alcanzó su primera experiencia en Segunda B con el filial, una categoría en la que también dejó huella en el Izarra y el Rápido de Bouzas. Fue allí donde conoció a Álex Martínez, su compañero de aventuras en los banquillos con el que forma un tándem equilibrado.

Antes de dar el salto hacia la categoría de bronce, para asegurarse otra posible salida, Jiménez obtuvo el título de profesor de autoescuela, una profesión que siempre tuvo cerca porque es el negocio familiar y debido a que la enseñanza, los coches y la velocidad bien entendida son sus otras pasiones más allá del fútbol. Finalmente, por suerte para los clubes por los que más tarde ha recalado, Jiménez optó por apostar por crecer como entrenador. Teniendo como referentes a múltiples técnicos, entre los que acostumbra a resaltar a Arrigo Sacchi y Pep Guardiola, el protagonista de estas líneas fue encadenando logros al frente de los vestuarios.

Además de su eficacia como entrenador, el equipo rojiblanco encontrará en su nuevo míster una persona cariñosa que pone todo de su parte para que los futbolistas se sientan cómodos en el día a día. Jiménez, además, es un hombre "muy familiar" al que le gusta vivir cerca del mar y que convive con su mujer, Raquel y "Dos", el gato que les acompaña vayan donde vayan. Entre sus planes favoritos se cuelan ir al cine y al teatro, viajar con quienes le rodean y disfrutar de las carreras de Fórmula 1 y de motos, así como de las vueltas ciclistas. También se considera un amante del café solo y de la variedad que ofrece la cocina española. Los platos que le vuelven loco son el cocido de su madre, la sopa de pescado de su tía Araceli y la tarta de su tía Juli.

Su afán ganador es otra de las características que subrayan desde su entorno, una cualidad que espera explotar en Gijón desde esta misma tarde ante el Racing de Santander. "El chico de los ascensos" ya está listo para hacer vibrar al Molinón y brillar de la mano del Sporting, un club del que le bastó con recibir la primera llamada para ponerse manos a la obra.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents