Las charangas de Gijón explotan con una gran pitada en su concentración por los permisos de ensayo: "Es la gota que colma el vaso"
Las catorce agrupaciones se concentraron en la plaza del Ayuntamiento por una reivindicación que congregó a más de 700 personas

Vídeo: Oriol López | Foto: Ángel González
Cumplieron su palabra. No hubo tambores ni instrumentos de percusión. Eso sí, las charangas hicieron explotar la plaza del Ayuntamiento con otro sonido que no fue el del tambor, sino el del silbato, con una espectacular pitada de más de un minuto de duración. El estruendo se lo dedicaron al Ayuntamiento de Gijón a modo de protesta por los "retrasos" en la concesión de los permisos de ensayo para el Antroxu y su "falta de comunicación" al respecto.
"Ensayando como lo hicimos hasta ahora fuimos felices y queremos seguir haciéndolo igual e igual de felices", afirmó Pierre Fernández, uno de los portavoces del colectivo, que fue el encargado de leer el manifiesto ante las más de 700 personas que se congregaron en la manifestación por unos acontecimientos que han sido "la gota que colma" el caso del colectivo. Su petición, "ninguna nueva" ni "nada que no tuvieran", es la misma que reclaman desde mediados de semana: las licencias para poder preparar el Carnaval, que este año llega “más pronto que nunca” y para el que temen “no llegar a tiempo” si no empiezan de inmediato con los preparativos de sus espectáculos. La solución podría salir este lunes de su reunión con la empresa municipal de festejos Divertia.
"Mirad cuántos tambores descansan hoy en el suelo, en silencio. Un silencio que duele. Un silencio que simboliza la falta de respuesta, la falta de respeto y la falta de compromiso de quienes deberían estar a nuestro lado, apoyándonos", arrancó Fernández la lectura del manifiesto frente a los estandartes charangueros y decenas de bombos y tambores extendidos sobre el empedrado de la plaza.

Ángel González
Reproches al "silencio" municipal
Los reproches al supuesto silencio municipal se sucedieron: "Pedimos permisos, buscamos soluciones, escribimos, llamamos… Y la respuesta ha sido el silencio. Un silencio que apaga tambores, pero no apaga la pasión que sentimos". Recordaron, además, que la situación “no es nueva”, porque “venimos padeciendo recortes en los horarios de ensayo, demoras en los permisos y trámites cada vez más complicados”, aunque este año “ha superado todos los límites”, porque las licencias “no llegan” y aún “no tienen nada claro”.
Lo “único” que saben es que tendrán un encuentro mañana lunes a las 19.00 horas, que los mantiene “en el limbo de la incertidumbre” porque todavía no saben “para qué va a ser”. "Queremos que nos escuchen antes de hablar de nosotros, que nos miren a la cara, que entiendan que las charangas son cultura, son barrio, son alegría, son ciudad", recitó Fernández.
A este respecto, los charangueros incidieron en que las supuestas “soluciones” solo las conocen “a través de la prensa”, ya que el presidente de Divertia, Oliver Suárez, que se pronunció a medios sobre la problemática, “no se ha dirigido a ellos directamente”. También rechazan de pleno la idea de un local común de uso colectivo para los catorce grupos, una opción que consideran “inviable”. "La semana tiene siete días y son dos ensayos por semana; imagina que te cae a las nueve de la noche, hay niños, familias que trabajan", explicó Noemí Menéndez, de Os Brasileiros, que añadió que la gracia está en que “no se vean ni se escuchen” entre grupos antes del concurso del Jovellanos.

Las charangas del Antroxu de Gijón, en pie de guerra, claman por no poder ensayar (en imágenes) / Ángel González
La "gota que colma el vaso"
Toda la coyuntura ha formado “la gota que colma el vaso” charanguero. “No hablamos solo de retrasos: hablamos de falta de seriedad, de falta de respeto y de falta de visión hacia una parte esencial de la cultura gijonesa”, afeó el colectivo al consistorio, reivindicando que “las charangas somos parte del alma festiva de Gijón. Somos música, ritmo, alegría, color y cultura popular” y que llevan meses “sin poder preparar lo que más amamos: el carnaval.”
Las agrupaciones quieren dejar claro que no están dispuestas a repetir este problema cada año. Reclaman que los permisos de ensayo sean algo “estable, sistemático y garantizado”, que se renueve automáticamente sin depender del azar ni del calendario. “Ya no valen las excusas ni los ‘estamos en ello’”, subrayan.
"Aún en la tristeza, mantenemos la esperanza. Esperanza en que este silencio obligado se rompa pronto con el sonido que más nos une: el sonido de los tambores del Antroxu de Gijón", concluyó el manifiesto, justo antes de dar paso a la monumental pitada dedicada al Ayuntamiento.
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