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La increíble tranquilidad de María del Pilar, una evacuada de 101 años por el incendio de Gijón: "Estábamos en casa viendo la tele cuando nos avisaron"

Las dos hijas de la mujer vivieron momentos de agobio durante el desalojo: "Fue un susto muy grande"

Medio centenar de vecinos evacuados por un grave incendio en el Monte Areo

Pablo Palomo

Pablo Palomo

"Estábamos en casa viendo la tele cuando nos avisó la Policía". Ya realojadas en el pabellón del colegio Montiana, en el barrio de nombre homónimo, se expresaban así ayer por la noche de esta forma sobre la manera en que fueron avisadas para salir de su vivienda debido al pavoroso incendio del Monte Areo.

Con la calma ya recuperada por estar bajo techo, pero sobre todo porque veían que su madre, María del Pilar Iglesias, una mujer de 101 años, estaba por fin segura y atendida por personal sanitario. Las hermanas contaron cómo vivieron la noche. "Fue un susto muy grande, pero bueno mira ahora como llueve", comentaron sobre las doce de la noche, cuando el agua comenzaba a caer del cielo aumentando las esperanzas de que el fuego fuera remitiendo.

Ninguna de las dos hermanas, ni tampoco la nieta, Eva Álvarez, quitaron ojo de la que sin duda era la persona de más edad de las cerca de cincuenta que había en el pabellón del colegio de Montiana. María del Pilar Iglesias, de 101 años, llegó a las instalaciones del colegio de Monteana escoltada por sus hijas y pronto los servicios sanitarios se ocuparon de ella.

Estaba bien, tranquila, tapada con una manta roja y sentada en su silla de ruedas contemplando el discurrir de la noche. Incluso, en un momento dado, llegó a estar cerca y conversar con la alcaldesa, Carmen Moriyón, que acudió al centro escolar tras haber pasado por el centro de crisis ubicado en la vieja comisaría de la Policía Local.

Solidaridad vecinal

Voluntarios de Protección Civil, Cruz Roja, agentes de la Policía Local, Nacional, Guardia Civil... Todo el mundo arrimó el hombro para que los vecinos desalojados estuviesen bien atendidos. Se les ofreció incluso habitaciones en hoteles de la ciudad para quienes no quisiesen pasar la noche sobre colchones y mantas en el polideportivo de Monteana.

Recibieron la visita de la alcaldesa, Carmen Moriyón, que desde el primer momento se personó en el gabinete de crisis establecido en las primeras horas en la antigua jefatura de la calle San José. Hubo también anécdotas llamativas. Una de ellas la protagonizó la propia Regidora. La primera edil llegó al colegio de Monteana y en primer lugar trató de consolar a una mujer que estaba sufriendo lo que de lejos parecía un conato de ataque de ansiedad. La consoló dentro del centro escolar, en una sala. Luego, se dirigió al pabellón donde habló con numerosos vecinos. La escena más llamativa la protagonizó con un niño, Raúl Álvarez, al que le firmó un autógrafo que el niño, inocentemente, le había pedido.

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