Alerta por el grave incendio de Gijón: las llamas se reactivan en el Monte Areo y los bomberos vuelven sobre la zona por tierra y aire
Los vecinos dieron el aviso a emergencias al ver una densa humareda a última hora de la mañana

Video: Pablo Palomo Foto: Juan Plaza
Preocupación vecinal en el entorno del Monte Areo. El grave incendio que se descontroló la noche del pasado miércoles, y que se reavivó por culpa del viento, sigue dando trabajo a los equipos de emergencias. Los residentes en el entorno alertaron a última hora de la mañana a emergencias de que veían de nuevo mucho humo en la zona afectada, lo que motivó que integrantes del servicio de Bomberos de Gijón, que estuvieron de retén toda la noche controlando el entorno, volvieran a actuar en el Monte Areo.
El fuego, que ha calcinado 40 héctareas, estaba controlado y casi extinguido después de una nueva noche de trabajo. Pero una densa humareda alertó a los vecinos. A la zona han vuelto los bomberos para combatir el foco por tierra y por aire. Desde hace cosa de media hora un helicóptero de la Brif de Tineo ha regresado a la zona afectada por el fuego de este miércoles. Gran parte de la parroquia de San Andrés de los Tacones se encuentra en este momento cubierta por una densa neblina de humo gris y el olor a quemado es palpable a escasos metros de la zona cero. “Todo depende del viento”, aseguran los vecinos que contemplan las labores con cierta expectación.

Los bomberos vuelven a intervenir en el grave incendio de Gijón (en imágenes) / Juan Plaza
Las llamas del pasado miércoles, por precaución y dado el avance de las mismas por las condiciones meteorológicas, obligó a desalojar de sus casas a medio centenar de personas al tiempo que se desplegaba un espectacular operativo en el que participaron bomberos de Gijón y de Asturias, helicópteros de la Brigada de Refuerzo de Incendios Forestales de Tineo, Policía Local y Nacional, Guardia Civil, Protección Civil y Cruz Roja. A los afectados se les trasladó al polideportivo de Monteana, y también se les ofrecieron habitaciones en hoteles de la ciudad.

Juan Plaza
La lluvia que cayó de madrugada y la tregua del viento ayudaron en las labores de extinción del grave incendio en el Monte Areo. Después del mediodía de ayer, dada la situación, los vecinos pudieron ir volviendo poco a poco a sus casas.
La noche más larga del poblado de Monteana
Estaban a punto de dar las once y media de la noche en Monteana cuando las llamas del incendio del Monte Areo ya eran perfectamente visibles desde el poblado. Alrededor del colegio, una larga cola de vecinos esperaba a las puertas del centro escolar, aguardando a la llegada del director, Chema Suárez, con la llave, para poder cobijarse en el polideportivo. Durante algo más de una hora y media, los vecinos esperaron en la calle, de noche y poniéndose de espaldas cuando las fuertes rachas de viento barrían el lugar haciendo temer lo peor. A lo lejos, en el monte, las sirenas azules de los bomberos se veían con intermitencias. Entonces, llegó Chema Suárez, el cual fue avisado por teléfono por uno de los presentes y dio comienzo la que, muy seguramente, haya sido una de las noches más largas del poblado de Monteana.

Pablo Palomo
Suárez accedió al colegio seguido de unos pocos vecinos y también de agentes de la Policía Local y Nacional. Prendió las luces y abrió las puertas del pabellón. En el pequeño polideportivo, vecinos como Bryan Calvo o Tino Mendoza, líderes vecinales de San Andrés y Monteana, colocaban sillas de diferentes colores para ir dando sitio donde sentarse al resto de vecinos. Pese a lo complicado de la situación, la solidaridad vecinal fue también el bálsamo para aliviar una noche de tensión.
Muchos vecinos se lanzaron a colaborar. Uno fue Ethan Pérez, que dio la voz de alarma en los primeros compases y ayudó a ganaderos a recoger a sus animales. En el polideportivo hubo personas mayores. La más mayor fue María del Pilar Iglesias, de 101 años, que llegó en silla de ruedas y vivió la noche tapada por una manta roja. Terminó por dormir en el hotel del paseo de Begoña. "Estábamos en casa, acabamos de cenar, cuando nos llamó la policía", contaron sus hijas, Lourdes y Gloria Riol.

Ángel González
Por el polideportivo también se pasó la Cruz Roja y varios sanitarios, que se encargaron de atender a todo el mundo. Algunos vecinos tuvieron conatos de ataques de ansiedad. Había también mascotas y unos cuantos niños. Uno de ellos fue Raúl Álvarez que protagonizó una de las anécdotas de la jornada. Se acercó junto con su hermana a la alcaldesa, Carmen Moriyón, cuando esta llegó a Monteana. Y le pidió un autógrafo a la primera edil que esta le firmó de buen grado.

Pablo Palomo
Moriyón fue la primera en llegar. Habló con prácticamente todos los vecinos y estuvo en permanente contacto con la Guardia Civil y los policías. El concejal de Servicios Sociales, el popular Guzmán Pendás, también estuvo. Fuera, la lluvia no empezó a caer hasta la madrugada. En el exterior del recinto aparcaron varias patrullas, ambulancias y la UVI Móvil por lo que pudiera pasar. No hubo que lamentar heridos más allá de una joven, la hija de Rosa María Valdés, que sufrió un esguince. La quisieron evacuar en silla de ruedas pero ella hizo un esfuerzo por ir a pie. Con el paso de las horas, fueron llegando los víveres. Botellas de aguas, que cargaron algunos pequeños como Raúl Álvarez en otro gesto propio de la inocencia de un niño, cafeteras y también sobres de cola cao para los críos. Fueron esos pequeños detalles que pueden, y de hecho hicieron, un gran bien para aliviar una noche larga en Monteana.
Reivindicaciones vecinales
La tesis de que el Monte Areo necesita más cuidados la sostiene Tino Mendoza, presidente de la asociación de vecinos de Monteana. "Es algo histórico, ya. Pasa en muchos montes, que hay parcelas que ya nadie mira para ellas. Yo voy mucho y a veces he pensado que cualquier colilla mal pagada puede provocar que todo queme", dijo. Sobre si el incendio pudo ser intencionado o no, duda. "Quizás lo fue el penúltimo y con el viento que hizo levantó algún rescoldo", añadió.
Algo diferente piensa José Luis Fernández, líder vecinal de Serín, quien lo que pide es "una política forestal". "Lo de limpiar el monte es algo más complejo. Por la zona, otras veces han quemado puntos que estaban limpios. Al final, lo que falta es un plan forestal", concretó. Mientras, Bryan Calvo, líder vecinal de San Andrés de los Tacones, que, como Mendoza, fue uno de los desalojados. "Entiendo que sí, que algo falla", dijo sobre los cuidados. "A los pirómanos hay que tenerlos controlados. Por como ardió todo sí creo que fue provocado", zanjó tras un incendio que mantiene trabajando a un retén de bomberos.
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