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Los gijoneses adelantan las visitas a los cementerios: flores y recuerdos a los difuntos para evitar "el barullo" de Todos los Santos

Los camposantos de Gijón elevan las visitas ante la llegada de la festividad: "Ahora hay menos gente"

Ceares

Ayudada de un trapo, María Eugenia García repasaba con esmero la lápida blanca tras la que descansan los restos de sus padres. Se reconoce como habitual del cementerio de Ceares, a donde acude cada mes para darle el cuidado "que merece" al nicho. "Mi padre falleció en el 83 y mi madre va a hacer ahora dos años. Cuando no es la fecha de uno es la de otro. También vengo en fechas señaladas", narró García. Al igual que ella, son muchos los que prefieren acudir al cementerio la semana previa a la festividad de todos los Santos, optando por honrar a sus seres queridos en un ambiente más tranquilo.

"No venimos por celebrar la fiesta en sí, sino solo hacer una visita", reconocía Eva Del Pozo, que abandonaba el camposanto después de visitar las tumbas de sus tías y su abuela. "Si no puedo venir por estas fechas, vengo a mitad del año. No vivo en Gijón y por eso aprovecho cuando puedo, pero no suelo el Día de Todos los Santos", añadía Del Pozo. En otro de los pasillos, Alfredo Menéndez acompañaba a su madre Sonia Menéndez. "Mi madre más habitualmente, yo en estas fechas, y coincidió que hoy nos apetecía subir", explicó Alfredo Menéndez, que prefiere desmarcarse de la fiesta tradicional. "Tienen que ser días que me apetezcan. El Día de Todos los Santos no suelo venir. Vinimos a vistar esta semana y así hay menos gente, o días de mucho viento, por si están las cosas tiradas. Sabes que tienes ahí a los que de verdad quieres", añadía Sonia Menéndez.

Por cuestiones de calendario, Mercedes Patallo y Jorge Ordóñez también decidieron por visitar el cementerio de Ceares. "Nos coincidió que la semana que viene no estamos y preferimos venir hoy que hay menos barullo", detalló Patallo, que añade que lo suyo viene de tradición heredada y, ahora que no están sus seres queridos, quiere seguir manteniéndola. "Nos gusta tener los nichos atendidos", resumió Patallo.

Limpiar las tumbas, poner flores y rememorar y recuperar los recuerdos", enumera Patayo. Previamente, habían pasado por el cementerio de Deva, donde también tienen familiares enterrados y notaron cierta diferencia entre ambos camposantos. "Venimos una vez al año y, en esta ocasión, lo hemos notado algo más dejado y abandonado", lamentó Ordóñez, que dejó una última reflexión. "Cada uno vive estos temas a su manera. La nuestra es respetar y recordarles de esta manera", sentenció Ordóñez.

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