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James Edward Rhodes, pianista: "Puedo decir al cien por cien que estoy en mi mejor momento"

"En la iglesia de la Laboral di mi primer concierto en España, nunca voy a olvidar ese momento", asegura

James Rhodes.

James Rhodes. / LNE

Gijón

El pianista, escritor y filántropo James Edward Rhodes (Londres, 1975) comenzará su gira "Manía" este próximo sábado en Gijón. El concierto tendrá lugar en el teatro de la Laboral, a las 20.00 horas.

¿Qué propone en este nuevo trabajo?

Es un concierto en el que cuento mi historia. Para mí, cualquier concierto debe contar una historia de alguna forma. En el mundo de la música clásica, que es tan cerrado y tiene tantas reglas, yo prefiero cambiar las cosas en cuanto a la presentación de la música. He elegido como siete u ocho piezas más cortas, no de media hora cada una, y, finalmente, es una especie de banda sonora que cuenta mi viaje desde el infierno en Londres hacia el paraíso que encontré en España.

¿Con qué concierto van a encontrarse los espectadores?

Antes de cada pieza hablo para dar un poco de contexto sobre el compositor, la pieza y lo que significa para mí. Después, al apagar las luces, podemos escapar y escuchar una banda sonora inmortal compuesta por Chopin, Brahms o Rachmaninov. Eso es muy personal, muy íntimo y muy bonito.

¿Por qué comenzar en Gijón?

Allí, en la iglesia de la Laboral, fue mi primer concierto en España. Nunca voy a olvidar ese momento. Flipé. Me sentía como en Disneyland por la calidez de la gente y por la comida. Me genera mucha emoción volver a ese sitio tan mágico. Además, en Asturias pasé mi luna de miel en 2021. Por lo tanto, al proponerme la posibilidad de empezar esta gira en Gijón dije: "¡Por supuesto!".

¿Qué le genera tocar en un espacio como el teatro de la Laboral?

Es un recinto brutal, la acústica es una pasada. Cuando estoy solo en el escenario ante tantas personas lo que pienso es en intentar hacerlo lo más íntimo posible. Vivimos en un mundo donde apenas hay sitios sin distracciones, sin pantallas, sin redes sociales, sin publicidad o sin prensa. Los recintos de conciertos de música clásica son casi los últimos lugares de ese tipo, en los que se apagan las luces, se tocan piezas inmortales y se puede encontrar ese duende, escapar y recargar las pilas.

No faltará la interacción con el público.

Nunca. Es muy importante que no falte esa parte de explicación. Entiendo que hay tres cosas en cualquier concierto: el que toca el piano, la música y el público, que es una parte igual de importante que las otras aunque a menudo nos olvidamos de ella. Me parece muy triste que un tío llegue, toque el piano y se vaya.

¿Cómo resume su trayectoria vital en esas breves narraciones?

Intento hacer ver que soy un libro abierto. Cada uno tenemos una historia. No quiero ser egoísta y hablar durante horas de mi vida, pero sí que quiero que se vea cómo encaja con esa música, porque así se le añade un poco de profundidad a la pieza. Siempre he creído que hablar de las cosas o sensaciones más difíciles, como la ansiedad o los nervios, es algo importante y que todos tenemos que compartir un poco más para ayudar a curarlas.

¿Hablará sobre los abusos sexuales que sufrió de niño?

No, esta vez no hace falta. Voy a hablar de mi viaje desde Inglaterra, donde en un hospital psiquiátrico escuché una pieza, pero rápidamente me trasladaré a España. Es sobre todo un viaje de amor hacia España y hacia la música, autobiográfico hasta cierto punto.

Ahora vive un gran momento.

Puedo decir al 100% que estoy en mi mejor momento. Nunca pensé que llegaría a encontrarme de esta forma, haciendo el trabajo de mis sueños y con una esposa más allá de mis sueños. No quiero olvidar la suerte que tengo y esta gira es una forma de celebrarlo y devolver una pequeña parte de todo lo que me ha dado España, porque me ha dado un hogar y eso es algo impresionante.

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