Las memorias de José Ramón Enguita, exdirector del Hospital de Cabueñes y exedil de AP: "Mi primer día de médico tuve un parto y no veíamos ninguno en la carrera"
"Fui uno de los facultativos que inauguraron el Hospital General en Oviedo y después el Hospital de Cabueñes en Gijón"

José Ramón Enguita Álvarez, en el Paseo de Begoña, en Gijón. | Ángel González
José Ramón Enguita Álvarez (Venta de Baños, Palencia, 14-8-1934), médico especialista en análisis clínicos jubilado, fue director del Hospital de Cabueñes, integrante de las plantillas que inauguraron este hospital y también el Hospital General de Oviedo, y concejal en el Ayuntamiento de Gijón por Alianza Popular, formación política que posteriormente se transformó en Partido Popular.
Raíces. "Aunque las raíces de mi madre, Vicenta Álvarez Rubiera, están en la zona rural de Gijón, de donde eran mis abuelos, ella se sentía muy vasca, como mi padre, Julio Enguita Aldama, cuyos orígenes familiares están en el País Vasco y Navarra. El abuelo de mi madre se trasladó al País Vasco para participar en la construcción de los Altos Hornos de Vizcaya y allí se establecieron. Soy el menor de tres hermanos. Ellos me llevaban 9 y 10 años y nacieron en el País Vasco, porque mi madre iba ex profeso a dar a luz a Baracaldo desde donde estuviera destinado mi padre, que se dedicó a abrir distintas sucursales bancarias por España. También quisieron hacerlo cuando iba a nacer yo, cuando vivían en Venta de Baños al estar destinado mi padre en Palencia, pero los disuadieron porque eran tiempos convulsos en España, con huelgas, y les dijeron que, a lo peor, acababa teniendo que dar a luz en el tren. Por eso nací en Venta de Baños, adonde no me une nada. Marché muy niño de allí y cuando realmente conocí dónde había nacido fue estando ya en Valladolid estudiando la carrera".
Llegada a Gijón. "Llegué con la familia a Gijón en enero de 1939, acabada la Guerra Civil en Asturias, teniendo 4 años, y desde entonces estoy aquí. Vivíamos en la calle Corrida, enfrente del antiguo cine María Cristina. Estudié Bachiller en el Colegio Politécnico Los Campos, porque el de los Jesuitas estaba destruido y en el local que abrieron en la calle Cabrales había muy pocas plazas y el Corazón de María todavía no existía".

De niño con una escopeta para el tiro al plato. / LNE
Huérfano de padre. "De muy joven mi padre me inició en la afición al tiro al plato. Gané muchas tiradas. En una de ellas, teniendo 14 años, a la que había ido con mi padre, en Oviedo, él se tuvo que marchar mientras que yo me quedé porque me había clasificado para la última ronda. Volviendo a Gijón tuvo un accidente de tráfico y se mató".
Medicina en Valladolid. "En 1951 fui a estudiar Medicina a Valladolid, que era adonde íbamos los de Asturias, porque en Oviedo no había facultad. La carrera entonces era de 7 años. La de estudiante fue una buena época, aunque me tocó vivirla en la época en la que la Iglesia controlaba todo y todo era pecado. Pese a todo, se pasaba bien. En la Facultad conocí a Félix Rodríguez de la Fuente, que estudiaba varios cursos por delante. Había un bar donde parábamos todos los asturianos y justo en una pensión que había enfrente estaba alojado Félix Rodríguez de la Fuente con dos asturianos amigos míos. Tuvimos bastante trato. Siempre tuvo una manera de expresarse muy buena. Entonces él era cetrero mayor de Castilla. En Valladolid también me seleccionaron como extra para una película de Orson Welles, ‘Mister Arkadin’, aunque la escena en la que participé como extra se cortó en el metraje final".
Diez años de noviazgo y 60 de matrimonio. "En Valladolid conocí a mi mujer, María Isabel del Toro, en las piscinas. Valladolid: ocho meses de invierno y cuatro de infierno, y cuando empieza el calor, los de aquí íbamos todos a la piscina. Empezamos a quedar. Estuvimos 10 años de novios y el pasado mes de febrero cumplimos 60 de matrimonio. Nos casamos en 1965, en la iglesia Santa María la Antigua, en Valladolid".
La mili. "Me incorporé a la mili antes de acabar la carrera en vez de hacer la milicia, porque a través de unos amigos de la familia de mi mujer conocí a un general que me dijo que estando matriculado en la Facultad de Valladolid podía solicitar hacer allí la mili y que después de los tres meses de instrucción, él me sacaba para hacerle recados. Total, que me tocó Oviedo. Perdí un año y medio, porque aunque daban permisos para ir a los exámenes, no había posibilidad de prepararlos".
Médico de pueblo. "Cuando terminé la carrera trabajé unos meses como médico en un pueblo de Valladolid, en la Pedraja de Portillo, sustituyendo a un colega que se preparaba para médico de empresa, porque entonces estaba abriendo la fábrica de Renault. Los de mi promoción teníamos un problema gordo, la ginecología y los partos. El catedrático era de Madrid y no venía en todo el curso, salvo el día del examen, que lo hacíamos a la una y a las cinco nos mandaba ir a por las notas. ¿Cómo iba a calificar un examen escrito de una pila de gente en ese tiempo? Cuando terminé la carrera no había visto un parto, fui a la Seguridad Social y pedí permiso para ver alguno. Recuerdo una conversación con otros compañeros en la que uno comentó que había tenido un problema en un parto porque no salía la placenta y otro preguntó: ‘¿Pero es que sale algo después del niño?’. Da idea de cómo había sido la formación en aquella asignatura".
El primer parto. "En los pueblos estaban las categorías muy marcadas; el médico, el farmacéutico y la maestra, y no me acuerdo si alguno más, éramos don; después estaban los que eran señor y de ahí para abajo era el tío. Había una diferencia de clases brutal. El día que llegué a aquel pueblo, un parto. Miro a la parturienta, como si yo fuera un experto, y le digo: ‘Esto no viene muy bien, hay que ir a Valladolid’. Cuando llegamos, le expliqué a la comadrona lo que pasaba, que acababa de terminar la carrera y que, por favor, me dejara bien delante de la familia. Tan bien me dejó que al niño le pusieron mi nombre".
El Hospital General. "Cuando abrió el entonces Hospital General de Asturias, en 1961, además del examen de la oposición y pasar el tribunal, el gerente nos hizo una entrevista extensa, que eso es muy típico en EE UU, donde se había especializado en dirección de hospitales. Yo había pedido como especialidad hacer piel, pero él me aconsejó que hiciera laboratorio de bioquímica. Me mandaron becado a Barcelona. Cuando volví aún no había pacientes en el hospital. Hice allí toda la residencia, porque residíamos en el hospital, no salíamos prácticamente para nada. Hacer la especialidad fueron casi cuatro años. Después, por oposición, saqué una plaza de lo que ahora llaman médico adjunto".

Ataviado como extra para la película de Orson Welles. / LNE
Formador en Barcelona. "El jefe de servicio, el que había sido gerente del Hospital General, Carlos Soler, se fue al San Pablo de Barcelona y me llamó para impartir un curso de formación a la gente del laboratorio. No le gustó mucho al jefecillo en Oviedo, que cogió vacaciones para que volviera de Barcelona sin acabar de impartir aquel curso".
Cabueñes. "Viendo cómo iban las cosas, decidí irme. En 1968 saqué por concurso-oposición la plaza de jefe del servicio de Análisis Clínicos en lo que hoy es el Hospital de Cabueñes y entonces se llamaba Residencia Sanitaria José Gómez Sabugo. Luego consolidé la plaza en una oposición en Madrid. Me pasó como con el Hospital General; fui uno de los que inauguraron el Hospital de Cabueñes. Mi primer hijo, José Ramón, ya había nacido en 1966 y en Gijón nacieron Daniel en 1970 y Pablo en 1973".
Laboratorio privado. "En 1968 también abrí un laboratorio privado. Durante años estuvo en el edificio del pasadizo de Begoña, adonde la familia nos mudamos a vivir en 1970, a otro piso. Luego tuvo varias ubicaciones, la última en el Sanatorio Begoña".
PSP. "En 1976 o 1977 me afilié al Partido Socialista Popular. Me llevó otro compañero médico a la sede en Gijón, pero apenas estuve dos meses; después de ir a una conferencia del partido en Gijón, me borré. Fue un error".
Director. "En 1981 me nombraron director del Hospital de Cabueñes, elegido por votación de los jefes de servicio. Pero en 1982 ganó las elecciones generales un señor llamado Felipe y el Hospital se politiza. Cesé como director en 1983 y menos mal que la plaza la tenía por oposición y no me pudieron quitar de ahí. A mí que no me gusta callarme, cada vez que veía algo que no me gustaba, lo decía. Lo pasé bastante mal, porque se metieron conmigo a base de bien".
Concejal. "La politización que había hecho el PSOE del Hospital fue lo que me llegó a presentarme a concejal en 1983. Un compañero del Hospital, Ricardo Presa, me dijo que en Alianza Popular querían hablar conmigo. No sabía ni dónde estaba la sede. Allí me esperaban Jorge Díaz Caneja, Chono Donate y Francisco Álvarez-Cascos, que era el que llevó la voz cantante en la entrevista. Planteé ir como independiente, pero me dijeron que era mejor que me afiliara y así lo hice. Fui como número 2, con Cascos de cabeza de lista".

En el laboratorio del Hospital General de Asturias. / LNE
La batalla de Bailén. "Algunos concejales del PSOE y del comunismo no tenían el menor ápice de cultura, y les pegué un poco en ese sentido, aunque tengo que decir que entre los concejales socialistas tuve amigos. Un pleno del Ayuntamiento coincidía un 18 de julio y poco antes de entrar les dije ‘voy a hacer una propuesta al Alcalde –que entonces era José Manuel Palacio– para que el Ayuntamiento se pronuncie ante que el día de hoy es el aniversario de un hecho histórico de armas para España’. Se alteraron preguntando que cómo iba el Ayuntamiento a hacer ese pronunciamiento sobre el levantamiento de Franco en 1936. Yo callado. Y cuando tomé la palabra en el Pleno, dije ‘hoy es el aniversario de la Batalla de Bailén’, en la guerra de independencia contra la Francia napoleónica".
Compromisario. "En aquellos años tuve una intensa actividad en Alianza Popular de Gijón. Participé como compromisiario en su VI Congreso nacional, que se celebró en 1984 en Barcelona. También formé parte, como reserva, de la candidatura por Asturias al Congreso de los Diputados en 1986".
Segundas elecciones. "En 1986, tras las elecciones generales, pasé a ser portavoz del grupo municipal cuando Cascos pasó al Congreso. En las municipales de 1987 el candidato fue Francisco Rimada y yo volví de número dos. El alcalde entonces fue Tini Areces, con el que entablé amistad por encima de las diferencias políticas. Cuando quiso irse a vivir al edificio del pasadizo, mi mujer se enteró de que un vecino vendía y los puso en contacto y la primera noche que fueron a dormir a su piso, cenaron en mi casa. Comíamos y cenábamos muchas veces juntos. Le decía Tini a mi mujer, ‘Maribel, ¿qué?, nos haces una tortilla de patatas’. Era muy buena gente. Y yo le tomaba el pelo, le decía, ‘mira, Tini, tú eres más de derechas que yo’".
Trabas laborales. "Nunca dejé de trabajar en el Hospital. Cuando pedía permiso para ir al Ayuntamiento a preparar los plenos, la dirección del hospital ponía problemas y tenía que llevarles un justificante de que había estado en el Ayuntamiento, mientras que otro concejal del PSOE que también trabajaba en el hospital no aparecía por el hospital para nada".
Dimisión. "En 1989 dimití. Como decía Konrad Adenauer, en el mundo hay enemigos, enemigos acérrimos y compañeros de partido en época de elecciones. Ya estaba cansado de la política en ese sentido, así que si querían el sitio, ahí lo tenían. Marché, pero llevándome bien con una parte importante de la gente".
Amigos en el partido. "Hice buenos amigos en AP. Chono Conate era íntimo mío; Jorge Díaz Caneja, Jesusín Roces; con Francisco Álvarez-Cascos aunque discutíamos, porque tiene un carácter de la leche y yo cuando no pensaba igual, no le daba la razón. Manolo Santoveña, Fernando Gómez Taylor. También venía por casa Isidro Martínez Oblanca, un magnífico chaval".
Jubilación. "Con 64 años dejé el Hospital y poco antes de la pandemia el laboratorio privado. Tengo 6 nietos, Carlos, Maribel, Pablo, Diego, Mateo y Pedro. Además del tiro al plato, fui jugador de pelota vasca aficionado y directivo del Chas, donde entré de manera casual para hacer una cancha de tiro al plato. También formé parte de una de las directivas de José Luis Martínez en el Ateneo Jovellanos".
Ópera. "Fui abonado de la Ópera de Oviedo. Tengo muchos vinilos y CD de música clásica y ópera en Oviedo. Mi madre era profesora de piano. Desde que tengo uso de razón, recuerdo la música clásica y la ópera en casa, con mi madre como pianista y con los discos y por la radio. En el Hospital General empecé a ir a la Ópera de Oviedo y en salón del Hospital General pusimos un tocadiscos y yo la música adecuada, aunque no a todos les gustaba".
Reconocimiento. "En las elecciones municipales de 2023 volvía formar parte de las listas del Partido Popular, cuatro décadas después de la primera vez. En esta ocasión como número 23 de la lista que encabezó Ángela Pumariega. El mes pasado el PP me entregó el Premio a la Trayectoria Ejemplar: cuando empezaron los discursos, yo a lágrima viva".
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