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Olas inclusivas en la playa de San Lorenzo: los alumnos del colegio de Educación Especial de Castiello de Gijón se lanzan a surfear en San Lorenzo

La iniciativa se celebró de la mano de EDP, que participó con 22 voluntarios, y de profesores de SkoolSurf que guiaron a los 21 jóvenes participantes

Los alumnos del colegio de Educación Especial de Castiello de Gijón se lanzan a surfear en San Lorenzo: "Están encantados"

VÍDEO: Carlos Tamargo / FOTO: Ángel González

En un noviembre en el que las temperaturas se acercan más a los meses de verano que a los de otoño, varios alumnos del colegio público de educación especial de Castiello se lanzaron a probar las olas de la playa de San Lorenzo. Lo hicieron este miércoles, junto a voluntarios de EDP y profesores de SkoolSurf. La iniciativa nació por parte de la compañía energética, que lleva cuatro años impulsando actividades de este tipo en el que se les ofrece a jóvenes con necesidades especiales la posibilidad de probar deportes en un entorno seguro. "Lo principal de la actividad es acercar a estos niños el surf y que puedan disfrutar del ocio sin problemas", aseguraba Elena Iglesias, responsable de marca de EDP.

Cuando les transmitieron el plan solidario al centro de Castiello, no dudaron en unirse, al igual que los propios alumnos y padres. "Al día siguiente nos habían confirmado hasta 68 niños, teniendo en cuenta que es noviembre", apuntaba con sorpresa Iglesias. En la jornada en San Lorenzo participaron 21 de ellos, que estuvieron acompañados por 22 voluntarios de EDP. «No tienen por qué ser expertos en surf. Los profesores son los que imparten y los voluntarios les van ayudando y enseñando en la playa», añadía Iglesias.

La primera prueba comenzó dentro de los vestuarios de SkoolSurf con los neoprenos. Los jóvenes, poco acostumbrados a esta ceñida ropa, respondieron con entusiasmo ante el inminente chapuzón que les esperaba. «Llegan con muchas ganas y muy buena actitud. Simplemente, poner el neopreno es un reto para muchos, pero están muy motivados y a nosotros nos gusta entrar con ellos al agua», corroboraba Daniel Aznar, director de la escuela de surf.

Tras el reparto de tablas en función de la altura, voluntarios, profesores y surfistas bajaron hasta el arenal gijonés aprovechando la marea baja para comenzar con las primeras lecciones. "Cambia un poco la forma de actuar, aunque la metodología es la misma. Se aprende a remar, ejercicios en la tabla, puesta en pie y seguridad. Lo único que cambia es el ratio, ya que cada alumno tiene que tener siempre la atención individual", detallaba Aznar.

Poco le costó a los jóvenes subirse a las tablas, incluso algunos de ellos ya ensayaban la postura de pie antes de empezar con la instrucción. "Los críos están encantados de la vida. Lo disfrutan mucho y más con este tiempo estupendo. Les encantan estas actividades", admitía Fernando Aldecoa, profesor del colegio de educación especial de Castiello.

Adaptado a las necesidades

Desde su punto de vista, esta actividad no solo sirvió para que sus alumnos pasasen un rato agradable en el exterior y aprendiendo un nuevo deporte, también supuso una forma de reivindicación. "Muchas veces no tienen una actividad adaptada para ellos. El hecho de que cada uno tenga un monitor es algo que a nivel económico no se lo puede permitir cualquier familia", mencionaba Aldecoa, enumerando algunos de los beneficios de este tipo de iniciativas.

"Da visibilidad, demostrando que los chavales también pueden participar en estas actividades. También suele ser complicado encontrar algo adaptado a sus necesidades", remataba el docente. Tras varios minutos sobre la arena, con los ejercicios previos, llegó el momento de saltar al agua, donde las dotes aprendidas se pusieron en práctica.

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