Saltar al contenido principalSaltar al pie de página

Opinión

Fatiga

Es curioso como un nuevo aprendizaje, el nuevo uso de una palabra o una acepción no conocida tiende a producir en mí una rápida asociación de ideas y una metáfora inesperada.

El otro día, por estas cosas de las oportunidades que nos trae conocer, coincidir y estar con personas de otros ámbitos, con otros intereses profesionales y académicos, descubrí que existe la fatiga de los materiales. Por lo visto es el deterioro progresivo que estos van sufriendo debido a "cargas cíclicas y progresivas", y este proceso que comienza generando pequeñas grietas, puede llegar al cese completo de la pieza que sufra esta fatiga.

La asociación de ideas fue inmediata y pensé cuántas veces somos también esas piezas que, poco a poco, pero de modo constante, van cediendo, van agrietándose para acabar rompiendo. Me imagino que cuando el ingeniero alemán August Wöhler lo describió allá por la década de 1860, debió de pensar también en cómo nos sentimos las personas cuando afirmamos que estamos fatigadas y denominó así al fenómeno. Y es que la diferencia no es mucha. El Diccionario de la Real Academia define la fatiga como: "Agitación duradera, cansancio, trabajo intenso y prolongado". Hay otras cuatro entradas más y lo que tienen en común casi todas es que en ellas aparece el adjetivo "prolongado" como si ya la propia definición fuese una declaración de intenciones.

Como no podía ser de otra forma pensé qué tenía que ver todo esto con la educación y con la cantidad de veces que nos confesamos "con fatiga" quienes nos dedicamos a ella. Que esta sociedad es inestable, cambiante y exigente ya ha sido objeto de muchas de mis reflexiones, pero esta vez le sumaría que creo que todo ello pesa y carga a los centros educativos y a quienes estamos en ellos de una responsabilidad que es constante y costosa anímicamente hablando y que conduce, más de lo que sería deseable, a la fatiga, protagonista de estas líneas.

Capítulo aparte, o mejor dicho reflexión, merece el pensar qué pasa cuándo detectamos ese fenómeno en la gente joven. Para mí es síntoma inequívoco de que algo, poco recomendable para construir una sociedad justa, equitativa y democrática, está sucediendo.

Si quienes vienen detrás ya sienten fatiga es que ese proceso de desgaste cíclico se está produciendo y habrá que pararse a pensar por qué es así. Eso o acabaremos por tener una grieta tan grande que tal vez no pueda repararse.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents