Gijón hace futuro al Oeste: los retos desde Naval Azul a la estación intermodal pasando por el vial de Jove

El Parque Científico crecerá hacia la Pecuaria, el Piles fluirá libre sin compuertas y puede que hasta un estudio convalide el deseo de que el tráfico circule soterrado junto al Muro de San Lorenzo, pero la gran batalla por el futuro de Gijón se juega al Oeste. En ese territorio están coincidiendo los proyectos de ciudad que van a ayudar a cambiar la imagen urbana de Gijón, pero también su movilidad, su urbanismo y su capacidad de generar actividad económica y empleo. Todo un reto al que se suma LA NUEVA ESPAÑA dando una cobertura especial al territorio a través de su nueva edición digital Gijón Oeste

Y es que en este momento se están dando pasos firmes para desbloquear proyectos que llevan décadas dando vueltas en los despachos. Más allá de ese vial de Jove que se ha convertido en el gran quebradero de cabeza de todo Gijón la mirada al Oeste sirve para vislumbrar el gran cambio a pie de costa que conllevará el desarrollo de Naval Gijón, pero también la nueva trama urbana y la puesta en marcha del metrotrén que trae consigo la estación intermodal de Moreda y ese nuevo Musel lleno proyectos para ser más que un puerto granelero.

A falta de pasar por el notario, el Ayuntamiento ya tiene la propiedad del 60% del terreno que ocupara el astillero de Naval Gijón. Es la parte que tenía el Puerto y que le ha comprado por 4,6 millones. Aunque queda negociar con Pymar como propietaria del otro 40% esa compraventa es la garantía de que ya se puede poner en marcha una de las operaciones estrella del Plan General de Ordenación aprobado en 2019. No sólo se trata de generar en El Natahoyo un polo de economía azul. Se trata también de recuperar para los gijoneses un tramo de fachada marítima perdido y degradado desde hace décadas y, en base a ello, impulsar la recuperación de un barrio que está llamado en el PGO a ser el nuevo centro neurálgico y de servicios de la ciudad. Porque en los bajos de los mismos bloques donde se ubicarán las empresas podrán ir espacios de ocio, cultura, hostelería o salud abiertos a todos los vecinos. Igual que abierto será el acceso al mar. Todo ello se concretará en un plan especial que tiene 2025 para definirse

Una de las singularidades de Naval Azul, que es como se ha definido el proyecto, respecto a otras actuaciones previstas en Gijón Oeste es que es una operación de competencia totalmente municipal. Y el Ayuntamiento tiene clara su prioridad. Tan clara como para hacer su presentación oficial en la pasada Feria de Muestras asumiendo así un compromiso público ante los miles de visitantes que pasaron por el pabellón ferial del Ayuntamiento gijonés. Aunque la operación municipal se circunscribe a los terrenos del astillero está haciendo de revulsivo de cara a que las constructoras se animen a llevar grúas y andamios a El Natahoyo.

No muy lejos espera convertirse en realidad la estación intermodal de Moreda. Tras décadas de idas y venidas, giros políticos y cambios de ubicación el pasado mes de abril el consejo de administración de Gijón al Norte daba el visto bueno a un anteproyecto de estación al que queda por concretarle los euros de coste y el convenio que reparta esos millones entre Estado, Principado y Ayuntamiento.

El actual secretario de Estado de Estado de Transportes y Movilidad Sostenible, José Antonio Santano, presentó en Gijón un diseño de estación con una cubierta verde diseñada con zonas abiertas para priorizar la iluminación y la ventilación naturales de la zona de andenes y con amplios paseos transversales como prolongación del parque de Moreda sobre los andenes. Desde un punto de vista ferroviario, la nueva estación en superficie integrará vías de ancho ibérico de media y larga distancia, vías de ancho ibérico subterráneas de Cercanías hacia el metrotrén y vías de Cercanías de ancho métrico. Sin olvidar que el complejo incorpora la estación de autobuses con una veintena de dársenas en espina de pez y tres lineales, que no muy lejos hay un edificio de oficinas de Adif y se contará con algo más de 300 plazas de aparcamiento.

La actuación en el terreno del astillero lo recupera como suelo productivo al tiempo que abre El Natahoyo al mar

El reto es que la estación de Moreda se convierta en "la puerta" de Gijón lo que refuerza esa idea de que la centralidad gijonesa se mueve hacia el Oeste. La licitación de las obras no llegará hasta 2026 si toda va bien pero antes el compromiso es ver cómo se derriba el viaducto de Carlos Marx y se avanza en una nueva definición de los usos del Solarón para que sea, sobre todo, un espacio verde. El proyecto de estación conlleva acciones de integración ferroviaria en La Calzada lo que amplifica su impacto en toda la zona Oeste.

Un territorio al que han ido dirigidos muchos de los proyectos que Gijón ha puesto en marcha apoyándose en los fondos europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Y que, por ejemplo, convertirán La Calzada en la primera zona de bajas emisiones de Gijón. Eso sí, una zona operativa, pero sin multas según el compromiso del actual equipo de gobierno. El empujón económico de Europa está detrás de otras actuaciones que, rodeadas o no de polémica, se han puesto en marcha. Desde nuevos carriles bus y carriles bici a las peatonalizaciones de la ecomanzana de La Calzada o el punto intermodal junto a la estación del tren del barrio. Y esos fondos PRTR también le han servido al Ayuntamiento para aligerar el coste a sus arcas de millonarios proyectos de rehabilitación de barrios degradados como los de Lloreda, en Tremañes, o Portuarios. Sin olvidar que Moreda y La Calzada son dos de los tres enclaves donde se asienta ese plan de restauración ecológica en el casco urbano que se impulsa desde "Gijón Ecoresiliente". De las mejoras en el paso por la zona del camino de Santiago y la conversión en albergue de las viejas oficinas de Vicasa también tiene mucho que ver el dinero recibido de Europa.

La futura estación se presenta ya como la nueva puerta de Gijón y hace factible que se ponga en servicio el metrotrén

Aunque a veces parezca un mundo aparte El Musel también es Gijón. Una pieza fundamental de la economía local y un vecino más de la zona oeste. Más allá del arranque de la regasificadora como espacio de almacenamiento y del freno a la planta de pirólisis sobre los espacios portuarios se habla de cara a la implantación de una fábrica de componentes de baterías para coches eléctricos, de aerogeneradores y una instalación donde construir bases para este tipo de equipos o de una piscifactoría para el engorde de lenguados.

Pensando en la mejora de las comunicaciones del Puerto surgió el vial de Jove. Esta es ahora mismo la herida por la que sangra todo Gijón. Tras casi tres décadas de lucha y una histórica licitación de más de 286 millones que estaba a punto de concluir, Gijón se topaba hace seis meses con un golpe inesperado: el no del Ministerio de Transportes a seguir adelante con el proyecto diseñado bajo tierra. Un no que ha mantenido al poner en marcha la tramitación de un nuevo expediente donde el vial se consolida en superficie bajando su coste de ejecución hasta poco más de 40 millones. Eso sí, el nuevo proyecto incluye como complemento transformar la avenida Príncipe de Asturias en un bulevar con aceras y zonas verdes.

Un no que se ha encontrado con otro más fuerte el que une a la sociedad civil gijonesa, su Ayuntamiento y el Principado rechazando un plan que no elimina el problema solo lo traslada de sitio. Los miles de camiones que van al gran espacio portuario e industrial del Oeste ya no pasarían por Cuatro Caminos, pero sus emisiones seguirían contaminando el aire de un entorno que desde hace tiempo tiene su propio plan de calidad impulsado desde el Principado y un protocolo específico de actuación en episodios de contaminación.

Al Oeste tiene Gijón fijada la mirada que cambiará su futuro. Al Oeste tiene Gijón comprometida ahora mismo su mayor lucha de presente.