"Les cases de prau": un "enclave singular" de La Calzada que sigue vivo a través de sus vecinos

La generación de los 40 realiza anualmente un encuentro para compartir impresiones y recuerdos de sus años de juventud

Comida de la generación de los 40 de "Les cases de prau" de La Calzada.

Comida de la generación de los 40 de "Les cases de prau" de La Calzada. / Ángel González

Entre las que hoy en día se denominan como calle Laboratorio y Pablo Neruda se alzaban allá por los años 50 seis bloques de pisos de tres alturas cada uno. Su dimensión los hacía visibles desde la distancia y su ubicación, al lado de un enorme descampado, acabó por adjudicarles el nombre de “Les cases de prau”. Este rincón de La Calzada era para quienes vivían en él “un enclave singular”. “Era un barrio trabajador, solidario y muy unido”, recuerda Juan Ramiro Codoñer. Tan unido que más de cincuenta años después varios de sus vecinos, la mayoría nacidos a finales de los cuarenta, siguen reuniéndose anualmente para cambiar impresiones y recuerdos.

La iniciativa surgió en 2016, aunque tuvo que suspenderse a causa de la pandemia. El año pasado, con la situación sanitaria ya estabilizada decidieron volver a unirse. En esta ocasión, diecisiete personas acudieron a la comida celebrada este miércoles en el restaurante Casa Tino. Frente del establecimiento gijonés, se vivieron un sinfín de abrazos y emotivos reencuentros. “Faltan muchos, pero también viene gente de fuera. Yo vengo de Valencia y hay otra persona que vive en Luxemburgo”, indica Codoñer.

"Les cases de prau" de La Calzada engaladanadas para festejar San Juan.

"Les cases de prau" de La Calzada engaladanadas para festejar San Juan. / R. A. G.-O.

Entre aquellos que sí pudieron acudir no faltó el intercambio de recuerdos y anécdotas. “Les cases de prau” era por aquella época una zona llena de vida. “Los chavales construyeron un chavolo que utilizábamos de centro social”, recuerda Mari Carmen Lorenzo. Hacían de todo. Desde campeonatos deportivos hasta la organización de la hoguera de San Juan, con falla incluida. “La gente colaborada mucho y nos conocíamos todos”, comenta.

La falla que hicieron un año por San Juan.

La falla que hicieron un año por San Juan. / R. A. G.-O.

Con los años, La Calzada fue evolucionando y “Les cases de prau” quedaron reducidas a un solo bloque. Loli Garzón continúa a día de hoy viviendo en la misma zona. “El barrio (La Calzada) cambió mucho, para mejor. Somos un barrio privilegiado con uno de los mejores servicios de autobuses de la ciudad, centro comercial, playa, cines, el hospital de Jove al lado… De mi casa al muelle tardo 20 minutos caminando, así que llegas al Centro de Gijón en nada. Solo podemos pedir que no haya contaminación”, opina.

El espíritu de ese rincón “singular” de La Calzada sigue vivo en sus vecinos. Además de la comida anual tienen un grupo de WhatsApp y cada año acuden fielmente a Covadonga. “Esto es algo que llevamos haciendo muchos años. Un día en la cama se me ocurrió que por qué no íbamos vestidas de asturianas a Covadonga y llevamos ya 30 años”, cuenta Lorenzo. Ella fue también la promotora de que muchas de sus compañeras entrasen a formar parte del grupo folklórico “Los Collacios”. “No paramos”, dicen.

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