Un acto intergeneracional de convivencia

Así son las cápsulas del tiempo del colegio gijonés Atalía: "Queremos darle un sentido a los aprendizajes"

El centro del Natahoyo guarda mensajes de paz y fotos en dos cápsulas del tiempo en un encuentro junto a residentes del Hospital Gijón: "Le damos un sentido a los aprendizajes"

Así son las cápsulas del tiempo del colegio gijonés Atalía: "Queremos darle un sentido a los aprendizajes"

Sergio García / Amor Domínguez

El Natahoyo

El proyecto intergeneracional que comparten el colegio Atalía, en El Natahoyo, y el Hospital Gijón, llamado "Together, juntos, xuntos", sumó este viernes un nuevo capítulo, que quedó... bajo tierra. Pero lo hizo por un buen motivo, pues el centro educativo enterró en su jardín dos cápsulas del tiempo que contenían material elaborado tanto por el alumnado como por los usuarios del hospital. Siete residentes disfrutaron de una actividad multitudinaria enmarcada en el Día de la Paz, que tuvo que posponerse por cuestiones de agenda.

En 2035 se abrirán esas cápsulas, una del ciclo de Educación Infantil y otra de Primaria, para que los estudiantes que lo hagan "reciban unos deseos de la paz de niños del pasado", comentaba Mikel de la Torre, director del Atalía y maestro de ceremonias de un encuentro de pequeños y mayores en el que no faltaron la música, los bailes y las risas.

"Queremos darle un sentido a los aprendizajes que adquieren los niños en el colegio, que cuando escriban un mensaje a una persona mayor o cuando les dedican adornos navideños sea de verdad", subrayó de la Torre. Otro de los objetivos, que los residentes gozaran esta mañana de un "día especial", se cumplió con creces, como reflejaban los rostros de José Luis Trabanco, Secundina Artos, Dionisia, Adoración Pérez, Anuska Sueiras, Fina Jiménez y María Pilar Gutiérrez, que escuchaban atentamente a los estudiantes, que, por tandas y acompañados de profesores, introducían los materiales en la cápsula, sujetada por el conserje Nacho Sánchez. Antes, una sucinta explicación. Había fotografías de los críos, sus nombres o mensajes de la paz. Mario Holguera, de segundo de Primaria, pedía un mundo "donde no hubiese peleas", mientras Ester Rotella abogaba por ayudar a los "países pobres".

Los mayores del Hospital Gijón, los más jaleados, también hicieron sus aportaciones, como unas pulseras. Y no dudaron en agarrar el micrófono para ofrecer unas palabras. Y en inglés, para amortizar las clases que reciben. "Es un placer estar aquí con todos vosotros", aseguraba María Pilar Gutiérrez, suscitando los aplausos de la comunidad educativa del Atalía congregada frente a la entrada del centro. Sonó la canción "Me gusta la vida", de "Funambulista", y tras un enérgico baile tuvo lugar el entierro de las dos cápsulas del tiempo, que ya condensan el inquebrantable lazo entre el colegio Atalía y el Hospital Gijón.

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