El acueducto del otro Jovellanos: así era el proyecto que buscaba llevar agua desde Tremañes hasta la calle Corrida
Un repaso a una obra fallida del siglo XVIII

Casa de toma e inicio del acueducto de Tremañes. / Mario Argüelles Rubiera / Muséu del Pueblu d’Asturies
En la víspera del Día Mundial del Agua de 2025 toca recordar a un Jovellanos, pero al menos conocido: Francisco de Paula de Jovellanos y Jove-Ramírez (1743-1798). El hermano mayor de Gaspar Melchor de Jovellanos (1744-1811) –este sí sobradamente conocido y reconocido–, tras hacer carrera en la Armada se instaló definitivamente en su ciudad natal hacia 1784 y comenzó a desempeñar por herencia paterna el cargo de Alférez Mayor. Como máxima autoridad municipal su labor se caracterizó por una promoción relevante de las obras públicas locales durante el quindenio aproximado que ostentó el cargo. La biografía realizada por Agustín Guzmán Sancho, editada por la Fundación Alvargonzález, permite conocer en detalle la trayectoria vital de este otro Jovellanos.
Durante el final del siglo XVIII la labor de ambos hermanos en Gijón tuvo un efecto transformador en la vida urbana. La visión del menor de los Jovellanos de un porvenir próspero para la villa –ligado a la creciente actividad comercial de la dársena y a su apuesta por su conversión en puerto carbonero–, incluyó la planificación de su desarrollo urbanístico que será asumida por el consistorio. El "Plan General de Mejoras" que Jovellanos redactó en 1782 tuvo esa finalidad y su puesta en práctica comenzó ese mismo año con el inicio de la construcción de la Puerta de la Villa.
En paralelo, otra importante labor iniciada en el último tercio del siglo XVIII e impulsada por el mayor de los Jovellanos fue la desecación, relleno y campizado de los esteros del Humedal.
La presencia durante la mayor parte de la década de 1790 de los dos Jovellanos en Gijón se tradujo en una importante impulso y tutela de estas iniciativas, culminadas con el inicio de la construcción de la sede del Real Instituto Asturiano en 1797.
En toda previsión de expansión urbana y portuaria no podía faltar un elemento capital: un adecuado abastecimiento de agua potable. Con este fin se planteó en esa última década del siglo XVIII ejecutar una nueva traída de aguas desde Tremañes.
Nos quedan diversos testimonios -unos del propio Jovellanos, otros de autores posteriores más los contenidos en la documentación que custodia el Archivo Municipal-, que dan cuenta las características de lo realizado. Atendiendo a todos ellos podemos saber que el acuerdo para ejecutar el nuevo acueducto se tomó en el verano de 1792, encargándose su diseño al maestro de obras Emeterio Díaz. El objetivo era realizar la captación en Tremañes, en la ribera del río Pilón, y realizar una canalización que llevase el agua por gravedad hasta las proximidades del primer tramo de la calle Corrida, a unos tres kilómetros de distancia. Dos años después, en junio de 1794, Jovellanos relata en sus "Diarios" que en la cabecera del acueducto ya se había realizado la edificación que contenía la captación y el puente que salvaba el río Pilón y que era el inicio del acueducto, así como la cimentación para sustentar la cañería que transportaría el agua desde allí hasta Gijón. La elaboración de los arcaduces cerámicos que compondrían esta última ya había sido también contratada con dos alfareros de Miranda (Avilés).
En ese momento las previsiones apuntaban a la culminación de la obra ese mismo año, de hecho, Jovellanos llegó a redactar entonces el texto de la cartela conmemorativa a emplazar en la fachada de la casa de toma: "En el año séptimo del reinado de Carlos IV, el Común de Gijón hizo esta obra dirigiéndola Don Francisco de Jovellanos, Alférez Mayor, y Don Miguel de Cifuentes Prada, Regidor. Arquitecto Don Emeterio Díaz. Año 1794".
Esa inscripción llegó a labrarse en la construcción indicada y aún era legible en 1887 cuando Ciriaco Miguel Vigil la recoge en su obra "Asturias monumental, epigráfica y diplomática".
Pero algo se truncó poco después del verano de 1794 y la obra quedó finalmente paralizada cuando ya habían sido realizados 250 metros de la canalización. Las referencias existentes apuntan a intrigas y envidias dentro de la Corporación municipal, buscando menguar la proyección que Francisco de Jovellanos estaba alcanzado. De manera más puntual otros indicios indican la posibilidad de que la conducción –necesitada de un cálculo preciso de su inclinación durante todo su recorrido– no se hubiese diseñado correctamente, aparte de la evidente irregularidad legal que suponía que el Ayuntamiento prescindiese de la intervención de un técnico superior en su diseño. En todo caso, la traída de agua de Tremañes quedó en el limbo.
Si las características de esta obra son bien conocidas textualmente, hasta hace poco se desconocía su aspecto. Aproximadamente un siglo después de la construcción de la parte principal de la obra en Tremañes, Mario Argüelles Rubiera (Gijón, 1853-1920) tuvo la genial idea de retratarla. Aunque su nombre no resulta popular, casi todo el mundo en Gijón ha visto una de sus imágenes: la ballena varada en 1895 en los pedreros de la desembocadura del Piles. Afortunadamente su archivo fue donado al Muséu del Pueblu d’Asturies por su nieto Luis Argüelles Tamargo en 2016, incluyendo la fotografía adjunta.
En la instantánea podemos ver la ubicación en la ribera del río Pilón de la casa de toma del acueducto totalmente abandonada. Su función inicial consistía en evitar el acceso al agua de animales y personas que pudiesen alterar su cantidad o salubridad. La construcción –cuyo emplazamiento actual estaría en el cruce de los caminos de la Iglesia y de la Picota– muestra en su lateral izquierdo la puerta tapiada y en su frente las bases semiesféricas que sustentaban dos caños metálicos –entonces ya desaparecidos– con que contaba la fuente pública prevista para dar servicio al vecindario. Sobre ellos aparece el rectángulo de la cartela con el texto conmemorativo antes citado y, como remate, parece adivinarse la forma de lo que sería el soporte de un escudo –desconocemos si el de Carlos IV o el de Gijón– que nunca llegó a labrarse. Dentro de esta construcción estaría la captación del manantial –no queda claro si una fuente o un pozo artesiano– y el depósito que recogería las aguas hasta el nivel conveniente para comenzar su viaje a través del acueducto.
A la derecha de la construcción principal vemos el puente que permitía al inicio de la canalización salvar el río Pilón. Ese puente pervivió hasta hace unos treinta años, cuando las importantes obras de encauzamiento del río y la reforma de su entorno conllevaron su desaparición. La casa de toma fue desmantelada a comienzos del siglo XX para utilizar su piedra en la construcción del lavadero público que estuvo ubicado a cien metros de distancia, en las inmediaciones de la iglesia de San Juan.
No se conoce un testimonio preciso del trazado del acueducto si bien puede establecerse una hipótesis razonable: que gran parte del mismo fuese aprovechado posteriormente para emplazar la caja del ferrocarril de Langreo entre Tremañes y Gijón. Teniendo en cuenta la topografía de la zona y el desnivel del terreno, el trazado viable para esta conducción coincide con el de esa línea férrea hasta el Humedal desde donde tendría fácil continuación hasta el casco urbano siguiendo la calle del Carmen.
El agua de Tremañes nunca llegó a Gijón, pero esta fotografía nos trae hasta el presente el testimonio de un pasado en el que los Jovellanos idearon el Gijón del futuro.
Suscríbete para seguir leyendo
- PODCAST: 'Los pacientes no son conscientes de que las pastillas para dormir generan dependencia y tolerancia
- Agresión en la estación de tren de Gijón: un vigilante hiere a un viajero que protestó por un retraso
- Hallan muerta a una mujer en la playa del Rinconín (Gijón)
- Hablan los vecinos del barrio del 'boom' inmobiliario de Gijón: 'No se ve ni un anuncio
- Iván, el matemático asturiano que ha hecho historia en 'Cifras y letras', desvela su futuro: 'El tipo de concurso que me gusta
- Espectacular robo y persecución policial tras el asalto a un bar en Gijón
- Gijón tiene un plan para sus mayores: ancianos sin compañía podrán acoger en su casa a personas vulnerables
- Rebajan hasta 5.000 euros un piso en venta en una zona de moda de Gijón: tiene terraza y está amueblado