Los nuevos planes del Puerto de Gijón para combatir la polución: implican directamente a las firmas carboneras

Las empresas deberán invertir en maquinaria en cuestión de meses si no quieren enfrentarse a quedarse sin sus concesiones en terrenos portuarios

La delegada del Gobierno en Asturias, Adriana Lastra, visitó ayer el Centro Jovellanos de seguridad marítima y la base del Helimer Cantábrico en El Musel. En la foto, por la izquierda, el director de El Musel, José Luis Barettino; la concejala de Seguridad Ciudadana, Nuria Bravo; la presidenta del Puerto, Nieves Roqueñí; Adriana Lastra; Juanjo Fernández, director de Fomento en la Delegación del Gobierno; Jorge Fernández Alonso; la capitana marítima de Gijón, Ana Hevia; Alejandro Busto, jefe de Sasemar en Gijón, y José Luis Bravo Hernández, con el Helimer Cantábrico a sus espaldas.

La delegada del Gobierno en Asturias, Adriana Lastra, visitó ayer el Centro Jovellanos de seguridad marítima y la base del Helimer Cantábrico en El Musel. En la foto, por la izquierda, el director de El Musel, José Luis Barettino; la concejala de Seguridad Ciudadana, Nuria Bravo; la presidenta del Puerto, Nieves Roqueñí; Adriana Lastra; Juanjo Fernández, director de Fomento en la Delegación del Gobierno; Jorge Fernández Alonso; la capitana marítima de Gijón, Ana Hevia; Alejandro Busto, jefe de Sasemar en Gijón, y José Luis Bravo Hernández, con el Helimer Cantábrico a sus espaldas. / LNE

Gijón

La Autoridad Portuaria de Gijón está dispuesta a endurecer sus exigencias a las empresas que operan con graneles sólidos en terrenos portuarios tanto de El Musel como de la explanada de Aboño, con el objetivo de evitar que se generen nubes pulverulentas y también que los graneles sólidos o productos contaminantes acaben en el mar. Un planteamiento que puede llegar al extremo de revocar concesiones o autorizaciones temporales para el acopio y manejo de graneles a las empresas que no se amolden a las nuevas exigencias en cuestión de meses. Un extremo más fácilmente aplicable, llegado el caso, cuando las empresas soliciten la renovación de las concesiones.

Ese es el plazo del que disponen varias empresas que operan en el Puerto para implementar las mejoras que les exigen. Unas comunicaciones que, aunque no se han trasladado formalmente sí se han hecho llegar a los distintos operadores portuarios, que tendrán que acometer inversiones si pretenden mantener su actividad en terrenos portuarios.

La Autoridad Portuaria de Gijón ya había anunciado el pasado lunes su intención de endurecer el protocolo para evitar la contaminación difusa por partículas arrastradas por el viento. Entre otras cuestiones, según trascendió ayer, los concesionarios de espacios para el manejo y acopio de graneles tendrán que contar con cañones de agua propios para humedecer las parvas de mineral. Se trata de unos equipos de los que no disponen en la actualidad todos los operadores portuarios, sino que varios de ellos comparten cañones de agua en lugar de tener cada uno los propios. Además, todas las instalaciones deben de contar con lava ruedas para los camiones que salen cargados de las mismas. Además de que actualmente varios concesionarios comparten cañones de agua, también se da el caso de que en ciertas operaciones utilizan los medios de este tipo de que disponen las compañías encargadas de la estiba y desestiba de la mercancía.

Varios operadores de graneles sólidos comparten actualmente cañones para riego

Además, el Puerto no sólo podrá exigir a los operadores de graneles sólidos que procedan a regar las parvas de carbón o de otro producto, cuando se prevean fuertes rachas de viento, sino que también podrá exigirles si lo considera preciso que cubran las parvas con un agente floculante para sellarlas. Esto es algo que actualmente ya está haciendo ArcelorMittal con el carbón que descarga en Ebhisa y con la dunita que descarga en el Muelle Norte, cuando las parvas de estos materiales van a tardar tiempo en ser levantadas para su traslado a la factoría siderúrgica. Otros deberán seguir previsiblemente ahora esos pasos, si bien no se les obligará a disponer de ese material, pudiendo contratar el servicio para el sellado de sus parvas.

En cuanto a las medidas para evitar los vertidos de carbón o de productos contaminantes al mar, todos los espacios en los que se opera de manera estable con carbones y otros graneles sólidos, deberán de contar con balsas de decantación y adoptar las medidas necesarias para evitar la llegada al mar de sólidos arrastrados por el agua de lluvia (o la usada para el riego).

Intentar evitar la llegada de polvo de carbón y otros minerales arrastrados por el viento a los barrios del entorno del Puerto gijonés es una de las metas de la Autoridad Portuaria, cuya nueva presidenta, la exconsejera de Transición Ecológica e Industria del Principado, Nieves Roqueñí, tiene entre sus objetivos encarrilar las relaciones con los quejosos vecinos del entorno de El Musel. En el otro lado de la balanza están los intereses de las empresas que operan con graneles en el puerto gijonés, ante las inversiones que tendrán que afrontar y posibles cambios en su operativa, lo que se traducirá en un incremento de sus costes en el puerto de El Musel. En ámbitos portuarios se considera que más que las parvas, el principal origen de las nubes de carbón es el polvillo, fino como el del talco, que queda en el suelo después de que se hayan retirado las toneladas de carbón que se acumulan en una parva y que pulverizan el material que hay en su parte inferior. El barrido y el riego posterior de esas zonas despejadas es la medida más efectiva, apuntan.

El Puerto adjudica a Inncive el contrato del estudio para mejorar los vertidos de pluviales al mar

La Autoridad Portuaria de Gijón ha convocado para hoy una reunión de la Comisión de coordinación de Actividades Potencialmente Contaminantes de la Atmósfera (APCA) y tiene previsto crear un comité en el que podrán participar las 15 empresas que desarrollan este tipo de actividades.

En cuanto a los vertidos al mar, la Autoridad Portuaria de Gijón tiene pendiente contar con un estudio para mejorar la cantidad y calidad de los vertidos al mar de aguas pluviales en todo el entorno portuario, que se considera que son la principal causa de aparición de manchas de carbón en la playa de San Lorenzo. El Puerto ya ha adjudicado a la firma madrileña Innovación Civil Española (Inncive) el contrato para efectuar ese estudio, dado que fue la empresa que presentó la mejor oferta y además la única que cumplía con los requisitos de calidad exigidos, tal como adelantó LA NUEVA ESPAÑA.

El contrato de ese estudio para intentar evitar que siga llegando carbón portuario al mar alcanza los 573.803 euros, con una baja del 5,1% respecto al precio de licitación. Inncive tendrá que elaborar un inventario de los vertidos actuales y también los previsibles con los futuros desarrollos de El Musel, además estudios hidrológicos y de cargas contaminantes. Analizará además las carencias en la red separativa de aguas pluviales que hay en parte del Puerto y planteará soluciones. También hará lo propio para las zonas portuarias que carecen de esas infraestructuras.

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