De barrios a parroquias: La Calzada, el pulmón del oeste que quiere huir de la polución
La humanización de Príncipe de Asturias, mejoras en la ecomanzana y más aparcamientos e instalaciones deportivas, entre las peticiones vecinales

De barrios a parroquias: La Calzada / Marcos León
Carlos Arias, presidente de la asociación vecinal "Alfonso Camín" de La Calzada, no se anda con rodeos. "La contaminación es el gran hándicap del barrio", asevera, rotundo. Tras esa premisa hay varios problemas, como el continuo tráfico de camiones que entran y salen del puerto de El Musel o la actividad de la fábrica de Arcelor, factores que no solo afectan a La Calzada sino a toda la zona oeste, que desde hace tiempo, reivindica una solución para luchar contra la polución. La Calzada, por supuesto, también. Y el vial de Jove, tras tanta brega vecinal, no será. La humanización de la avenida Príncipe de Asturias, el derribo de la nave de Flex, la creación de aparcamientos o más instalaciones deportivas figuran en la lista de reivindicaciones de uno de los barrios más poblados y populares de Gijón.
Hay peticiones más avanzadas que otras. La demolición de Flex "por fin va para delante", subraya Carlos Arias. La intención del Ayuntamiento es comenzar la actuación antes del verano. Con "preocupación" encaran los vecinos, por contra, la implantación de la zona de bajas emisiones (ZBE). "Hay poca información al respecto y queremos saber cómo nos va a afectar", indica Arias, que aboga por dar respuesta a la "mucha actividad deportiva" que alberga La Calzada, un enclave con una notable cantidad de clubes. "Hay carencia de instalaciones. En 2016, en los presupuestos participativos, se acordó que se haría un pabellón y se ha ido retardando", esgrime el presidente de la asociación "Alfonso Camín". De hecho, los clubes, con el apoyo vecinal, impulsaron hace semanas una plataforma para defender esas mejores condiciones.
Fomentar la accesibilidad, con el rebaje de aceras, o el mantenimiento diario, con más limpieza, también están entre las reclamaciones de un barrio que, en los últimos años, sostiene Carlos Arias, lamenta un "déficit de aparcamientos tremendo". "Hay que buscar una solución integral porque se han ido poniendo parches", manifiesta el líder vecinal. Una problemática acuciada por las obras de la ecomanzana, acometidas entre las avenidas Príncipe de Asturias, de la Argentina y de las Industrias y la calle Los Andes. Su resultado ha suscitado alguna que otra queja por la configuración de los parterres. "Tienen unas cuchillas –por los bordes que cubren algunas zonas verdes–que son un peligro", afirma Carlos Arias, que, no obstante, aplaude la "recuperación de la zona para los peatones".
La inquietud con las mencionadas "cuchillas" se multiplica por la cercanía de los colegios Federico García Lorca y Príncipe de Asturias. Como la que expresa Soledad del Villar, residente en la calle Costa Rica y madre de un escolar del Príncipe de Asturias. "Tengo miedo a que se abra la cabeza o se corte la cara", declara del Villar, que asimismo afea que hay coches que circulan por la ecomanzana con las posibles consecuencias que pueda acarrear al tratarse de un entorno con tanta actividad infantil. "Se debe vigilar ese aspecto", corrobora el líder vecinal.
En cuestión de movilidad, La Calzada echa en falta "más transporte entre barrios". "Que no haya que bajar al centro para ir, por ejemplo, a Pumarín", ilustra Carlos Arias. Marta Suárez, vocal de la directiva vecinal, pide la colocación de pantallas informativas en las paradas. "Hay que facilitar la vida a la gente mayor", valora Suárez a las puertas del Ateneo de La Calzada, que experimentará próximamente una reforma para mejorar su accesibilidad y que se erige como el centro neurálgico de un barrio con "necesidades muy diversas", recalca ahora Salvador Menéndez, vicepresidente.
Él se fija de nuevo en la limpieza. "Hay unos contenedores en la calle Toledo que huelen a ‘espantado’", reprocha Menéndez, que también insta a tomar medidas ante la dificultad para estacionar. "A partir de ciertas horas del día la gente se vuelve loca para aparcar", remarca el veterano vicepresidente, que además alerta de que las ramas de algunos árboles de la avenida Príncipe de Asturias "ya se meten por las ventanas". Y, cómo no, saca a colación el tema del tráfico y la subyacente contaminación. "Hace unos días pasaron catorce camiones de gran tonelaje juntos por Cuatro Caminos", añade Menéndez, que, fiel al espíritu obrero del barrio, recuerda una máxima. "A La Calzada nadie le regaló nada. Lo conseguido fue por la fuerza de los vecinos", asevera.
Abrir los centros educativos en horario no lectivo
Propone Marta Suárez, en aras de paliar el déficit en instalaciones deportivas, abrir los colegios durante el horario no lectivo para que puedan utilizarse sus canchas. "Hay muchos chavales que quieren jugar a fútbol o baloncesto y no pueden porque en el barrio no hay nada", lamenta Suárez, vecina de una zona que presume de memoria. Recientemente se inauguraron tanto una plaza en homenaje al fallecido cantautor Julio Ramos o un parque en honor a la Marcha de Hierro.
Indalecio Rodríguez, "el primer portero de la historia del Veriña", solicita la colocación de bolardos en la ecomanzana. "Hay coches que aparcan en las aceras y delante de los portales", observa Rodríguez, vocal de la asociación vecinal y residente en la calle Uruguay. Allí estaciona su vehículo de vez en cuando José Antonio Ramos, que vive en la calle Brasil y para el que urge poner solución a los problemas para hallar aparcamiento. "Antes (de la ecomanzana) era difícil, ahora imposible", asegura Ramos.
El pequeño Izan Paniagua, de cinco años y alumno del colegio Eduardo Martínez Torner, va a natación al complejo deportivo de La Calzada. Su padre, Jesús, no alberga grandes quejas sobre el momento del barrio. "Soy de La Calzada desde que nací y ha evolucionado mucho, antes las instalaciones estaban obsoletas", remarca. La asociación "Alfonso Camín" centra también sus esfuerzos en "fomentar la integración", pues últimamente ha habido, apunta Carlos Arias, un incremento de la población extranjera en La Calzada, un barrio con mucha historia en Gijón y que quiere, gracias a una disminución de la contaminación, respirar mejor.
El decálogo de La Calzada
- Más exigencia con el cumplimiento de las normativas medioambientales para reducir la contaminación.
- Humanización de la avenida Príncipe de Asturias y cese del tráfico pesado.
- Derribo de la antigua nave de Flex.
- Crear más plazas de aparcamiento.
- Construcción de un pabellón deportivo.
- Mayor claridad sobre la implementación de la zona de bajas emisiones.
- Estudios médicos sobre el impacto de la polución en la salud de los vecinos.
- Mejorar el mantenimiento urbano.
- Impulsar la iluminación en parques y calles.
- Fomentar la participación ciudadana en el diseño y ejecución de proyectos.
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