Entrevista | Rubén Martín Láez Jefe de Neurocirugía del Hospital Marqués de Valdecilla de Santander

"No veo a la inteligencia artificial sustituyendo la labor del neurocirujano"

El facultativo gijonés, que visitó la ciudad por un curso para residentes del área, alerta del aumento de patologías vertebrales por el envejecimiento poblacional

Anima a los alumnos a elegir la especialidad, "bonita" y con "mucho recorrido para crecer"

El neurocirujano Rubén Martín Láez, ayer, en Gijón, en el curso de cirugía de columna.

El neurocirujano Rubén Martín Láez, ayer, en Gijón, en el curso de cirugía de columna. / Ángel González

Gijón

Rubén Martín Láez (Gijón, 1972) es jefe del servicio de Neurocirugía del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, en Santander, desde hace ocho años. El facultativo gijonés, oriundo del barrio de El Natahoyo, visitó su ciudad natal el jueves y el viernes. Lo hizo con motivo de un curso, dedicado a residentes de la especialidad de toda España, sobre las técnicas quirúrgicas más actuales para tratar las patologías de columna. El seminario formativo lo organizó la Sociedad Española de Neurocirugía, de la que es secretario, junto a la tecnológica médico-quirúrgica regional MBA Surgical Empowerment, en el Parque Científico Tecnológico de Gijón.

¿Cuál es su balance del curso?

Una buena experiencia a la que han venido 40 residentes de neurocirugía, casi una quinta parte de los actuales en España. Ver a gente joven interesada en el mundo de la columna es gratificante y MBA nos ha dado el mejor apoyo logístico. Ha sido un placer, como "playu", organizar las jornadas en Gijón.

¿Cuál es la relevancia actual de la cirugía de columna?

Tiene un papel preponderante, porque va ligada al envejecimiento poblacional ya que la patología degenerativa de columna es más prevalente según nos hacemos mayores. Se está convirtiendo en casi la mitad de la actividad del servicio de neurocirugía, lo cual es una cifra muy alta.

¿Cuáles son los últimos avances en la especialidad?

Hay tres. La cirugía guiada por imagen, que permite ser extremadamente precisos al colocar los implantes; las técnicas mínimamente invasivas, que hacen que los posoperatorios sean muchísimo más llevaderos y con mejores resultados, y la endoscopia, un "boom" en los últimos años. Permite hacer los procedimientos que antes eran en abierto, como descompresión por un canal vertebral estrecho o una hernia de disco, de forma infinitamente menos agresiva.

¿Estos procedimientos ya son son los métodos principales?

Sí, en muchos servicios ya es la forma habitual de proceder. No todo se puede hacer así, por ejemplo en el caso de los tumores; si tienes que quitar uno maligno la mínima invasividad sale de la ecuación. Tienes que quitar todo y la agresividad de la cirugía queda condicionada a la magnitud del nódulo. En otras patologías tratamos de decantarnos por lo menos invasivo. Personalmente, siempre opto por lo que quisiera que me hicieran a mí de necesitarlo.

¿Qué patologías son las más habituales?

La degenerativa de los canales vertebrales por los que bajan los nervios. Según avanza la artrosis se estrechan y los nervios se comprimen, lo que provoca problemas para deambular, dolor de espalda o irradiado en las piernas. También las hernias de disco, más en gente joven, con cuadros de ciática. Con cierta frecuencia, también, hay traumatismos que generan fracturas complejas, que requieren de tratamiento quirúrgico y no solo de estabilización.

¿Qué importancia tiene el enfoque multidisciplinar?

Es fundamental. Además del neurocirujano están los traumatólogos, fisioterapeutas, personal de enfermería, los anestesistas. También el médico de cabecera, que hará el seguimiento después de la operación. Es muy complejo.

¿El sistema sanitario responde adecuadamente?

Ha tenido tiempos mejores. Las listas de espera, desafortunadamente, no son todo lo ágiles que nos gustaría. Con el envejecimiento poblacional aumenta la demanda y los recusos son los que son. En ciertos lugares hay áreas que se han quedado pequeñas y en ocasiones hay déficit de profesionales en algunos campos relacionados, no neurocirujanos.

Hable de la nueva hornada de residentes de su servicio.

Son gente muy bien formada, con notas brutalmente elevadas, y mucha ilusión. Sí noto el cambio generacional. Cuando empecé la residencia quería pasar todas las horas posibles en el hospital para absorber hasta la última gota de conocimiento. Ahora tienen más en cuenta la importancia del tiempo para sí mismos y plantean la formación más reposadamente. Mantienen un equilibrio que nosotros no tuvimos en cuenta.

¿Qué considera lo más importante para su formación?

Tienen una exposición a la información de la que nosotros carecíamos. Hay que fomentar la mirada crítica para saber de qué información pueden fiarse. También la parte humanística, el saber comunicar al paciente que somos profesionales que van a buscar la mejor solución. A veces la tecnología se interpone y se pierde esa parte. Igualmente, el nivel formativo a la vista está: exportamos profesionales al extranjero y no nos los devuelve.

Ya que menciona la tecnología, ¿usan la inteligencia artificial (IA)?

Hay muchas iniciativas, todas en al área de investigación. Aún no hay nada que haya sustituído al humano, pero ya hay cosas que ponen los pelos de punta. Como cuando te dicen que la IA ha superado el examen de neurocirugía norteamericano con una puntuación media superior a la de los residentes presentados. No la veo sustituyendo la labor de los profesionales, pero sí como un apoyo, en las tareas complejas. En otras más rutinarias o burocráticas, sí puede hacerlo. No la veo a corto o medio plazo sustituyendo el diagnóstico humano, aunque las cosas avanzan a tal velocidad que quien sabe medir.

¿Qué mensaje mandaría a los asistentes del curso y a los estudiantes interesados en la neurocirugía?

Que trabajen duro y bien, los senior queremos tener a los mejores. Sabemos que los mimbres están y hay que tejer los cestos, porque tienen la base necesaria para aser grandes profesionales. A los estudiantes que les atraiga la especialidad, lo mismo que me dijo el recientemente fallecido José María Izquierdo, que la neurocirugía me daría muchos quebraderos de cabeza, pero es muy gratificanete y de lo más bonito que se puede elegir. Es muy joven y aún tiene mucho recorrido para crecer, necesitamos a gente joven con ganas de hacer descubrimientos y llevarla al siguiente nivel.

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