El PSOE busca que el Ayuntamiento garantice con fondos propios la continuidad del descuento en Emtusa

"Barcia tiene que dimitir, el billete de autobús va a subir por su culpa", dice Tino Vaquero por la pérdida de la ayuda estatal al no estar operativa la zona de bajas emisiones de La Calzada

El autobús de la línea 4 recoge pasajeros en la parada de Cuatro Caminos

El autobús de la línea 4 recoge pasajeros en la parada de Cuatro Caminos / Juan Plaza

El Grupo Municipal Socialista llevará al próximo Pleno una iniciativa para que el Ayuntamiento utilice parte de sus remanentes –el cálculo inicial ronda los dos millones de euros– para garantizar una rebaja en el precio del viaje en Emtusa con tarjeta durante el segundo semestre de este año. Una propuesta que busca anular «la subida que se sufrirá el uno de julio por culpa única y exclusivamente de Carmen Moriyón y el concejal Pelayo Barcia, que se niegan a cumplir la ley», indicó el edil socialista Tino Vaquero para quien Barcia debe «irse inmediatamente. Es indignante tener a esa persona al frente del transporte público».

Ahora mismo, y en base a una ayuda estatal, los viajeros de Emtusa pagan 0,38 en lugar de los 0,75 euros de la tarifa oficial del viaje con tarjeta: la mitad. Esta ayuda se acaba el 30 de junio y el Ministerio de Transportes sacaba hace unas semanas una convocatoria para el segundo semestre que rebajaba el descuento al 40% –lo que en Gijón dejaba el viaje en 0,45–pero, y aquí estuvo el problema, exigía como requisito a los ayuntamientos tener una zona de bajas emisiones activa y con sanciones. El equipo de gobierno ni tiene la zona de bajas emisiones prevista en La Calzada activa –falta la ordenanza reguladora que no estará hasta final de año–ni tiene previsto dar marcha atrás en el compromiso de demorar las multas hasta 2028 a la espera de una alternativa al tráfico pesado por la avenida Príncipe de Asturias. Así las cosas el plazo para pedir la ayuda terminaba ayer y no se ha solicitado: la subida al doble con todos los bonos y tarjetas de Emtusa está garantizada.

«Si no querían la zona de bajas emisiones en La Calzada que la hubieran hecho en otro lugar pero que cumplan la ley y que dejen de arrastrar el buen nombre de Gijón, que ha pasado de ejemplo de municipalismo de vanguardia a ejemplo de ciudad negacionista en materia de cambio climático y objetora en el cumplimiento de la ley», sentenció Vaquero. La ley de cambio climático obliga a los municipios de más de 50.000 habitantes a tener zonas de bajas emisiones como espacios de restricción al tráfico para limitar la contaminación. 

Pero más allá de las consecuencias para los usuarios de Emtusa o de la carencia aun de una ordenanza que la regule, Vaquero hizo hincapié en que el proyecto de zona de bajas emisiones de La Calzada –que la Junta de Gobierno aprobó este martes–no cumple con los parámetros que marca la ley. ¿En qué? Los argumentos del edil socialista fueron varios. Entre ellos, que no cumple porque no tiene carácter continuo y permanente en el tiempo, ya que las restricciones de acceso se activan solo cuando lo hacen los niveles de alerta por contaminación. No cumple porque la superficie no afecta a una parte significativa de la población. Y no cumple porque no conlleva restricciones de acceso en función del potencial contaminante de los vehículos, ni se garantizan las restricciones de forma efectiva a través de un derecho sancionador. Como ejemplo entre la disparidad entre lo que fija la ley y la propuesta municipal mostró el edil socialista la imagen de una de las placas que ya se han colocado en La Calzada y donde se indican unas restricciones de acceso que ni están en vigor ni se adecuan con lo anunciado desde el Ayuntamiento. 

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