Crónica (y contracrónica) de la dura batalla vivida entre Moriyón y Roqueñí: decepción vecinal, un lío de sillas y fuego cruzado

La Alcaldesa, sin "dar marcha atrás" en ir al Juzgado si no recibe ya la franja de Naval, defiende "lo acordado y lo que es mejor para la ciudad"

La Corporación, salvo el PSOE, respalda unida el acuerdo de compra del suelo y el plan municipal para ese espacio: "Es un proyecto de ciudad"

"Busquen soluciones, es su trabajo", exigen los vecinos

VÍDEO: La reunión del Consejo Social de Gijón

Pablo Palomo

El Natahoyo

Hasta treinta representantes de grupos políticos, organizaciones sociales, movimiento vecinal, sindicatos, asociaciones empresariales y administraciones públicas tomaron la palabra ayer en el Consejo Social para hablar de Naval Gijón. Pero al final las únicas palabras que contaron fueron las de Carmen Moriyón y Nieves Roqueñí en un cara a cara que visibilizó de la manera más pública posible el duro enfrentamiento que Ayuntamiento y Autoridad Portuaria de Gijón mantienen por la franja más cercana al agua del terreno que ocupara el antiguo astillero de El Natahoyo. Una bronca institucional por 3.848 metros cuadrados.

También quedó claro tras la ronda de intervenciones el apoyo del gobierno del Principado al Puerto de Roqueñí y la unidad de la Corporación gijonesa, con la excepción del PSOE, alrededor de los postulados que viene defendiendo Moriyón. Y más cosas claras: que la sociedad civil gijonesa está cansada de enfrentamientos políticos que derivan en proyectos paralizados durante años: desde el vial de Jove al plan de vías. Lo explicó en pocas palabras el presidente de la Federación de Asociaciones Vecinales, Manuel Cañete: "Estamos hasta los mismísimos".

Fueron más de dos horas de reunión que terminaron con una cita. Aunque oído lo hablado antes puede que sea una cita que no resuelva el problema. "Aquí delante de todo el Consejo Social le pido una reunión, es urgente que nos reunamos", retó Roqueñí a Moriyón en el penúltimo minuto de la reunión. El último minuto fue para que Moriyón contestara con un "accedí, pero sin que esto suponga dar marcha atrás a nada de lo decidido en la Junta de Gobierno del día 12".

Lo decidido en ese órgano municipal fue iniciar el trámite de redacción del Plan especial de reforma interior de Naval siguiendo lo marcado en el PGO y acudir a los tribunales si el Puerto no entrega al Ayuntamiento la franja de suelo en disputa en un mes.

Durante más de media hora al inicio de la sesión Moriyón desgranó con minuciosidad la situación del suelo de Naval Gijón y los trámites de compra al Puerto de su parte del terreno por 4,7 millones con el complemento de la cesión gratuita de la franja costera para paseo. Una exposición que la Alcaldesa terminó con la defensa de dos grandes pactos de ciudad: el alcanzado en 2019 sobre el Plan General de Ordenación y el logrado en 2024 para la compra de los primeros terrenos de lo que será Naval Azul. Otros se encargaron de recordar que fue el PSOE el único partido de la Corporación que no votó a favor de ninguno de los dos en el salón de plenos.

No perder de vista el PGO

"No perdamos de vista la ficha del Plan. Estamos hablando de recuperar esa fachada marítima para el uso público y de un polo económico para industrias limpias. Esto es un proyecto de ciudad y un logro de sus ciudadanos", explicó la Alcaldesa acusando al Puerto de querer revertir lo acordado con el Ayuntamiento para promover un paseo de acceso restringido y un "centro náutico-deportivo que no está en la ficha del PGO".

Para Moriyón, la propuesta que vía convenio oferta el Puerto no solo retrasaría todo el proyecto obligando a una modificación del Plan General que se prolongaría dos años. "Compromete los objetivos por los que venimos luchando y nos crea a nosotros inseguridad jurídica e incertidumbre a las empresas", concretó.

Roqueñí, que no es miembro del Consejo Social y acudió como invitada, empezó su intervención justificando su presencia porque "si no estoy aquí no tengo modo de dialogar con la Alcaldesa; no ha contestado a mis llamadas al diálogo". Aunque no fue de lo único de lo que acusó a la Regidora forista de Gijón. También de falta de lealtad "porque nos comprometimos con ustedes a hacer un convenio, les mandamos el texto, no nos contestan, pero lo destrozan en la prensa y nos enteramos aquí hoy de lo que les molesta de él".

La presidenta de la Autoridad Portuaria mantuvo una y otra vez que no hay problema en ceder esa franja, pero en otro marco jurídico y defendió el compromiso del Puerto de ponerse ya a adecuar ese suelo para abrirlo a los gijoneses este mismo año. Remató su intervención dándole una vuelta a la metáfora inmobiliaria con la que explicó el asunto la Alcaldesa en el Pleno del miércoles. "Usted habló de que había comprado un piso con el que le regalaban un trastero. No estamos hablando de un trastero, hablamos de la acera. El trastero es algo privado y la acera, como esta franja, es público", concretó la exconsejera del Gobierno autonómico.

Más que beligerante durante toda la reunión fue el consejero de Movilidad, el socialista Alejandro Calvo. "No se puede engañar a la gente. No hay inconveniente en desarrollar Naval y no hay inconveniente en una cesión gratuita, pero en el marco jurídico y administrativo que marca la ley. Tal parece que no se quiera ceder, y no es así", concretó el socialista que achacó a la Alcaldesa dar información sesgada y defendió que la negociación previa "no se hizo en los términos convenientes".

Ni en aspectos jurídicos ni técnicos pidieron las voces de la sociedad civil que se enredará este asunto. "Busquen soluciones, es su trabajo", exigió el líder vecinal de La Calzada, Carlos Arias, que se sumó al sentimiento de decepción descrito por algunos de sus antecesores. "Llueve sobre mojado y esta es la gota que colma el vaso de los proyectos fallidos. Esto es imprescindible para Gijón", recordó Pedro López Ferrer desde la Cámara de Comercio, que pidió "encontrar el consenso".

Obras de seguridad que ya afectan a la Semana Negra

El Ayuntamiento ya metió máquinas para limpiar su parte de Naval Gijón y el Puerto tampoco va a esperar para ponerse manos a la obra en esa franja a pie de mar cuya titularidad mantiene en plena batalla entre instituciones. El primer movimiento de su plan para hacer accesible ese espacio como paseo público supone "garantizar las condiciones de seguridad". Para ello van a instalar una barandilla y se acometerá "la eliminación de diferentes elementos que pueden dificultar el tránsito por la zona".

La idea es hacer esto de manera inmediata y por eso ayer representantes del Puerto contactaban con la Semana Negra para anunciarles que lo tengan en cuanto a la hora de ubicar todas las instalaciones que dan vida al festival y plantearles que lo hagan "abriendo al mar el espacio en la mayor medida posible". La Semana Negra se celebrará del este año –previsiblemente el último en esta ubicación de El Natahoyo– entre el 4 y el 13 de julio.

Jorge Espina, en su estreno como consejero en representación de Comisiones Obreras, fue quien abrió el melón de lo político. "Como diría Vargas Llosa, ¿en qué momento se nos jodió Perú? Pues parece ser que con el cambio de dirección en el Puerto. Aquí hay un enfrentamiento partidista entre dos que hacen uso de las instituciones en una pelea por ser quién pone la primera piedra. A mí también me jode que la derecha gobierne en Gijón, pero se equivocan desde el Puerto, a quien joden es a toda la ciudad. Dejen de enredar". Un comentario que recibió la réplica de Calvo y Roqueñí. El primero para defender que el "Puerto es de todos" y la segunda para reivindicar que "a mí me nombra un gobierno que es de un partido político, pero yo en mi puesto no hago política, yo gestiono y no enredo". La presidencia del Puerto la elige el presidente del Gobierno de Asturias.

"Claro que es una lucha de partidos. Y ya no hablo por Podemos hablo como representante de este Ayuntamiento. Esto es vergonzoso. Ya hay un acuerdo, no es sentarse a negociar, es que ya está todo negociado", le espetó la edil Olaya Suárez al Puerto. Su colega de IU, Javier Suárez Llana, defendió el consenso, pero "sobre dos hitos importantes, el PGO y la compra de los terrenos. Y es el partido que no firmó esos consensos (por el PSOE), el que ahora cambiar el paso". Desde Vox fue Sara Álvarez Rouco la que sentenció que "el PSOE vuelve a ser el principal obstáculo para el desarrollo de infraestructuras de Gijón".

El portavoz del PSOE, Luis Manuel Flórez, "Floro", pidió "fijarse en lo que nos une porque Ayuntamiento y Puerto persiguen lo mismo. El Puerto quiere asumir el 100% del coste de la obra. ¿Qué interés tiene el Ayuntamiento en pagar eso cuando se lo paga otro y lo va a poder usar? ¿Dónde está el problema?"

Por los partidos que sustentan el gobierno local hablaron Jesús Martínez Salvador y Ángela Pumariega: el forista es el edil de Urbanismo y la popular la responsable de Economía. "No les tembló la mano para coger el cheque, que no les tiemble ahora para entregar el suelo. Usan esto para hacer daño al Ayuntamiento, pero el Ayuntamiento está unido y unido va a air donde haga falta. No pueden condicionar el futuro de Gijón a unas piraguas", dijo el forista. "Los acuerdos ya están, lo que hay que hacer es cumplirlos. Han creado un conflicto político. Aquí se ha hablado de los accesos al Musel, por ejemplo, hay muchos asuntos para que el Puerto haga ciudad; no creo que el primero tenga que ser la franja de Naval", remató la popular.

A lo largo de sus intervenciones Moriyón adelantó que se pondrá en marcha un foro de participación para que toda la ciudad haga seguimiento de lo que pasa con este asunto, que siguen las conversaciones con Pymar para hacerse con el resto del suelo y que el Ayuntamiento va a luchar por cada metro cuadrado. "No soy una política que se mueva bien en el conflicto, pero no me pidáis que no defienda Gijón. Donde algunos veis confrontación yo veo la defensa de lo acordado y de lo que es mejor para Gijón", remató.

Un lío de sillas y fuego cruzado de réplicas y contrarréplicas

Por Pablo Palomo

Apenas había terminado su plano de situación de Naval Azul la alcaldesa, Carmen Moriyón, cuando en el Consejo Social se produjo el primer choque de la mañana. El consejero de Movilidad, Alejandro Calvo, se saltó el turno de palabra para hacer constar "lo bochornoso" que le parecía la composición de las mesas. Él se tuvo que sentar casi al final del salón, lejos de la plana mayor de la Autoridad Portuaria, al no haber, según indicaron desde el Ayuntamiento, confirmado su asistencia. Este primer choque sirvió de aperitivo para las dos horas siguientes, cargadas de tensión contenida. 

Una tensión que quedó palpable por la mayor asistencia al Consejo de ayer que en otras sesiones. Ello implicó que algunos miembros se quedaran sin silla. Le pasó a Pedro López Ferrer y a Sara Menéndez, vicepresidente de la Cámara de Comercio y presidenta de la Unión de Comerciantes respectivamente. Se quedaron fuera de las mesas que componían la gran "U" del salón de recepciones también Inés Álvarez, de Otea, y Eduardo López-Dóriga, de Asprocon. Los tres primeros se tuvieron que sentar en un sofá y el cuarto en una silla detrás de uno de los plasmas que presidieron la cita. Unos plasmas, que, por cierto, mostraron durante toda la mañana fotos de la celebración de la compra de los terrenos de Naval. 

La mañana estuvo marcada por las réplicas. Además del cara a principal entre Moriyón y Roqueñí, hubo unos contra uno entre Calvo y varios concejales. También reproches vecinales a la Autoridad Portuaria y hasta un duelo verbal entre dos directoras de urbanismo. El primer encontronazo vino con el pitido inicial. Habría tenido que hablar primero Miguel González, de Asata, pero Calvo se arrancó. Empezó antes de que le llegara el micro. "Es bochornoso como se traslada la rendición de cuentas y como está siendo la presencia del Principado en la reunión", afirmó el socialista. Calvo estaba molesto por el sitio que tuvo que ocupar. Entendía que su presencia era sabida ya que venía en la agenda pública del Principado. 

La Alcaldesa le había prevenido antes. "Consejero, no estamos en la Junta ni en el Consejo de Administración del Puerto. Es el Consejo Social, hay unas normas", contestó la forista por los turnos de palabra. "O sea, que no se me permite hablar", respondió Calvo. "No es que no se te permita. Es que no eres miembro del Consejo. Lo son los viceconsejeros –Pablo García y Jorge García, ambos presentes ayer–", replicó Moriyón. Calvo habló de todas formas. "Al margen del relato, que es mediático y con muchos matices, me sorprende que otras veces nos hayamos reunido aquí y nunca nos hemos encontrado este escenario", criticó Calvo. La queja motivó a intervenir al director general de la Alcaldía, Jaime Fernández-Paíno. Explicó que cursó invitación como siempre al Gabinete de Presidencia pero que, si bien tuvo acuse de recibo, no contestación. "La agenda del Principado no obra en los expedientes del Ayuntamiento", matizó. 

Hubo más broncas. Una muy llamativa la protagonizaron las dos directoras de Urbanismo presentes ayer. Purificación García, la del Ayuntamiento. Y Laura López, su homóloga en el Principado. La Alcaldesa tuvo que puntualizar que García hablaba porque había estado en la negociación con la Autoridad Portuaria para la compra de los terrenos de Naval. Las disquisiciones de ambas fueron sobre los retrasos que implicarían el convenio propuesto del Puerto. Para la del Ayuntamiento, inasumible y para la del Principado, en la franja de lo posible. 

Hubo algún que otro reproche. Uno lo protagonizó Manuel Cañete, presidente de la Federación de asociaciones de vecinos. Afeó a la presidenta del Puerto no haber invitado a la FAV, ni a la Federación rural al encuentro mantenido con colectivos vecinales de la zona Oeste hace dos días. "No es la primera vez que pasa y esto es un tema de ciudad", valoró Cañete. Otro cruce de declaraciones lo protagonizaron Calvo y el portavoz de Izquierda Unida, Javier Suárez Llana. Tras la intervención del segundo, el consejero le dijo al edil que "le quedaba claro que estaba a favor de la Alcaldesa". "Estoy a su disposición para facilitarle información y que tenga una opinión formada", le respondió Calvo. El concejal le exigió respeto. "No es la primera vez que viene a dar lecciones", le contestó Suárez Llana. En un momento dado, alzó la voz la secretaria del Puerto, Lucía López. Pidió "respeto" para los trabajadores del Puerto. "No reciben consignas políticas", afinó.

Moriyón paró el fuego cruzado de réplicas. "Esto no es un debate", llegó a decir para poner casi el punto y final a una mañana temperamental. Hubo otro momento llamativo. Calvo llegó a decir que ellos no están en un "debate local" sino "por las soluciones". La frase provocó risas de estupor en algunos miembros del gobierno local.

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