Puerto y Ayuntamiento delegan en sus servicios jurídicos la solución para Naval, que avanza con el plan especial, pero sin acuerdo con la franja

Aún lejos de un acuerdo, Puerto y Ayuntamiento delegan en sus servicios técnicos y jurídicos las nuevas conversaciones sobre el futuro de Naval Azul. Por ahora, la Autoridad Portuaria ha renunciado a la creación de una dársena deportiva en el entorno y, lo más importante, a la idea de abordar la debatida franja marítima por su cuenta, y para lo que pretendía que el Ayuntamiento modificase su plan especial para sacar este trozo de parcela del ámbito. La esencia de la discrepancia, pese a todo, se mantiene: el Puerto quiere ahora incorporarse al plan especial y a la junta de compensación que salga de él y, por tanto, mantener la titularidad del espacio. El Ayuntamiento, sin embargo, adelanta que "en ningún caso" firmará acuerdo alguno si no se ejecuta la cesión total de la franja, tal y como se le había prometido. La presidenta portuaria, Nieves Roqueñí, se mostraba ayer más bien optimista de cara a lograr un posible pacto. Y el Ayuntamiento, aunque recalcó su "predisposición total de que el Puerto colabore" con Naval Azul, vinculó esa posible colaboración futura a que, antes, se tramite la cesión de la titularidad.

Roqueñí acudió al Ayuntamiento acompañada por el director general, José Luis Barettino, y por la secretaria general, Lucía López, como en la reunión del pasado martes. Ofreció lo ya conocido: incorporarse al proyecto de Naval como dueño del 6 por ciento del ámbito. El avance logrado esta semana, por lo tanto, es de concepto, pero no de fondo: la Autoridad Portuaria ya no aspira a que la franja se quede bajo exclusivo control portuario y fuera del PERI de Naval, sino que acepta que todo el entorno se desarrolle al amparo de un mismo plan especial y liderado por el Consistorio. "Esta solución implica que el Puerto se incorpore a la junta de compensación y que podamos ayudar al Ayuntamiento a urbanizar esa parcela para prestarla al uso público", señaló ayer Roqueñí. En un comunicado posterior, la Autoridad Portuaria señaló que esta oferta implica "la cesión gratuita" del espacio después de que el propio Puerto acondicione provisionalmente la zona. Al pretender integrarse en la junta de compensación, no obstante, esa cesión sigue siendo de uso y no de titularidad. Considera el Puerto que "una vez aprobado el proyecto de compensación, el terreno cedido gratuitamente por la Autoridad Portuaria quedará calificado como sistema general y el aprovechamiento urbanístico que le corresponda se destinará, igualmente, a fines de utilidad pública".

El Ayuntamiento hace una lectura distinta. Señalaba ayer: "La posible inclusión del Puerto en el plan especial, cuya redacción se encuentra ya en fase de licitación, es una consecuencia automática de la negativa (del Puerto) a cumplir el acuerdo, y en ningún caso es una decisión fruto de una voluntad concreta por parte de la Autoridad Portuaria". De esta manera, el Consistorio no interpreta la idea del Puerto a sumarse al plan especial como una concesión por parte del equipo de Roqueñí en aras de lograr un acuerdo, sino como la consecuencia lógica que estaría sobre la mesa si el Puerto no cumple con el pacto original, que era ceder la titularidad de la franja.

Resuelta al menos esta duda de base –que Naval Azul sí se impulsará como un único ámbito y mediante un plan especial liderado por el Ayuntamiento–, lo que falta por aclarar es, en realidad, lo mismo de siempre: quién es el titular de la franja. El "ultimátum" que aprobó el gobierno local el pasado día 12 sigue vigente, con la cuenta atrás de 30 días para activar la vía legal si no se culmina la cesión. Faltan menos de dos semanas.

Señaló ayer la presidenta portuaria estar trabajando "en un documento" nuevo. En el comunicado posterior se aclaró se trata de un nuevo borrador de convenio. Insistió en que las negociaciones se centran ahora en los "aspectos jurídicos" y en que el próximo día 4 pondrá al día a sus consejeros.

El Ayuntamiento, después, dijo que ese documento portuario "continúa negando la base sobre la que se construyó el acuerdo vigente: la cesión de la titularidad de la franja al Ayuntamiento". Recalcó también que "las explicaciones" del Puerto "han ido variando desde que se anunciara su intención de no cumplir con el acuerdo". Sí señaló que "equipos técnicos y jurídicos" de ambas instituciones se reunirán próximamente.

Lo que debatirán esos técnicos y esos abogados no está muy claro. A tenor de lo expresado ayer por Roqueñí, su idea es que se pueda avanzar en la inclusión del Puerto en el plan especial de Naval y en su futura junta de compensación, pero desde el Consistorio lo que se quiere blindar la cesión de la titularidad.

Una "contraorden" de Barbón

Se presenta ahora, entonces, otra discrepancia conceptual: el Puerto entiende que su manera de colaborar con Naval Azul es sumándose al plan especial con su 6% de participación como dueño de la franja y el Ayuntamiento aceptará la ayuda del Puerto en Naval solo si cede ese espacio y deja, por lo tanto, de ser dueño del mismo. Mientras, los socios del gobierno del PP criticaron ayer "el empecinamiento" de Roqueñí por no tramitar la cesión, un gesto que para los populares hace que la voluntad de diálogo que defiende el Puerto sea "de boquilla". Instan al presidente a Adrián Barbón a "anteponer" los intereses de Gijón y darle a Roqueñí la "contraorden" para que la franja marítima de Naval pueda pasar a manos municipales. 

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