Gemma Capeáns, experta en el cambio climático del mar: "Las carabelas portuguesas son muy impredecibles, no es seguro que vuelvan este verano"
"Las fotos o avisos que envíen los bañistas de estos organismos serán muy útiles para hacer un registro con el que ayudar a la sociedad", destaca la experta

Gemma Capeáns, ayer, en la playa de Poniente, con Cimavilla al fondo. / Juan Plaza
La graduada en Física y en el máster de Energías Renovables, Cambio Climático y Desarrollo Sostenible, Gemma Capeáns García (Santiago de Compostela, 1996), participó ayer en la jornada de "Investigaciones doctorales a la mar: tesis en curso sobre el cambio climático marino". En esta cita mostró cómo está desarrollando en la Universidad de Oviedo su tesis doctoral "La carabela portuguesa, ¿dónde y cuándo aparecerá?".
¿Hay respuesta para esas preguntas de cara al próximo verano?
Empecé hace un trimestre el doctorado y estoy en la fase preliminar de documentación y estudio de la carabela portuguesa. Esas preguntas que me estoy haciendo también se las hacen muchos científicos e investigadores porque aún no se sabe. Ahora mismo estamos inmersos en el cambio climático y eso lleva consigo un montón de cambios en la dinámica atmosférica y oceánica. Pero también conlleva cambios en los nutrientes e incluso en los movimientos de las especies marinas.
¿El cambio climático es la principal causa de su aparición en zonas en las que no estaban antes?
Puede ser, aunque hay que confirmarlo. Sí que se puede decir que las carabelas portuguesas son organismos muy comunes en zonas tropicales e isotropicales, pero no tanto en zonas templadas como puede ser esta. Es cierto que puede aparecer en algún momento, pero no en la medida en la que lo está haciendo en los últimos tiempos.
¿Qué dice a nivel científico su presencia?
Que claramente hay un cambio en su distribución. Que aparezcan cada vez más lleva consigo un cambio en su comportamiento. Eso sí, hay que tener en cuenta que su comportamiento no es como el de otros animales que se mueven con sus propias patas, como los gatos. Estas carabelas se mueven gracias al viento, tienen una forma de vela y eso es lo que les permite ir navegando por el océano cuando sopla el viento. También tiene unos tentáculos y, por ello, las corrientes oceánicas también influyen un poco en el movimiento. Entonces, que en los últimos tiempos haya un cambio en el patrón de estas carabelas, puede deberse también a cambios en los regímenes de viento e incluso de la temperatura.
Las carabelas ya se dejaron ver en la zona en otras décadas. ¿Han llegado ahora para quedarse?
Hay que estudiarlo. Ahora mismo trabajamos principalmente con datos de ciencia ciudadana, que son aquellos que la población envía a través de una foto, por ejemplo, y se guardan en la base de datos. Por lo tanto, el problema es que hay un sesgo muy importante, ya que puede haber zonas con muchos organismos, pero que a lo mejor no haya población que la reporte porque eso es algo voluntario. El objetivo es saber concretamente cuántas aparecen y dónde lo hacen.
Entonces, va a ser clave la aportación que hagan los bañistas.
Sí, totalmente. En el proyecto del que formo parte estamos haciendo campañas para que los equipos de salvamento o la población que vaya a las playas las reporten y las suban a unos portales para que tengamos registro de cuántas aparecen en Asturias y por qué lo hacen. Es cierto que en algunas playas es más común que aparezcan, por lo que también hay que ver cómo influye la geografía. Vamos a agradecer muchísimo que los ciudadanos aporten imágenes o avisos con los que podamos trabajar. Van a ser muy útiles para los investigadores, que al final lo que queremos es ayudar a la sociedad y evitar desgracias.
¿Quiénes componen ese proyecto?
Physalia es un proyecto de la Agencia Estatal de Investigación. En él participan, por Asturias, el Observatorio Marino de Asturias y la Escuela de Marina Civil por la Universidad de Oviedo y el Instituto Español de Oceanografía, con la colaboración del Acuario de Gijón. Además, participan las universidades de las Palmas de Gran Canaria, de Arizona y la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, así como el Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía en Cádiz, el Sistema de Observación Costero de las Islas Baleares y el Joint Research Center de la Comisión Europea.
¿Dan por hecho que habrá carabelas portuguesas este verano en Asturias?
Es algo que no se sabe y ahí está la clave, en conocer cómo se mueven con modelos matemáticos y hacer que esos modelos nos permitan describir cómo se mueve la carabela para más tarde desarrollar herramientas de predicción y así conocer cuándo y dónde van a aparecer. Este verano todavía no se puede saber porque son bastante impredecibles y que todavía no se conocen mucho.
¿Se podría trabajar en la convivencia de bañistas y carabelas?
Es que tienen una toxina muy urticante para los seres humanos. Es muy peligroso, pueden hacer daños realmente graves. Además, es una especie que no es propia de aquí y no es que sea solo peligrosa para nosotros, sino que también lo es para otras especies que vivan aquí. Al final, que una especie aparezca en un hábitat que no es su hábitat natural, influye en otras especies y hace que se reduzcan las otras o que coman lo que ellas se comían. Es algo que repercute en todo y no es bueno para el resto.
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