Más de un millón de euros, varios sondeos, una rampa... las claves de las obras en la Campa Torres de Gijón

La tercera fase del proyecto arqueológico empezará este año, durará siete meses y prevé descubrir nuevos fondos de cabaña y recuperar el área del foso

Trabajos de excavación en La Llanada, en la Campa Torres

Nico Martínez

Jove

El ambicioso Proyecto Campa, el plan que reimpulsó en 2021 los trabajos arqueológicos sobre el asentamiento romano, se retomará este año en su tercera fase, por una cuantía de 1,3 millones de euros ya en licitación. El proyecto, financiado con fondos europeos –que subvencionan también las otras dos fases restantes–, incluye la realización de nuevos sondeos arqueológicos con los que se espera hallar, entre otros elementos, una cabaña que se sospecha que puede conservarse en buen estado y que hoy luce enterrada. El plan incluye, también, crear una rampa de acceso que comunique con la muralla.

La Campa recibió hace ahora un año tres millones de euros de fondos europeos, una cuantía que ha ayudado a blindar la culminación del proyecto inicialmente previsto y sin demoras.

Hasta ahora, el Proyecto Campa ha superado sus dos primeras fases que, en esencia, sirvieron, por un lado, para recopilar y documentar el material hallado en las excavaciones de los años 90 y, por otro, para instalar un ambicioso sistema de drenaje en el entorno de La Llanada. Esta última tarea sirvió además para hacer las primeros prospecciones geofísicas del subsuelo, una labor que no se había podido realizar de la misma manera hace dos décadas al no existir la tecnología necesaria para ello. También se realizaron entonces excavaciones específicas en este mismo entorno de La Llanada, unos trabajos que sirvieron ya para recuperar o recontextualizar varios elementos.

Excavaciones específicas en la Campa

A grandes rasgos, el entorno de la Campa Torres se puede dividir en su parte septentrional, que es La Llanada, y la parte meridional, que es el asentamiento fortificado castreño propiamente dicho. En este segundo entorno hay una serie de elementos de interés pero que, a juicio de los técnicos, con el paso del tiempo han quedado descontextualizados. Un ejemplo es el foso, que es incluye ahora en esta tercera fase del Proyecto Campa para someterlo a un desbroce general en la zona originalmente excavada. Se pretenden recuperar "los perfiles originales de la trinchera defensiva" del enclave.

En un tramo posterior, además, ubican los técnicos uno de los sondeos arqueológicos de esta nueva fase, en este caso de dos metros de profundidad, y situado en "perpendicular al hipotético trazado del foso" en su parte sin excavar.

Las obras en la Campa, por 1,3 millones, incluirán una rampa y varios sondeos

Zona junto a la carretera de acceso donde se prevé excavar y colocar una rampa. / JUAN PLAZA

A su lado, en el contrafoso, se pretende recuperar también las cotas a las que se habían llegado en las excavaciones originales. "Habida cuenta la parquedad de datos disponibles sobre la intervención realizada en este sector, resulta necesario conocer su alcance concreto para precisar una estrategia de actuación que agote su potencial informativo", se detalla en el proyecto. En este caso, el sondeo tendrá un metro de profundidad. El objetivo de la exploración en este sector de la Campa pretende lograr "una sección completa del contrafoso" y documentarla.

El acceso a la muralla de la Campa

Otro elemento clave de la Campa es la muralla, que en esta tercera fase será objeto de varios trabajos. Por un lado, en su parte noroeste, se realizará una "excavación integral" en un área de unos 380 metros cuadrados en una zona situada entre la carretera de acceso y una zona rocosa que bordea a este elemento arqueológico. Se pretende, así, "garantizar la documentación arqueológica previa" en una zona que se considera "susceptible" del albergar una rampa de acceso al interior de la muralla, un elemento de indudable interés turístico, pero cuya ubicación exacta dependerá de qué se encuentre en el subsuelo.

Otros tramos a distintas alturas de esta misma muralla serán objeto de retiradas de grava y adecuación general, así como de labores de excavación para recuperar varios fondos de cabaña que están documentados pero que hoy yacen enterrados. Se eliminarán testigos y peldaños artificiales, esto último para facilitar la accesibilidad del espacio, y, además, se excavarán nuevas trincheras perpendiculares al elemento arqueológico para obtener nueva información sobre el mismo y para estudiar la posibilidad de instalar un nuevo sistema de drenaje en la zona de intramuros, una mejora que el equipo coordinador considera "esencial". En este entorno se proyectan también varios sondeos.

En La Llanada, por último, se adecuará el entorno recuperando los perfiles de excavación logrados en su día e igualando el terreno. También aquí se harán sondeos, de hasta cinco metros, en busca de nueva información y de instalar nuevos sistemas de drenaje complementarios al realizado en la segunda fase.

En la terraza noroeste, situada al norte del castro, se realizarán labores similares. La actuación, aprobada y licitada ayer por el gobierno local, permite "a priori" iniciar las obras este año y tiene un plazo de ejecución de siete meses.

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