Fallece el activo opositor al franquismo Benito Fernández Álvarez, que ejerció como sacerdote en Gijón y Allande antes de casarse
Fue cura en el Cerillero hasta que se secularizó en 1978, tras lo que presidió la Comisión de Justicia y Paz de la Diócesis de Oviedo
Tras secularizarse fue profesor en la Escuela de Trabajo Social y en el Instituto Rosario de Acuña

Benito Fernández Álvarez, en una imagen del año pasado. / Marcos León
Benito Fernández Álvarez, que fue sacerdote en la parroquia de El Cerillero entre 1971 y 1978, formando parte activa de la oposición a la dictadura de Franco como integrante de la Mesa Democrática de Asturias, falleció el pasado jueves a los 83 años de edad.
Hijo de quien fuera alcalde de Avilés, Eduardo Fernández Guerra, Benito Fernández se ordenó como sacerdote en 1965. Fue en Avilés donde le llegó su vocación sacerdotal, por la influencia de volcados en la labor social.
Tras su ordenación como sacerdote fue destinado al pueblo de Berducedo (Allande) y, en 1971 a Gijón donde fue el primer sacerdote de la parroquia de El Cerillero, siendo además un activo opositor a la dictadura. "En la oposición al régimen también estaban los partidos, con los que los curas inmediatamente tuvimos una relación", recordaba Benito Fernández en sus memorias en LA NUEVA ESPAÑA.
Cena de los lunes
Fue uno de los integrantes de la cena de los lunes en la Casa de Ejercicios Espirituales en la que participaban sacerdotes con compromiso social.
Nunca perdió su vocación, pese a que se vio obligado a secularizarse por la prohibición de la iglesia católica de que los sacerdotes contraigan matrimonio. Se casó en 1978 con Vika Hernández Fernández, con la que tuvo dos hijos, Sergio y Ana. También deja una nieta, Alicia Payero Fernández.
Tras secularizarse fue presidente de la Comisión de Justicia y Paz de la Diócesis de Oviedo, hasta que la misma fue suprimida por el actual arzobispo de Oviedo, tras lo que sus integrantes se incorporaron a la Comisión de Justicia y Paz de la parroquia de San Antonio (Los Capuchinos).
También tras haberse secularizado, fue profesor de Derechos Humanos y ética en la Escuela de Trabajo Social de Gijón y, labor que compatibilizó posteriormente con la de profesor de religión en el Instituto Rosario de Acuña.
El funeral por su eterno descanso se celebró el sábado en la iglesia parroquial de La Purísima, en Nuevo Gijón, tras lo que sus restos mortales fueron incinerados en el tanatorio de Cabueñes.
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