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Adecentar y volver a la estética original: el plan para recuperar este símbolo de El Muselín

Parques y Jardines licita la obra de renovación del lavadero por 80.000 euros

Vecinos de El Muselín en labores de limpieza del lavadero.

Vecinos de El Muselín en labores de limpieza del lavadero. / Alicia G.Ovies

El servicio municipal de Parques y Jardines acaba de sacar a licitación la obra de restauración del lavadero de El Muselín. Un trabajo proyectado por la arquitecta Elena Quidiello con un presupuesto (impuestos incluidos) de 80.000 euros y un plazo de ejecución de tres meses.

Aunque la mayor parte de los lavaderos y fuentes en la zona rural de Gijón son obras municipales llevadas a cabo a finales del siglo XIX no se conservan expedientes oficiales que fijen el momento de la construcción de la fuente y el lavadero de El Muselín. Si se han encontrado fotos de los vecinos restaurando la cubierta de teja a mediados del siglo pasado. No fue la única vez en que los vecinos asumieron la responsabilidad de salvar su lavadero.

Se trata de una construcción ,se explica en el proyecto que financia Medio Ambiente, la concejalía del popular Rodrigo Pintueles, "sencilla y de dimensiones reducidas: una cubierta a un agua, cuya estructura original era de madera, un vaso para lavar dividido en 3 zonas, mojado, enjabonado y aclarado, cuya agua procede de la fuente anexa. Debido a su peculiar ubicación se conforma una plaza alrededor del lavadero con unos bancos corridos de obra".

Lavando la ropa de quienes llegaban en barco a El Musel

Además de recuperar la imagen original de la edificación, el proyecto busca reformar todo el espacio que también está muy degradado. ¿El objetivo? "Que los vecinos puedan volver a hacer uso de éste como punto de encuentro", explica el proyecto. Y es que, se matiza, "es uno de los lugares más emblemáticos del barrio, fue lugar de trabajo para muchas mujeres ya que los barcos que llegaban a El Musel les encargaban el lavado de todos los uniformes, prendas y demás. De hecho incluso había, adosado al lavadero, un retrete turco, ya que las jornadas de trabajo eran intensivas. Aunque el aspecto actual de la edificación diste en gran medida de su aspecto original, se mantiene como un elemento clave que construye la identidad e historia del barrio".

La última reforma se hizo en el año 2000. La actual busca recuperar la imagen original del lavadero, y para ello parte de la actuación se centra en la cubierta. Se va a demoler entera para hacer una estructura de madera natural y una cubierta tradicional de teja cerámica árabe envejecida.

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