Opinión | El disfraz de las mentiras

En ocasiones veo personas "woke"

Advertencia: En las líneas siguientes, amable lector/a, se va a encontrar con un "spoiler" de "El sexto sentido".

El largometraje presenta la relación entre un psicólogo, Malcom, y un niño de nueve años al que trata de ayudar con su "problema": el chico ve muertos. Casi al final, tanto el psicólogo como los espectadores descubrimos que Malcom en realidad también está muerto. Todo tan fácil -o tan complejo- como cambiar el punto de vista: giro copernicano.

Hay palabras que se introducen en el uso cotidiano, y comenzamos a utilizarlas aunque no tengamos muy claro su significado. Hace unos años, se produjo este fenómeno en el ámbito literario. Ocurrió con el término "desopilante" (festivo, divertido, que produce risa), que se aplicó a todas las novelas de humor.

El uso de la expresión "woke" por parte de determinados sectores ultraconservadores también podríamos catalogarlo como desopilante; sin embargo, esa risa va irremediablemente unida a un temblor nervioso que nos atraviesa el espinazo.

Esta palabra surgió en la comunidad negra de EE UU, con el significado de estar alerta ante la injusticia racial. Tener un pensamiento "woke" implica estar concienciado ante las desigualdades sociales, reconocer las estructuras de poder, escuchar y validar las experiencias de personas que pertenecen a grupos marginados, apoyar la lucha contra la discriminación y reflexionar sobre los propios prejuicios y privilegios.

Pero, como suele pasar, el pensamiento ultraconservador no se siente muy cómodo con la denuncia de las injusticias sociales y tilda de "ofendidito" a cualquier persona que lo haga, aprovechando la menor ocasión para denunciar que en estos tiempos ya no se puede decir nada, que ya no se pueden hacer chistes de "mariquitas, de gangosos, de negros" o que ya no se le puede soltar a cualquier mujer con la que te encuentres por la calle que tiene un culo impresionante. De lo que no se dan cuenta es que estas cosas se siguen pudiendo hacer, pues sus comportamientos no han cambiado por mucha "agenda woke" de la que alerte. Lo que ha cambiado, lo que les ofende, es que sus chistes ya no encuentran la risa cómplice y que las voces de quienes no piensan como ellos sean tan altas como la suya. Como ocurría en "El sexto sentido" resulta que el final revela que los ofendiditos son quienes primero levantaron el dedo para acusar.

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